Portada » Historia » Evolución Histórica de la Península Ibérica: De Roma a los Borbones
Tras la conquista romana de la Península Ibérica se inicia la romanización, el proceso de asimilación por parte de los pueblos prerromanos (celtas, íberos y celtíberos). Fue más rápida e intensa en la zona mediterránea y los valles del Guadalquivir y del Ebro, y más lenta en el resto. La península ibérica se denominó Hispania.
A partir del siglo III d.C. se produce la crisis en el Imperio Romano, comenzando las invasiones germánicas. Roma pactó un acuerdo con los visigodos, un pueblo bárbaro ya romanizado, para asentarse en el sur de la Galia y así proteger Hispania. El Imperio Romano de Occidente cae en 476 y los visigodos se fortalecen. Fueron expulsados de la Galia por los francos. Tras la batalla de Vouillé (507), crearon un reino visigodo en Hispania, con capital en Toledo.
El final del reino visigodo vino con la invasión musulmana de la península, que aprovecharon las luchas internas por la sucesión al trono.
Al-Ándalus fue el territorio de la Península Ibérica dominado por los musulmanes desde el siglo VIII hasta el XV. Su historia se divide en varias etapas:
La monarquía de los RRCC (1479-1517) supuso el nacimiento del Estado Moderno y el fin de la monarquía feudal. Tenía los siguientes rasgos:
El marino genovés Cristóbal Colón descubrió América con el apoyo de la Corona de Castilla. La idea partía del concepto de que la Tierra era esférica para llegar a las Indias a través del Atlántico, ya que el Mediterráneo estaba bajo amenaza turca. Se ponen en práctica las nuevas técnicas de navegación. Llega el 12 de octubre de 1492 a la isla de Guanahani y realiza tres viajes más.
Se firma el Tratado de Tordesillas en 1494 que determina un reparto según una línea divisoria a 370 leguas al oeste de Cabo Verde. Los territorios al este de esa línea quedarían bajo dominio portugués, y al oeste, para Castilla. Castilla no tendría acceso a la ruta africana y Portugal quedaría al margen de la conquista de América, salvo el extremo occidental del continente. Las primeras exploraciones son llevadas a cabo por Vasco Núñez de Balboa, Francisco de Orellana y Hernando de Soto. Francisco Pizarro conquista el Imperio Inca y Hernán Cortés el azteca, lo que supuso la llegada de colonos españoles y la dominación de la población indígena, que fue aniquilada por la guerra, las nuevas enfermedades y el empleo como mano de obra.
Se crearon La Casa de Contratación, el Consejo de Indias y Las Leyes de Indias, que controlaban la gestión política en América. Destacan las Leyes Nuevas de 1542 impulsadas por Fray Bartolomé de las Casas, que puso a los americanos bajo la protección del rey. La organización territorial se hizo a través de virreinatos y audiencias.
Felipe II, de la dinastía de los Habsburgo, heredó un inmenso territorio de su padre Carlos I, posesiones de América, territorios de Europa y enclaves del norte de África. Sin embargo, no fue emperador de Alemania como Carlos I. En 1581, tras quedar libre el trono luso, se convirtió en rey de Portugal. Felipe II, como Carlos I, fue defensor del catolicismo frente a protestantes y musulmanes. Para pagar estas guerras usó los metales preciosos que provenían de América, pero no pudo evitar la bancarrota. Sin embargo, a diferencia de su padre, puso los dominios peninsulares como centro de su monarquía. Él estableció a Madrid como sede de la corte en 1561.
En el siglo XVII, durante el reinado de los Austrias menores (Felipe III, Felipe IV y Carlos II), el Imperio Hispánico entró en una gran crisis que terminó su dominio. El gobierno se dejó en manos de los validos o privados, que eran ministros de la alta nobleza que favorecieron la corrupción y buscaron el propio beneficio. Felipe IV dejó el poder en manos de Gaspar de Guzmán, Conde-Duque de Olivares. Este llevó a cabo un poder autoritario y centralizador. Quería integrar a todos los territorios hispanos en un solo estado común, con las mismas leyes e instituciones, siguiendo el modelo castellano. Participó en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) que provocó un conflicto con Francia, que arruinó al país. Creó la Unión de Armas, un costoso ejército de 150.000 hombres, y obligaba a todos los territorios del imperio a pagarlo.
El Conde-Duque fue destituido en 1643, fracasando sus intentos centralizadores y, por tanto, se mantuvo la estructura descentralizada de la monarquía de los Austrias.
La intolerancia contra minorías religiosas ha sido común en la historia.
La muerte sin descendencia del último Habsburgo, Carlos II “el Hechizado”, provocó la Guerra de Sucesión (1700-14). Esta terminó con la organización de la dinastía de los Borbones, con Felipe V. Se estableció una monarquía absoluta. Francia se convierte en el modelo político a imitar y en su principal aliado, a través de los Pactos de Familia. Se impusieron importantes reformas que transformaron el estado:
El Despotismo Ilustrado surge en Europa en el siglo XVIII. Era un tipo de monarquía absolutista, pero con reformas en busca del progreso y la modernización del país. Su lema es “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Sus principales representantes fueron Catalina de Rusia y Federico de Prusia. Carlos III (1759-1788), que había sido rey de Nápoles, impulsó medidas con el apoyo de sus secretarios de despacho. Continuó con la labor reformista de su padre, Felipe V, y de su hermanastro, Fernando VI. Esto le valió el apelativo de “el mejor alcalde de Madrid”. Muchas de estas medidas no se concluyeron por el freno de las clases privilegiadas o de las populares.