Portada » Geografía » Transformación Socioeconómica y Geográfica de España: Turismo, Demografía y Territorio
Hasta la Transición Democrática, el turismo experimentó un crecimiento relacionado con varios factores:
Entre 1973 y 1985, el turismo en España sufrió una crisis por el encarecimiento del petróleo y la competencia de nuevos destinos, lo que llevó a una mayor preocupación por la calidad ambiental y una distribución más escalonada del turismo. Desde 1985, la entrada en la Comunidad Europea y la inestabilidad en otros destinos favorecieron la recuperación del sector, con un modelo más sostenible y orientado a turistas de mayor poder adquisitivo. Actualmente, el turismo se promociona en agencias y oficinas, ofreciendo una oferta hotelera variada. La demanda se divide en turismo extranjero, centrado en sol y playa con fuerte estacionalidad; y turismo nacional, más diversificado y con preferencia por alojamientos extrahoteleros.
La importancia social y económica del turismo actual se relaciona con un perfil social de adultos jóvenes en búsqueda de empleo y de adultos o jubilados que se establecen de manera permanente en áreas litorales. Por otra parte, en áreas rurales y de montaña, el turismo ha frenado el despoblamiento. En el litoral, el turismo favorece la formación de conurbaciones, y hay otros espacios rurales de montaña y urbanos en los que el turismo ha contribuido a la rehabilitación de edificios, mejorando así la calidad de vida.
Desde el punto de vista económico, el turismo crea empleo, en gran parte estacional; proporciona riqueza (aporta en torno al 12% del PIB); sin embargo, en ocasiones, ocasiona una subida excesiva de precios que repercute negativamente en la población residente; influye en las actividades económicas de las áreas turísticas, aunque en algunos casos, ocasiona una excesiva especialización en las actividades más demandadas, favoreciendo el abandono de otras tradicionales.
El turismo mejora la dotación de servicios, equipamientos e infraestructuras, y fomenta el acercamiento entre pueblos y el contacto entre diferentes sociedades y culturas.
El turismo también tiene repercusiones negativas en la sociedad y el medioambiente. Puede suponer una afluencia masiva de turistas y saturar los servicios e infraestructuras en algunos momentos del año, dejando otras inutilizadas. Además, puede causar la pérdida de costumbres y señas de identidad propias, así como generar rechazo social. Respecto a los efectos medioambientales, en las áreas litorales, el daño se relaciona con un período en el que apenas existía preocupación medioambiental. En otras áreas, las repercusiones han sido menores; aun así, el turismo ha producido deforestación, deterioro del patrimonio histórico y cultural, y presión sobre los recursos naturales. En la actualidad, se apuesta por un turismo sostenible que siga las directrices marcadas por la política de la Unión Europea y la Agenda 2030.
Hasta principios del siglo XX. Se caracteriza por altas tasas de natalidad, debido al predominio de una economía y sociedad rurales, donde los hijos comenzaban a trabajar pronto, ayudando en las labores del campo, y a la inexistencia de sistemas eficaces para controlar los nacimientos. La mortalidad general era alta, a causa del bajo nivel de vida, una dieta deficitaria y las precarias condiciones médicas y sanitarias, que no podían impedir la transmisión de enfermedades infecciosas. A la mortalidad general se sumaban momentos de mortalidad catastrófica, y la mortalidad infantil también era alta, tanto la neonatal (en las cuatro primeras semanas) como la posneonatal (hasta el año de edad). La esperanza de vida era baja y el crecimiento natural también era bajo.
Entre 1900 y 1975. La natalidad descendió de forma suave y discontinua, alternando períodos de mayor decrecimiento con otros de recuperación, relacionados con acontecimientos históricos. En la década de 1920, la natalidad se recuperó gracias a la prosperidad económica; entre 1930 y 1956, desciende por la crisis económica de 1929 y la inestabilidad política de la Segunda República, la Guerra Civil y la posguerra (la política pronatalista de Franco resultó insuficiente); entre 1956 y 1965, tuvo lugar una recuperación de la natalidad por el desarrollo económico que siguió al fin del bloqueo internacional y de la autarquía; entre 1965 y 1975, disminuyó debido al nuevo modo de vida industrial y urbano, con graves problemas de vivienda. La mortalidad general descendió de forma acusada y continua, excepto en los períodos de mortalidad catastrófica (la gripe de 1918 y la Guerra Civil). Este descenso general se debió al aumento del nivel de vida (con una mejor dieta, educación y mayor nivel cultural) y a los avances médicos y sanitarios. La mortalidad infantil también decreció, sobre todo la posneonatal, gracias a los progresos de la pediatría, la alimentación infantil y el mejor cuidado materno. La esperanza de vida se elevó y el crecimiento natural fue alto, especialmente entre 1920 y 1965.
A partir de 1975. La natalidad descendió, distinguiendo dos períodos:
1. Nos encontramos ante un paisaje del interior peninsular en el que se distinguen elementos del medio físico como el relieve, el roquedo, la vegetación y el suelo, a partir de los cuales podemos concretar el clima. También se observan elementos humanos relacionados con el poblamiento, las actividades económicas y las infraestructuras.
2. Atendiendo a las unidades del medio físico, el relieve está formado por un espacio llano ligeramente ondulado que responde a las características de una cuenca sedimentaria rellenada durante la Era Terciaria, formada actualmente por fragmentos de rocas y minerales. Al fondo se distingue un páramo originado por la erosión fluvial.
Aunque no se distinguen recursos hídricos, cabe suponer la existencia de un curso de agua por la presencia de árboles alineados, que formarían parte de una vegetación de ribera. En el resto del paisaje, la vegetación es escasa y se distribuye de manera irregular, formada por árboles y matorrales. El suelo está plenamente evolucionado donde hay cultivo. El clima característico del interior peninsular es el clima mediterráneo continentalizado, con grandes contrastes térmicos y precipitaciones moderadas e irregulares.
En cuanto a los elementos humanos, se distingue un poblamiento rural concentrado, formado por casas tradicionales de poca altura. Llama la atención la iglesia con campanario y restos de lo que parece un castillo. También se observa actividad agraria en parcelas abiertas de pequeño tamaño y regulares; parece una agricultura extensiva de secano, característica del interior peninsular, protagonizada por la trilogía mediterránea (cereales, vid y olivo). Este tipo de paisaje también se puede relacionar con un turismo rural para personas que buscan el descanso en espacios abiertos con calidad medioambiental. En el paisaje se observan infraestructuras, concretamente tendido eléctrico. El acceso al poblamiento rural se realiza por una carretera secundaria o camino.
Este paisaje se ha visto muy modificado por la acción humana para el aprovechamiento de sus recursos. En contrapartida, la acción humana ha contribuido a la pérdida de biodiversidad autóctona. Este es el motivo por el que es necesario aplicar políticas medioambientales que permitan la recuperación de entornos afectados y evitar mayores daños; en esta línea se encuentran las propuestas de la Agenda 2030 para un desarrollo sostenible.
Nos encontramos ante un paisaje del interior peninsular recorrido por un río y atravesado por una presa, en el que se pueden distinguir elementos del medio físico como el relieve, la vegetación y los recursos hídricos, así como elementos humanos como una presa y una central hidroeléctrica.
Atendiendo a los elementos físicos, el río está flanqueado por montañas de poca altura, escarpadas y formadas por roquedo calizo; se trata de una montaña joven formada en la Era Terciaria por la orogénesis alpina y afectada por agentes erosivos. La hidrografía está formada por el caudal de un río de origen pluvial que se ve influido por el clima mediterráneo continentalizado, característico del interior peninsular, con precipitaciones moderadas o escasas y contraste térmico. La presa también afecta al caudal, regulando la cantidad de agua y sirviendo para la obtención de energía hidroeléctrica. La vegetación está reducida a especies arbóreas (vegetación de ribera), también presente en la falda de las montañas; vegetación arbustiva y herbácea se observa en el resto del paisaje, especialmente en primer término (primer plano). Se distribuye de manera irregular, dejando ver mucho roquedo desnudo.
En cuanto a los elementos humanos, se observa la instalación de una pequeña central hidroeléctrica que aprovecha el salto del agua de la presa para generar electricidad al mover una turbina. Es una fuente de energía tradicional, influida por el caudal del río. Respecto a las infraestructuras, además del tendido eléctrico, también se aprecia una carretera que parece extenderse por encima de la presa, y un canal de agua paralelo al río que puede tener una función de riego.
Es un paisaje muy modificado por la intervención humana para el aprovechamiento de sus recursos. Como aspecto negativo, hay un importante deterioro que puede causar la pérdida de biodiversidad autóctona. Esto hace necesaria la aplicación de políticas de protección medioambiental y recuperación de espacios deteriorados, como propone la Agenda 2030 con el objetivo de alcanzar un desarrollo sostenible.
1. Nos encontramos ante un gráfico lineal múltiple que representa la producción y el consumo de carbón entre 1935 y 2021 en España. Los datos están expresados en toneladas equivalentes de petróleo. Fuente: MITECO y Foro Nuclear. La producción viene representada en azul y el consumo en rojo.
2. Desde 1935, el consumo es mayor que la producción. El consumo hasta 1960 presenta un crecimiento continuado, para descender bruscamente en los años siguientes. A partir de 1965, presenta un crecimiento continuado hasta 1985. En adelante, registra pequeñas oscilaciones/fluctuaciones hasta 2005, año en que se observa un brusco descenso. Los valores se recuperan a partir de 2013, hasta los 13.583 de 2015. Posteriormente, se vuelve a producir un importante descenso hasta llegar a un mínimo de 3.109 en 2020.
En cuanto a la producción, el crecimiento es pequeño pero continuado, aunque siempre menor que el consumo. Desde 1965, experimenta un descenso hasta 1975, año en que registra un crecimiento exponencial que llega a los 19.121 en 1995. A partir de entonces, el descenso es continuado y significativo, hasta alcanzar el valor 0 en 2021.
Entre 1935 y 1965, el consumo creció gracias al proteccionismo. Entre 1965 y 1975, perdió importancia en favor del petróleo, que tras el fin de la autarquía impuesta por el régimen franquista comenzó a ser importado. Desde 2005, la producción decrece por el cierre de la mayoría de las centrales térmicas de carbón en 2020 y por el incremento del uso del gas y las fuentes de energía renovables.
1. Nos encontramos ante una gráfica lineal múltiple que representa la evolución de la producción y el consumo de gas natural entre 1963 y 2021. Los datos están expresados en miles de toneladas equivalentes de petróleo. Fuente: MITECO y Foro Nuclear. La producción aparece representada en color azul y el consumo en rojo.
2. Los valores registrados de consumo y producción entre 1963 y 1969 son similares y ligeramente crecientes. Sin embargo, desde 1973, el consumo inicia un crecimiento mayor respecto a la producción, con valores entre 794 y 2648 en 1987. A partir de entonces, se observa un crecimiento exponencial del consumo hasta llegar a un máximo de 31.784 miles de toneladas de gas en 2007. Hasta 2015, hay un descenso y desde entonces una fluctuación que mantiene valores significativamente elevados. Por otro lado, la producción no refleja cambios importantes. Fluctúa manteniendo valores muy bajos. El máximo registrado es de 1527 miles de toneladas en 1989, que desciende de nuevo durante los años siguientes.
El gas natural es una mezcla de hidrocarburos gaseosos con predominio del metano que se encuentra en yacimientos subterráneos. Su consumo se inició en 1969, tal y como muestra la gráfica, y reflejó un crecimiento exponencial, sobre todo en la industria y los hogares, gracias a sus ventajas económicas y medioambientales. Los momentos de descenso del consumo coinciden con la crisis de 2008-2013 y la pandemia de la COVID-19 de 2020.
1. Nos encontramos ante una gráfica lineal múltiple que representa la evolución de la producción y el consumo del petróleo en España entre 1965 y 2021. Los valores vienen expresados en miles de toneladas de petróleo; el consumo en rojo y la producción en azul. Fuente: MITECO y Foro Nuclear.
2. La producción nacional de petróleo, que comienza en 1965, presenta una evolución estable, con valores prácticamente insignificantes. Alcanza un valor máximo de 2977 miles de toneladas en un punto temprano de su serie, para luego descender hasta un mínimo de 5,8 en 2021. El consumo, por otra parte, presenta importantes fluctuaciones. Desde 1965 hasta 1979, crece significativamente. En adelante, registra valores entre las 46.000 y las 56.000 toneladas en 1995, iniciando un crecimiento hasta llegar a un máximo en 2007. A partir de entonces, se observa un descenso continuado hasta 2021.
El petróleo es un aceite mineral compuesto por hidrocarburos que se obtiene a partir de la descomposición de materia orgánica (animales y plantas). La producción nacional es insignificante, tal y como muestra la gráfica, por lo que el país depende de costosas importaciones, principalmente de Oriente Medio y África. Entre 1973 y 1975, el precio del crudo se disparó, lo que provocó una crisis. La crisis de 2008-2013 hizo que su consumo descendiese, aunque inició una recuperación en 2015, interrumpida por la pandemia de 2020.
1. Nos encontramos ante un mapa temático, político, corocromático y cuantitativo que representa la población ocupada en el sector terciario en 2021 en España. Los datos están representados en porcentajes. Fuente: INE. Las provincias/comunidades autónomas numeradas son: …
2. La población media española ocupada en el sector terciario en España es del 75,8%. Las Islas Baleares y las Islas Canarias concentran una gran ocupación en actividades terciarias, con una media de más del 80,8%; esto puede estar relacionado con el interés extranjero por el turismo de sol y playa que caracteriza a estos lugares y porque en estas zonas los servicios son poco mecanizables y requieren escasa cualificación. También Madrid, como capital de Estado y centro financiero, por la concentración de población y la terciarización de su industria; y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, donde el sector primario y secundario apenas existen. A continuación, las siguientes zonas con mayor población ocupada son Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Cataluña, la Comunidad Valenciana y Andalucía, con una media de entre el 70,8% y el 75,8% de población, debido a sus tradiciones gastronómicas y culturales y al protagonismo de la industria. Continuando con las zonas con menor ocupación, encontramos las del interior peninsular, concretamente Castilla y León, Navarra, La Rioja, Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura y Murcia, con menos del 70,8% de población, donde el peso económico reside en el sector primario y secundario y el nivel de urbanización y renta es inferior.
1. Nos encontramos ante un mapa temático, político, corocromático y cuantitativo que representa la participación del sector terciario en el valor añadido bruto en 2021 en España. Los datos están representados en porcentajes. Fuente: INE. Las provincias/comunidades autónomas numeradas son: …
2. La media de participación del sector terciario en el VAB se sitúa en el 74,3% en España. La aportación es mayor en las comunidades donde predominan los servicios más avanzados, como los de grandes empresas y alta tecnología (ej. la Comunidad de Madrid, que registra un 84,5%); zonas muy polarizadas en el turismo, como las Islas Baleares o Andalucía, con valores que superan la media; o bien zonas donde el sector primario y secundario están en crisis. En las zonas donde los servicios requieren menores cualificaciones o predominan los demás sectores, la aportación al VAB es escasa, como es el caso de zonas del interior peninsular como Castilla-La Mancha, Castilla y León, Navarra, La Rioja, Aragón, etc. En el futuro, se prevé que la terciarización aumente las desigualdades. La política española trata de impulsar un crecimiento del sector enfocado hacia la diversificación, la mejora de la calidad y la sostenibilidad, siguiendo las pautas impuestas por la política europea y la Agenda 2030.
1. Nos encontramos ante un mapa temático, político, corocromático, cuantitativo y de figuras que representa la participación del sector terciario en el valor añadido bruto en 2021 en España. Los datos están representados en porcentajes. Fuente: INE. Las provincias/comunidades autónomas numeradas son: …
2. El sector económico que registra mayor ocupación en España es el sector terciario, que aporta en torno al 70% del PIB. A comienzos del siglo XX, la población en España era fundamentalmente rural, por lo que el sector protagonista era el primario. Sin embargo, con el paso del tiempo, desde mediados de siglo, tanto la industria como el turismo comenzaron a crecer. Los principales focos industriales fueron el País Vasco y Cataluña. En la franja cantábrica y Cataluña aún persiste un alto porcentaje de ocupación del sector secundario industrial, aunque en el sector servicios es mayor, lo que se puede relacionar con el turismo gastronómico, deportivo y paisajístico de la zona. Por otra parte, tal y como muestra el mapa, el sector terciario es predominante en el litoral mediterráneo, debido al modelo de sol y playa con fuerte estacionalidad, principal foco de turismo extranjero; en Madrid, como capital de Estado y destino cultural e histórico; y en las Islas Baleares y Canarias, donde el sector primario y secundario son prácticamente inexistentes y los servicios son mecanizables y no requieren una alta cualificación. España apuesta por reducir los desequilibrios regionales mediante la diversificación y la especialización, siguiendo las políticas impuestas por la Unión Europea y tomando como referencia los objetivos de la Agenda 2030.