Portada » Educación Artística » Realismo, Academicismo y Vanguardias: La Pintura en la Segunda Mitad del Siglo XIX
El movimiento que surgió en la literatura y artes plásticas entre 1840 y 1880 recibe el nombre de “Realismo”.
Ambos artistas muestran sucesos de la actualidad, pero mientras que Delacroix combina la alegoría con la documentación periodística, Meissonier prescinde del lenguaje de los símbolos y de la retórica del heroísmo para ofrecernos un espectáculo brutal del que él mismo fue testigo.
Con sus cuadros «El sembrador», «Las espigadoras», etc., reivindica al campesino, aunque su visión es un tanto lírica. Muestra gran sencillez y calma, quizás resignación. Un espíritu de fraternidad humana inspira sus temas, se aleja del efectismo y la teatralidad de los románticos. Su técnica está plagada de luces y sombras envolventes.
Se forma como ilustrador gráfico y se dedica a realizar grabados y litografías satíricas y caricaturas que critican mordazmente la hipocresía de la monarquía de Luis Felipe y sus instituciones. Daumier utiliza una pincelada enérgica y sumaria que da la sensación de abocetamiento. Sus temas reflejan el compromiso con las clases más humildes y también el mundo de la marginación y los gestos reivindicativos.
Édouard Manet es quien concluye las directrices que Courbet encaminó hacia una pintura nueva. La pincelada larga, fluida y plana, la primacía del dibujo y el color sobre el asunto que representa y su distanciamiento con respecto a este, suponen un cambio sustancial en el concepto de qué es la pintura y en qué consiste pintar.
Al comparar su obra “Concierto en las Tullerías” con el “Estudio del Pintor” de Courbet veremos inmediatamente las diferencias. Al igual que Courbet, también Manet ha introducido su retrato junto a otros retratos de célebres personajes relacionados con su vida. Pero a diferencia de Courbet, Manet inserta estas figuras en su propio ambiente, no las desplaza al interior del taller del artista. Manet no solo actúa como fotógrafo, sino que también invierte las relaciones entre el pintor y el motivo u objeto que representa.
Con Manet, es el motivo el que se coloca delante del pintor, y no este quien se sitúa ante el motivo (ordenación y selección previa del material, así como un punto de vista exclusivo que exige al espectador identificarse con el ojo del pintor y mirar desde su posición).
Los artistas que más le influyen son: los pintores venecianos del siglo XVI, los holandeses del XVII, sobre todo Velázquez y Goya. Siempre estuvo enamorado del folclore y las tradiciones españolas.
Se empieza a acercar más al impresionismo, tanto por la temática como por la técnica. Obras: Monet en su taller flotante, El Ferrocarril, El Bar de Folies Bergère…
En 1863, Manet sorprendió al público francés al exponer su Déjeuner sur l’Herbe. Es una afirmación a favor de la libertad individual del artista. El escándalo que causaba una mujer desnuda almorzando despreocupadamente con dos hombres completamente vestidos ofendía a la moralidad de la época.
Literalmente, en francés, «Arte bombero». Es una denominación peyorativa para referirse al academicismo francés de la segunda mitad del siglo XIX bajo la influencia de la Academia de Bellas Artes. La expresión refiere al arte académico oficial, adicto al poder, que aunque exhibía técnicas magistrales, resulta a menudo falso y vacío de contenidos. El origen del apelativo es incierto: podría derivar de los yelmos de las figuras clásicas, similares al casco de un bombero; o podría simplemente referirse al carácter pomposo y retórico de muchas representaciones de la época.
La corriente artística del Neoclasicismo, inserta en el siglo XVIII y prolongada a la primera mitad del XIX, tenía en el rigor racional el primer requisito para prestarse a la enseñanza en las academias, el camino de la imitación de los modelos clásicos, modelo de armonía y belleza. La Academia Real de Pintura y Escultura se había creado en Francia en 1648, con el objetivo de garantizar a los artistas una norma de calidad, dotándolos de un estilo pleno de simplicidad, grandiosidad, armonía y pureza.
Hombre fuerte del academicismo francés, primer presidente del departamento de pintura de la Sociedad de Artistas Franceses y gran favorito de la clase adinerada de su época. Vivió 80 años y se le reconocen más de ochocientas obras. Ilustres admiradores suyos fueron: Napoleón III y el pianista y compositor romántico Chopin. Otros grandes contemporáneos como Van Gogh y Gauguin lo aborrecieron o ignoraron. (Obra destacada: Dante y Virgilio en el infierno, 1850).
También conocido como Fernand-Anne Piestre, fue un pintor francés, uno de los principales pintores de temas históricos de la Francia moderna. Atrajo a una edad muy temprana la atención de la crítica por el sensacionalismo de su arte, pues por un tiempo su poderoso pincel se detuvo con especial placer en escenas de derramamiento de sangre, como El Asesinato en el Serrallo (1868) y La muerte de Ravara, Reina de Lanka, ambas en el Museo de Toulouse. Su obra más conocida, Caín huyendo antes de la maldición de Jehová, inspirada en La Légende des siècles de Victor Hugo, se conserva en el Musée d’Orsay.
Pintor de historia, de género y retratista, su obra evolucionó con los años hacia temas románticos, tales como Albaydé, inspirado en un poema de Orientales de Victor Hugo. Su obra fue especialmente conocida y reclamada por los coleccionistas internacionales y por las instituciones, y fue uno de los artistas preferidos de los emperadores Napoleón III y Eugenia de Montijo. Artista contrario al Naturalismo y al Impresionismo, y en particular enemigo de Édouard Manet, fue criticado a su vez por Émile Zola y los naturalistas, así como por todos aquellos que defendían la emergencia de un arte menos galante y más social y exigente. (Obra destacada: El nacimiento de Venus, 1863).
Fue un pintor y escultor francés academicista cuyas obras son, por lo general, de tema histórico, mitológico, orientalismo, retratos y otros temas, con lo que lleva al Academicismo tradicional a un clímax artístico. Es considerado uno de los pintores más importantes de este periodo académico, y además de ser pintor y escultor, fue también un maestro con una larga lista de estudiantes. (Obra destacada: La pelea de gallos, 1846).
“Arts and Crafts” (Artes y Oficios) es un movimiento artístico y estético originado a finales del siglo XIX en Inglaterra, que surge como reacción contra el primer estilo industrial, el estilo victoriano.
Arquitecto, diseñador, político, escritor, artesano y activista, fue el fundador del movimiento “Arts & Crafts”, el cual rechazaba la producción industrial en las artes decorativas y la arquitectura. Morris fue influencia para las artes visuales y el diseño industrial del siglo XIX. Este creó su propia empresa “Morris and Company” (telas, tapices, papeles pintados…), que pretendía crear un taller que diseñara y realizara cualquier trabajo artístico: murales, vidrieras, muebles…
En esta habitación se pueden observar algunas características:
La «Casa Roja», en Bexleyheath, fue la primera obra arquitectónica del grupo Arts & Crafts. Esta vivienda unifamiliar fue proyectada en 1859 por el arquitecto Philip Webb en colaboración con William Morris, su primer propietario.
El constante uso del acero flexible para hacer líneas verticales acompañadas de curvas irregulares y muy cargadas (como en el gótico), caracterizan el arte de Mackintosh.
La competencia en las exposiciones bienales marcó definitivamente la pintura académica de la segunda mitad del siglo XIX: gran formato, elección por parte del artista de un tema histórico de interés público, espectacularidad y teatralidad de composiciones y retratos.
Fue uno de los géneros más utilizados en esta época que se deriva del Romanticismo y que a modo de fotografía reflejan los grandes acontecimientos del pasado idealizados.
El sentimentalismo y la afectación de gestos tienen el objetivo de emocionar al espectador y son también parte del espíritu decimonónico, tan marcado por el romanticismo.
El Testamento de Isabel la Católica (Museo del Prado). Obra cumbre de la pintura de historia del siglo XIX que marcaría la decisiva transformación de este género en España. Destaca el gran Realismo, la pincelada limitada, la atmósfera velazqueña y la expresión contenida de los rostros.
Una de sus obras más famosas es Doña Juana ante el féretro de su marido. Este cuadro reúne todas las características de la pintura Romántica de la segunda mitad del siglo XIX. Estuvo obsesionado por la figura histórica de Juana la Loca.
El fusilamiento de Torrijos (1887-1888, óleo sobre lienzo, 390 x 601 cm, Museo del Prado, Madrid). Es uno de los cuadros más impactantes del Museo del Prado, por su enorme tamaño, por su dura temática y por el realismo con el que está pintado. Fue un encargo especial del gobierno liberal de Práxedes Mateo Sagasta a Antonio Gisbert. Querían un cuadro para el Museo del Prado que representase la defensa de la libertad y la democracia frente al autoritarismo absolutista. El tema elegido para simbolizar esta idea fue el fusilamiento de José María de Torrijos y sus compañeros. Técnicamente es una obra academicista, de gran ejecución, Romántica, fuertemente influenciada por Los Fusilamientos de Goya.
Tanto la aristocracia como la alta burguesía demandan retratos, y este género fue uno de los más cultivados por los pintores románticos. Quizás sea Federico Madrazo (1815-1894) el retratista más importante del país, y su obra Condesa de Vilches (1853), el mejor ejemplo del género pictórico. En esta obra apreciamos una composición delicada y refinada que se aleja de los parámetros neoclásicos.
En el ámbito pictórico el ejemplo más ilustrativo del orientalismo fue el de Mariano Fortuny. Las composiciones orientalistas resultantes se encuentran entre lo mejor de este género y tuvieron una gran ascendencia en el imaginario artístico de ese periodo (Marroquíes, de Mariano Fortuny, 1872-74).
El pintor seleccionaba libremente los aspectos de la realidad recogidos en sus apuntes para construir con su imaginario un Marruecos lejano, arcaico y misterioso.
Fortuny fue un diseñador de modas, escenógrafo y artista textil. Su primera creación en este nuevo campo sería el Knossos, un larguísimo echarpe de inspiración cretense. Fortuny cubrió con estos velos los cuerpos de las bailarinas durante la inauguración del teatro de la Condesa de Béarn en 1906, pero la presentación oficial se realizaría un año más tarde en Berlín, cuando la bailarina americana Ruth St. Denis conseguía la admiración de todo su público actuando sobre el escenario ataviada con un Knossos.
Inspirándose en los quitones jónicos empleados en la antigua Grecia y en la escultura clásica del Auriga de Delfos de la que tomaría su nombre, en 1909 Fortuny patentaba la que sería su creación más conocida, el vestido Delphos.