Portada » Magisterio » Transformación Estratégica de RR.HH.: Competencias y Gestión del Conocimiento para la Competitividad
Es en los años ochenta y noventa cuando el enfoque utilizado hasta entonces, en las clásicas Direcciones o Jefaturas de Personal, comienza a dejar paso a un nuevo planteamiento. Este cambio, entre otros aspectos, lleva implícito una modificación de denominación, pasándose a hablar de Dirección de Recursos Humanos.
La transición del enfoque de Personal al de Recursos Humanos se caracteriza por los siguientes puntos:
En el perfil de exigencias del puesto, se indicarán los rasgos psicométricos que deberá reunir el ocupante del mismo para poder responder con éxito a dichas exigencias.
Este enfoque, aun siendo útil y valioso, plantea una serie de problemas:
La mayoría de las actuaciones dentro de la Gestión de Recursos Humanos tienen como objetivo conocer qué personas tendrán un rendimiento más eficaz, eficiente y seguro en sus puestos de trabajo. Para ello, es preciso disponer de un sistema que permita hacerlo de forma más precisa.
Se define el perfil de exigencias del puesto en función de las conductas de las personas que realizan su trabajo con eficacia. De esta forma, lo que conforma dicho perfil es un conjunto de comportamientos observables.
En la definición que hemos planteado de competencias, se aprecian las dos características principales de las mismas:
En una organización, la competencia Orientación a la Productividad implica hacer las cosas y conseguir que otros las hagan de modo eficiente, estableciendo sistemas y procedimientos con esta finalidad y gestionando eficientemente el tiempo.
La Competencia Orientación a la Productividad tendrá una serie de comportamientos asociados que, por ejemplo, podrían ser:
Para que una persona pueda llevar a cabo un determinado comportamiento, es preciso que se den una serie de componentes:
Formado por el conjunto de conocimientos que permiten a la persona llevar a cabo los comportamientos que conforman la competencia.
Ser capaz de aplicar los conocimientos que se poseen a la solución de los distintos problemas concretos que plantea el trabajo. En realidad, en este caso, nos estamos refiriendo a las habilidades y destrezas de las personas.
No es suficiente con que una persona sea eficaz y eficiente en las tareas incluidas en el trabajo; es necesario, también, que adopte un comportamiento adecuado a las normas, reglas y cultura de la organización.
Para poner en juego los saberes anteriores, es necesario que la persona “quiera hacerlo”; es decir, que muestre el interés y la motivación precisos.
Es un aspecto que muchas veces se olvida, ya que no se refiere a las personas, sino a la organización, y que, sin embargo, es importante a la hora de trabajar dentro del enfoque de competencias.
El empuje y alta aceptación que ha tenido el enfoque de competencias en nuestro país puede explicarse al analizar las ventajas que aporta su adopción a las empresas:
En el mundo empresarial actual, se descentralizan la mayor parte de las actuaciones, por lo que los empleados deberán actuar cada vez con más autonomía y asumir las responsabilidades que les correspondan por las decisiones y acciones que llevan a cabo.
El empleo del enfoque de competencias nos permitirá disponer de personas que tengan los conocimientos que exige su trabajo y que sepan y quieran ponerlos en práctica en la resolución de los problemas diarios que este les plantea.
Una de las características de las actuales organizaciones competitivas es que, en ellas, se ha producido un cambio en la pirámide organizacional, de forma que esta ya no suele ser la estructura piramidal clásica.
Cuando el cliente tiene un problema, se lo plantea al trabajador que está en contacto con él y que, por lo general, ocupa un nivel operativo en la pirámide organizacional, por lo que, en muchas ocasiones, no tiene la autoridad ni la autonomía suficientes para tomar la decisión oportuna.
La concepción de las estructuras organizacionales ha sufrido un profundo cambio. Ha sido necesario que se produzca un cambio significativo en la forma de pensar, de forma que, al invertir la pirámide, el cliente quede como centro de todas las actividades que se llevan a cabo en la organización.
La estructura invertida se organiza de la siguiente manera:
Así, nos encontramos con la necesidad de disponer de estructuras jerárquicas más planas y flexibles, en las que los empleados actúan con mucha mayor autonomía.
El empowerment, partiendo del principio de que los trabajadores ya tienen el poder a través de sus conocimientos y su motivación, trata de conseguir que este poder se proyecte hacia fuera a través de un sistema que se apoya en tres principios:
Es fundamental que en la empresa existan otras personas que ya hayan llevado a cabo algún trabajo igual o similar; esto es, personas que tengan:
Tradicionalmente se pensaba: Conocimientos = poder, vamos a acopiarlos.
Actualmente se entiende: Conocimientos = poder, vamos a compartirlos para que se multipliquen.
La Gestión por Competencias (preocupación por lo que las personas saben, saben hacer y hacen) conduce a la Gestión del Conocimiento, entendida como la gestión del aprendizaje, obtenido en un momento y lugar determinados, para permitir trasladarlo y aplicarlo a otro lugar o momento, para obtener los resultados esperados en menos tiempo y con menos errores.
La Gestión del Conocimiento es la necesidad de planificar, organizar, poner en marcha y mantener un sistema que permita conseguir que los conocimientos inarticulados y tácitos, que existan en una organización, se conviertan en explícitos, de forma que puedan ser compartidos y renovados, para facilitar la innovación y el progreso continuo.
La Gestión de Recursos Humanos por Competencias busca gestionar más adecuadamente a las personas de una organización de forma que esta mejore su competitividad. Ahora bien, lo más importante son los conocimientos de dichas personas, lo que distintos autores llaman Inteligencia Empresarial o, desde otro punto de vista, Capital Intelectual.
Ya se planteaba la necesidad de construir las organizaciones en base a la capacidad de aprender de los individuos que las conforman y, por tanto, en la de la propia organización.
La masiva aceptación del concepto de “competencia” facilita el paso a la Gestión del Conocimiento, apoyándose, entre otros aspectos, en el rápido desarrollo de las tecnologías de la información.
Para implantar un sistema de Gestión del Conocimiento se necesitan, fundamentalmente, tres pilares:
El sistema de Gestión del Conocimiento solo puede funcionar adecuadamente en una estructura abierta al cambio, participativa, con una cultura que favorezca la toma de decisiones por parte de todos los empleados.
El “boom” de los modelos de Gestión del Conocimiento se ha producido, fundamentalmente, a partir del desarrollo de las redes informáticas, lo cual no es raro, si aceptamos, como afirman sus partidarios, que estas constituyen el verdadero corazón de la revolución informática.
El desarrollo de Internet dio lugar a la aparición, entre otros productos, a causa de la expansión de los servidores de información, del protocolo HTTP y los tipos de documentos asociados al mismo (el entorno World Wide Web), lo que ha facilitado una explosión de los servicios de información basados en esta tecnología.
Intranet es el término utilizado para describir la implantación de las tecnologías de Internet dentro de una organización, más para la utilización interna que para la conexión externa.
La existencia de una Intranet facilita la creación de bases de datos que incluyan las prácticas o proyectos ejemplares, de forma que todos los empleados de la organización puedan consultarlas y no empezar sus proyectos, constantemente, a partir de cero.
Estamos ante una nueva filosofía, ante una nueva cultura de la empresa, que defiende y preconiza la idea de que no se vuelva a inventar lo que ya está inventado, sino que sirva de punto de partida para mejorarlo y, como consecuencia, para aumentar su valor.
La Gestión del Conocimiento se refiere, principalmente, a la distribución de conocimientos. Así, la circulación fluida de la información en todas direcciones es la principal aportación de la tecnología.
La Dirección de Recursos Humanos tiene un papel crucial en la implantación de un sistema de gestión que supone un cambio tan radical de cultura en la organización y una modificación en la forma de trabajar de las personas.
La Dirección de Recursos Humanos puede ayudar a vertebrar el sistema de Gestión del Conocimiento, tanto por la necesidad de información y formación que se va a producir como por las resistencias que, en un primer momento, pueden surgir ante un cambio tan drástico.
La Intranet será el soporte tecnológico del sistema y su concepción, diseño, implementación y mantenimiento adecuados serán un aspecto clave para el éxito del proceso.
La formación es fundamental, tanto durante el cambio que supone el inicio del proceso, como a lo largo del mismo, por lo que respecta a la formación que será preciso impartir a los usuarios del sistema (técnica, actitudinal).
Hemos analizado cómo la Gestión de Recursos Humanos por Competencias surge como consecuencia de la necesidad de mantener y mejorar la competitividad de las empresas en un entorno cada vez más agresivo y rápidamente cambiante.
En esos momentos y, con la tecnología de que se disponía, se pudo dar el salto del clásico enfoque del Rasgo al de Competencias, con lo que se conseguía responder, desde el área de Recursos Humanos, a las nuevas exigencias que le planteaban las empresas.
Pasamos de una situación en la que las evaluaciones basadas en los Rasgos facilitaban conocer las características básicas y potenciales de las personas, pero no saber qué es lo que realmente sabían hacer o podían llegar a hacer, a otra situación en la que las evaluaciones y decisiones basadas en las Competencias permitían adoptar un enfoque integrador dentro de la Gestión de Recursos Humanos y trabajar dentro del marco de la polivalencia que las empresas necesitan de sus empleados.
El paso del enfoque del Rasgo al de Competencias permite mejorar el rendimiento, la seguridad y la satisfacción de los empleados y, como consecuencia, la eficacia, eficiencia y competitividad de la empresa. Con el desarrollo de las tecnologías de la información, se ha podido dar un nuevo salto, que se venía gestando desde hace tiempo.
El paso lógico siguiente a la Gestión de Recursos Humanos por Competencias ha sido llegar a la Gestión del Conocimiento. Sin embargo, los sistemas de Gestión del Conocimiento, en nuestro país, aún están empezando a aplicarse y ni siquiera han comenzado a tener su pleno desarrollo. No se puede olvidar, tampoco, que las tecnologías y los mercados cambian muy rápidamente, las actitudes lo hacen mucho más lentamente, y la implantación de estos sistemas implica un cambio cultural completo.