Portada » Español » Literatura Medieval Española: Épica, Clerecía y Siglo XIV
La Épica Medieval se representa en los cantares de gesta. Explica hazañas de héroes medievales y defiende valores colectivos. Son obras de transmisión oral, por lo que muchas están perdidas. Eran poemas que cantaban los juglares, representantes cercanos al pueblo.
Poemas que se realizaban para ser representados, cantados por juglares. La temática es de tipo heroica. Los cantares de gesta transmiten esos valores compartidos y la verdad. Respecto al autor, los poemas son anónimos. Se agrupan en tiradas; si cambia de tema, cambia de tirada y de rima. Versos largos (12 o 14 sílabas), con pausas al ser recitados o cantados. Basados en hechos históricos, hablan detalladamente. El lenguaje es sencillo y se combina con el diálogo para mayor dramatismo.
El Cantar de Mio Cid presenta dos tramas principales:
Los versos son irregulares y la rima es asonante.
Realmente el Cid existió, pero cien años antes. Su cuerpo está enterrado, pero no es como nos cuentan.
El Mester de Clerecía surge con el auge económico y social del siglo XIII, que propició el desarrollo cultural, la escritura y la difusión de libros cultos, tanto en latín como en castellano. Nace así una forma de narrativa culta, el «mester de clerecía» (oficio de los clérigos), iniciado por Gonzalo de Berceo.
Es el primer autor conocido de la literatura castellana. Desarrolla su actividad en el monasterio de San Millán de la Cogolla (La Rioja). Su obra tiene un objetivo propagandístico. Nació más o menos en el año 1192 y murió en el año 1264.
Escribe 9 obras, de 3 tipos:
Su obra más destacada es «Milagros de Nuestra Señora«, una colección de 15 milagros que utiliza la alegoría y el simbolismo. Emplea elementos de Locus Amoenus para representar a la Virgen, y el pecador se representa como un peregrino que llega a este lugar buscando salvación.
Describe cuánto poder tiene la Virgen, sin distinción, ayuda a todos. A nivel de estructura, están en forma de verso, y cada relato es como una forma de cuentecillos.
No tiene mucha ornamentación, es bastante sobrio y utiliza pocas metáforas. Usa comparaciones sencillas, que todo el mundo entienda. Emplea repeticiones (paralelismos) y palabras en latín.
El siglo XIV inicia un proceso de transformación política, social y religiosa.
Más conocido como Arcipreste de Hita, es el autor del «Libro de Buen Amor«. No tenemos datos precisos de su vida. No sabemos si estuvo realmente en prisión o si era una metáfora. Fue redactado dos veces, la primera en 1220 y la segunda en 1243. Es una autobiografía erótica que narra 13 aventuras amorosas con varias mujeres, y en todas ellas el arcipreste acaba ridiculizado.
Las influencias que recibe pertenecen a las diferentes tradiciones del siglo XIV:
La intención del autor viene condicionada por la difícil interpretación. Presenta mucha variedad de temas y mensajes ciertamente contradictorios. El objetivo es dar a conocer el camino correcto para alcanzar el buen amor (amor a Dios). Presenta de manera ridícula lo contrario que se debe hacer.