Portada » Lengua y literatura » Mecanismos de la Parodia en El Quijote: Cervantes y la Ruptura de la Novela de Caballerías
La técnica básica que se articula en toda la novela es el mecanismo de la parodia, en primer lugar, de la novela de caballerías. Ello se explicita en el prólogo de la novela, para dejar claras sus intenciones desde el primer momento: “deshacer la autoridad de los libros de caballerías”. Por ello, desde su génesis, la obra está concebida como una parodia.
El Quijote se basa en las posibilidades narrativas de los libros de caballerías para construir una novela de personaje. Al principio de la obra, vemos cómo un viejo hidalgo, loco de tanto leer romances de caballerías, acaba creyendo que son reales y se le mete en la cabeza la idea de hacerse caballero andante para enderezar entuertos y emprender aventuras. Así, interpreta el mundo como si fuera una novela de caballerías.
El personaje protagonista, don Alonso de Quesada (Don Quijote), no es la caricatura de un ser real, sino de un conjunto de personajes de ficción, entre los que destaca en especial el caballero andante. El personaje trata de convertir su vida en un romance caballeresco y acaba convirtiéndose en la viva parodia del género. De esta forma, el personaje protagonista es precisamente una parodia del caballero andante: las nobles virtudes del caballero (las virtudes del caballero épico), en lugar de infundir respeto y admiración, son foco de mofa y de risa por su inadecuación con el mundo real.
En este sentido, la técnica básica de la parodia en el Quijote es el extrañamiento. Se trata de colocar lo caballeresco en un contexto distinto del habitual. Así, DQ choca constantemente con su entorno. Lo que pretende ponerse de relieve es la incompatibilidad de situar en un marco moderno y realista una narrativa fantástica y anticuada.
En tanto que Don Quijote se hace a sí mismo caballero andante, la parodia solo es posible mediante el procedimiento de la intertextualidad, aunque este no es el único mecanismo. Algunas de las referencias sobre las que se apoyan las burlas del Quijote están en novelas que debían resultar muy familiares a los receptores de la época. Dentro del conjunto de referencias en las que se basa el mecanismo de la parodia en el Quijote, sobresale sin duda la del Amadís de Gaula, que seguramente inició en Europa occidental la fascinación por el género.
De este libro, como de algunos otros que surgieron como continuación del género, se toman los siguientes elementos:
Hay parodia de otros episodios no necesariamente caballerescos. Así, puede hablarse de cierta parodia en los episodios pastoriles y del género picaresco (Ginés de Pasamonte escribe su autobiografía al igual que el Guzmán de Alfarache), aunque Riley considera que es difícil dilucidar si Cervantes tenía intención irónica o no en los pasajes pastoriles. Consideramos que este tipo de parodia es benévola y parte de la constatación de la imposibilidad de realización del marco idílico, bucólico e idealista de la arcadia pastoril.
La comicidad surge además de la inadecuación entre las palabras y actos heroicos de DQ en relación con su entorno. Supone el choque entre la interpretación alucinada de DQ (según los patrones fijos de la novela de caballerías) y la realidad cambiante del siglo XVII. Don Quijote no sabe distinguir entre la vida y la ficción literaria. El precedente en este tipo de parodia podría ser el Elogio de la locura de Erasmo.
Existen dos razones principales por las que Cervantes utiliza la parodia de los libros de caballerías:
Los libros de caballerías ejercen en el Quijote una clara función estructurante. El argumento de la obra depende de los azares y aventuras consiguientes que acontecen en un tiempo y en un espacio. Esos sucesos son siempre extraordinarios, según dictan los modelos caballerescos.
El tiempo y el espacio de los libros de caballerías suelen estar lejos en el tiempo y en el espacio, algo que queda quebrado en el Quijote ya desde las primeras líneas de la novela: “En un lugar de la Mancha”, “no ha mucho tiempo”. Este primer ejemplo sirve para mostrar que uno de los procedimientos paródicos usados por Cervantes es la constante anulación de lo extraordinario y su sustitución por lo cotidiano, por lo que puede experimentarse y verificarse. De ahí que se hable de realismo en el Quijote, término que difícilmente podría aplicarse a los libros de caballerías.
Otro de los mecanismos de la parodia cervantina es la degradación. Así, por ejemplo, las circunstancias que rodean al héroe son vulgares: no tiene un origen noble, no es un ser excepcional, sino uno más. Sus enemigos tampoco son seres extraordinarios, sino degradaciones de los modelos épicos.