Portada » Filosofía » Conceptos Fundamentales de Filosofía: Moral, Derecho, Religión, Utopía y Acción
La moral, el derecho y la religión buscan orientar las acciones humanas y constituyen saberes normativos, ya que establecen normas. Los tres son esenciales para las personas y se complementan mutuamente. La moral y la religión también se enfocan en determinar qué contribuye a la felicidad humana.
Aspectos clave sobre las normas:
La diferencia fundamental entre estos tres saberes prácticos radica en los siguientes elementos: quién promulga el mandato y exige su cumplimiento; quiénes son los destinatarios; ante quién está obligado a responder quien lo infringe; y de quién se espera obediencia.
Una utopía es todo aquello que refleja insatisfacción con la realidad presente. Se utiliza para referirse a algo deseable pero, a menudo, percibido como inalcanzable; algo que anhelamos, pero que parece estar más allá de nuestras posibilidades actuales. Etimológicamente, la palabra ‘utopía’ significa ‘no-lugar’ o ‘lugar inexistente’.
Una acción se refiere a aquello que realizamos de manera consciente, es decir, con plena advertencia.
Son aquellas que tienen su origen en la persona que las realiza y es responsable de ellas.
La intención es un elemento fundamental de la acción, que se refiere a la tendencia de las personas a realizar ciertas cosas. Esta inclinación puede ser consciente o inconsciente. Si es consciente, puede manifestarse como:
El movimiento es la dimensión observable de la conducta humana, mientras que la acción se compone tanto del movimiento como de la intención. Por esta razón, uno puede conocer sus propias intenciones, pero no las de los demás. El sujeto de una acción posee un acceso privilegiado a sus propias intenciones.
Los fines son los deseos que nos proponemos realizar de manera consciente y explícita. Una acción se califica y evalúa tanto por los fines propuestos como por los medios empleados. Consideramos que las acciones humanas son teleológicas, es decir, se realizan con un propósito y, para alcanzarlo, requieren de ciertos medios, lo cual es un requisito indispensable para su comprensión.
Las consecuencias son el resultado final de un proceso de acción. Este proceso consta de varias fases: la primera consiste en concebir la intención que se pretende; en la última fase, la intención se materializa, y el resultado de una acción es el estado final que implica. A un sujeto se le puede imputar tanto el resultado deseado de sus acciones como las consecuencias previsibles. Las personas no pueden ser responsabilizadas por consecuencias imprevisibles, a menos que su ignorancia sea culpable, es decir, que deberían haberlas previsto.
El sentido es lo que nos permite comprender por qué una acción ocurre y por qué se ha desarrollado de una manera específica y no de otra. Un elemento clave del sentido es el fin que persigue el agente. Comprender el sentido de las acciones requiere conocer los símbolos y las creencias, lo que nos remite a la vida de las personas y a las tradiciones en las que se desenvuelven. Como señalaba Ortega y Gasset, la creencia es lo que impulsa la vida de las personas, mientras que la idea es lo que consideramos importante. Conocer las historias personales y sociales es indispensable para comprender las acciones concretas.