Portada » Historia » Movimientos Obreros e Imperialismo: Un Recorrido Histórico por sus Orígenes y Consecuencias
Algunos trabajadores provenían de antiguos trabajadores manuales y pequeños artesanos; la mayoría eran campesinos emigrados a ciudades en busca de empleo.
La situación generaba descontento debido a la desaparición de fiestas o costumbres agrarias. Leyes antisociales impedían cualquier tipo de asociación de trabajadores para defender sus intereses.
La introducción de máquinas provocó una gran pérdida de puestos de trabajo, lo que generó protestas contra el sistema fabril. Los asalariados, por falta de una organización legal que los protegiera, crearon revueltas espontáneas y violentas. Sus acciones se dirigían contra las máquinas. Esta fue la primera forma de organización y resistencia obrera. La destrucción de máquinas se convirtió en una defensa del puesto de trabajo y una forma de presión a los empresarios.
Grupos intelectuales, herederos de ilustrados y jacobinos, tenían diversas teorías sobre la organización socioeconómica del mundo. Coincidían en criticar la propiedad privada de los medios de producción y la concentración de la propiedad y la riqueza. Proponían un nuevo modelo social que buscaba sustituir la propiedad privada por la propiedad colectiva, la igualdad de derechos y sistemas democráticos con sufragio universal. La mayoría actuaba por vía pacífica, a través de la educación, la asociación y la cooperación. Algunos pensadores consideraban que el nuevo modelo social solo podía alcanzarse mediante una vía revolucionaria.
Hacia 1850, el número de trabajadores era muy elevado y tomaron conciencia de formar parte de la misma clase, más allá de los estados. Esto llevó a la creación de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), fundada en Londres en 1864 por delegados de asociaciones obreras de diversos lugares. Se organizó en secciones nacionales y tenía un Consejo General dirigido por Karl Marx, quien redactó un manifiesto inaugural, estableciendo los principios básicos de la Internacional.
En los primeros congresos, se establecieron una serie de reivindicaciones:
Existieron discrepancias, siendo el enfrentamiento más importante entre Marx y Bakunin. Marx se mostró más autoritario frente al sector que pretendía aumentar el poder del Consejo General, desplazando a sectores socialistas para socializar los medios de producción. Bakunin rechazaba la intervención de los trabajadores en política, mientras Marx defendía la organización de partidos políticos. Bakunin valoró positivamente el carácter espontáneo y popular, pero Marx lo consideró desorganizado y siguió defendiendo la organización de partidos políticos. El fracaso de la Primera Internacional se debió a estas diferencias y a la guerra en Francia. Se aprobó en el Consejo la propuesta de Marx y se expulsó a Bakunin.
Alemania era el rival de Francia y Gran Bretaña por el dominio de colonias extraeuropeas. Alemania aspiraba a convertirse en una potencia colonial en África. El deseo de Alemania por introducirse en Marruecos chocó con los intereses de las potencias ya establecidas allí, lo que generó dos guerras:
Guillermo II ofreció apoyo militar al sultán de Marruecos para resistir la presión de Francia de establecer un protectorado compartido. La presencia de España y Francia en Marruecos frustró a Alemania, lo que originó la segunda guerra marroquí.
Alemania, motivada por una rebelión en el sur de Marruecos, envió barcos de guerra al puerto de Agadir con la intención de proteger a sus súbditos que vivían en esa zona. Gran Bretaña apoyó a Francia y Alemania acabó consiguiendo la ampliación de su colonia en Camerún a cambio del abandono de Marruecos.
Esta fue una zona de conflicto europeo por la disgregación del Imperio Turco. Se enfrentaron Serbia y Bulgaria, que querían unificar los pueblos eslavos, con el Imperio Austrohúngaro, que quería ampliar su influencia en los Balcanes. Para frenar la expansión austriaca, Rusia se convirtió en protector y aliado de Serbia. Esto originó tres crisis balcánicas:
Por parte del Imperio Austrohúngaro, esto provocó la indignación de Rusia y originó dos guerras balcánicas:
Rusia apoyó la creación de la Liga Balcánica (Serbia, Bulgaria, Grecia y Montenegro) para enfrentarse al Imperio Turco. Esto originó el abandono de los turcos de territorios europeos (excepto Constantinopla), el reconocimiento de Albania como estado independiente y la cesión a Bulgaria de una salida al mar Egeo.
Enfrentó a los serbios con el apoyo de Grecia, Montenegro y Rumanía contra los búlgaros. La Paz de Bucarest obligó a Bulgaria a ceder territorios y otorgó a Serbia territorios importantes.
Corriente contraria al liberalismo. Su principal inspirador fue Pierre-Joseph Proudhon, quien afirmaba que la propiedad era un robo y defendía un sistema social basado en el cooperativismo. Pretendía superar el sistema de producción capitalista al margen de las organizaciones políticas. Posteriormente, Mijaíl Bakunin planteó que la revolución y la destrucción del capitalismo serían protagonizadas por los sectores oprimidos, con el objetivo no de conquistar el Estado, sino de destruirlo. Todas las corrientes anarquistas criticaban la sociedad capitalista y proponían un modelo alternativo basado en la ausencia de autoridad. Participaban en huelgas y manifestaciones.
Los ejes de su pensamiento eran:
Entre 1820 y 1830, los trabajadores comprendieron que, para defender sus derechos y plantear alternativas contra el sistema fabril, debían crear organizaciones obreras. Las asociaciones de socorros mutuos fueron el primer tipo de organización obrera; ayudaban al trabajador o a sus familiares por enfermedad, defunción, etc. Organizaron las primeras huelgas gracias al cobro de cuotas de sus miembros, lo que permitió la creación de cajas de resistencia. Al derogarse las leyes antisociales, los obreros se agruparon en organizaciones de oficio denominadas Trade Unions. Robert Owen unió diferentes sindicatos de oficio y constituyó la Great Trade Union. El sindicalismo se expandió en la década de 1840.
Organizada por Bismarck. En 1885, en la Conferencia de Berlín, se reguló la libertad de comercio y circulación por los ríos Congo y Níger. El Congo fue reconocido como colonia personal de Leopoldo II. La posesión de una franja costera no significaba la posesión del interior del territorio. Tras esta conferencia, se produjeron numerosos conflictos:
Se inició cuando los británicos quisieron expulsar a los granjeros holandeses que se habían establecido en el Cabo. La intención de Gran Bretaña era explotar las minas de oro y diamantes de la zona. Tras tres años de guerra, los territorios de los bóers fueron anexionados al Imperio Inglés.
Los intereses de Francia y Gran Bretaña en África chocaron cuando ambos quisieron ocupar una zona estratégica del Alto Nilo. La superioridad militar inglesa obligó a los franceses a retirarse.
El deseo de Francia de establecer un protectorado en Marruecos generó un enfrentamiento entre Alemania y Francia. La Conferencia de Algeciras estableció el protectorado franco-español.
Para no llegar a un enfrentamiento armado, se firmó un acuerdo donde se repartían por igual zonas de influencia en Afganistán, Tíbet y Persia.
Japoneses e ingleses contuvieron la expansión rusa hacia el norte de Corea.
Ambos rivales por el dominio de Corea. Tras el enfrentamiento, Corea dejó de ser un estado vasallo chino y se convirtió en protectorado japonés.
Producidas por la prohibición del gobierno chino de la entrada de opio procedente de la India, intercambiado por té y seda. Tras estas guerras, Rusia y Francia obligaron a los chinos a firmar acuerdos de cesión de Juan con Rusia, el establecimiento de colonias en algunos territorios chinos y permisos aduaneros. China se convirtió en un mercado abierto a productos europeos. En 1880, el territorio chino se repartió en cinco zonas de influencia: Alemania, Francia, Inglaterra, Japón y Estados Unidos. El gobierno chino reclamaba la salida de las grandes potencias del país. La coordinación de todas ellas provocó la derrota de los bóxers.
Europa dominaba la economía mundial y sus industrias aspiraban a ampliar mercados y vender excedentes de producción. Se aseguraba el abastecimiento de materias primas e invertía capitales en zonas donde obtenía mayores beneficios. Los europeos explotaban los territorios colonizados por la mano de obra abundante y de bajo coste. Establecían plantaciones y construyeron grandes infraestructuras.
Las expediciones geográficas dieron lugar a conocer nuevos territorios y descubrir formas de vida diferentes. La conquista nacional se basó en una concepción racista de la superioridad de la raza blanca.
El dominio del mar y la posesión de colonias eran signo de poder y prestigio. Las colonias eran enclaves estratégicos para las potencias europeas para aumentar su poder militar. En los territorios conquistados se establecía el excedente de población.
La administración colonial puso fin a las estructuras y jerarquías tribales tradicionales e impuso una nueva élite dirigente formada por europeos que gozaban de privilegios. El establecimiento de límites entre imperios unió etnias enfrentadas o dividió antiguas naciones. La creación de numerosas fronteras artificiales generó multitud de conflictos. La introducción de vacunas y medidas higiénicas, así como la construcción de hospitales por parte de misioneros, redujeron la mortalidad y favorecieron el aumento de población. El desequilibrio entre población y recursos provocó problemas de abastecimiento de alimentos y hambrunas.
La imposición de las lenguas (inglés y francés), del cristianismo y de nuevas formas de vida europeas afectaron las creencias y tradiciones de las poblaciones autóctonas. En África, donde predominaba la cultura oral, se produjo una notable aculturación y una mayor pérdida de identidad. En Asia, algunas civilizaciones perdieron su legado milenario. La alfabetización de los nativos provocó la superioridad de los valores de la raza blanca.
La presencia occidental significó la imposición de una economía de mercado con condiciones comerciales favorables a la metrópoli. La expropiación de tierras a nativos para crear grandes plantaciones supuso un retroceso de la agricultura de subsistencia en favor del monocultivo de productos de exportación, la expoliación de riquezas naturales y el inicio de una dependencia económica. Las metrópolis impulsaron la construcción de grandes infraestructuras para explotar y comunicar los territorios conquistados. Los nuevos medios de comunicación favorecieron el transporte de alimentos en épocas de crisis y el desarrollo de la economía local, pero no mejoraron las condiciones de vida de los nativos.