Portada » Psicología y Sociología » Psicopatología Esencial: Comprensión de la Conducta y Procesos Mentales
Esta perspectiva se enfoca en la interacción entre el funcionamiento físico y psicológico de las personas. La mente y el cuerpo son dos aspectos de una compleja entidad única. El estrés psicológico y la enfermedad física se influyen recíprocamente. Lo discutible es que encontrar una predisposición genética o un desequilibrio químico que acompañe a un trastorno determinado no necesariamente significa que el factor orgánico sea el único o aún la causa principal de dicho trastorno.
Esta perspectiva asegura que parte de nuestra conducta no es el resultado de nuestra elección consciente, sino que es dirigida por el inconsciente, por fuerzas internas que a menudo reflejan nuestras experiencias infantiles y relaciones familiares.
La perspectiva psicodinámica ha sido criticada por su falta de evidencia experimental, su dependencia en las deducciones, un muestreo poco representativo, prejuicios culturales (especialmente respecto a las diferencias de género) y por un retrato negativo de la conducta humana. Sin embargo, esta teoría psicodinámica ha jugado un rol muy importante al desmitificar la conducta anormal, descubriendo la irracionalidad de la vida diaria y mostrando que la conducta normal y anormal no son categorías muy distintas, sino puntos en un continuo.
La perspectiva cognitiva en Psicología comienza con un interés en la cognición o el procesamiento mental de la información. Los problemas psicológicos surgen de ideas irracionales (Ellis) o pensamientos distorsionados (Beck).
Esta perspectiva ha sido criticada por no ser científica, ya que hasta cierto punto se basa en deducciones y por confundir las causas secundarias con las primarias.
Al mismo tiempo, la perspectiva cognitiva es más científica que otras perspectivas, ya que enfatiza variables operacionalizadas y la medición empírica de la memoria, la asociación y las expectativas.
Esta perspectiva ve la conducta como resultante de la interacción de nuestra dotación genética y nuestra historia de aprendizaje. De este modo, los conductistas prefieren hablar de conducta “inadaptada” más que de “conducta anormal” y evitan asignar a la gente categorías específicas de diagnóstico.
Esta perspectiva ha sido criticada de sobresimplificante y determinista, y como un posible medio de coerción política. Al mismo tiempo, las aproximaciones conductistas a la objetividad y experimentación se han vuelto una norma en la investigación psicológica, y el conductismo en gran parte ha desestigmatizado la conducta anormal.
De acuerdo con esta perspectiva, las causas de la conducta anormal pueden ser encontradas en patrones habituales de las relaciones, generalmente dentro de la familia. De acuerdo con la teoría de la comunicación, la psicopatología surge de patrones familiares de comunicación ambiguos, contradictorios y hostiles.
Esta perspectiva aún no ha logrado consolidarse como una perspectiva psicológica seria y unificada, en parte porque sus afirmaciones son muy modestas y en parte porque algunos de sus descubrimientos no se han sostenido en estudios posteriores.
Tipo de pensamiento en el que existe una dificultad para distinguir lo esencial de lo accesorio.
Se aprecia donde existe un déficit en la capacidad de abstracción y generalización (en aquellas personas donde, por edad, debería observarse un pensamiento abstracto).
Repetición de ideas, frases o palabras. Asociado a un pensamiento concreto.
Se refiere a pensamientos con contenidos muy simples o superficiales donde se usan parámetros propios de la niñez (egocentrismo, pensamiento mágico o animismo).
Aparece una idea y su opuesta simultáneamente, sin tener conciencia de que vulnera el principio de no contradicción. Se observa en cuadros psicóticos.
Según Jaspers, las ideas delirantes son apodícticas (certeza y convicción inamovible), incorregibles (no influenciables por argumentaciones o la experiencia) y absurdas (incomprensibles e imposibles, donde el delirio es una realidad). Se pierde el juicio de la realidad.
Detrás del concepto de juicio de realidad, está implícito el concepto de consenso de realidad que compartimos en las diferentes sociedades.
Por ejemplo, para ciertas culturas, hay creencias que para otras pueden ser absurdas e incomprensibles, pero no por eso delirantes. Dentro del juicio de realidad debe estar la comprensión de las cosas de una forma intercultural. Por ejemplo, al exponer una creencia propia de mi cultura, debo tener la capacidad de comprender que es una creencia que puede no ser compartida por otros.
Aumento de la velocidad del pensamiento. Puede llevar a:
Disminución de la velocidad del pensamiento. Se traduce en una inhibición del pensamiento y el sujeto lo manifiesta de la siguiente forma: “me cuesta pensar… siento mis pensamientos lentos…” y se observa generalmente en cuadros depresivos. Puede llegar a la ausencia total del pensamiento (por ejemplo, en un estupor depresivo).
Idea recurrente, intrusiva, de diferentes contenidos. Los más frecuentes son ideas obsesivas de duda, contaminación, simetría o de carácter religioso-culposo. También pueden ser recuerdos obsesivos. El contenido no necesariamente es absurdo, pero sí la persistencia, penetrancia y repetición de la idea. Son, en general, egodistónicas (generan malestar), aunque en casos de ideas obsesivas crónicas, pueden ser egosintónicas (no generan malestar y son vividas como parte de lo cotidiano).
Impulso determinado a realizar actos que son absurdos para el sujeto (por las características del acto) y tienen una persistencia incontrolable. Pueden o no estar relacionados o ser una respuesta a una idea obsesiva. Pueden transformarse en francos rituales que con frecuencia son vividos con un carácter mágico, es decir, que el hacerlo o no hacerlo, aumenta las probabilidades de que algo ocurra o no ocurra. Por ejemplo, “el girar la llave de mi casa 10 veces hará que no la roben”.
Temores que se imponen frente a situaciones u objetos. Generalmente no son justificados o proporcionales. Se relacionan con conductas evitativas de lo que se teme.
Idea repetitiva, que en ocasiones proviene de una situación afectiva y que pierde fuerza a través del tiempo.
Sensación: Es lo recogido de forma pasiva por los sentidos.
Además de los cinco sentidos (gusto, tacto, olfato, vista y oído), existen:
Es una percepción sin objeto en el espacio externo. Las características de las alucinaciones son las mismas que una imagen para el sujeto, pero en la realidad no existe:
Conjunto de estados y tendencias del individuo que se viven de forma individual (carácter de subjetividad), en la propia personalidad (carácter de trascendencia), con cierta relación con los demás (carácter de comunidad) y con dualidad (alegría/tristeza, con dos polos).
Sentimiento y emoción tienen un significado muy similar, pero la emoción implica un mayor componente fisiológico. Sentimientos y emociones son los pilares fundamentales que constituyen la afectividad, la cual se traduce finalmente en un estado de ánimo.
Trastorno de la afectividad que se presenta como un estado emocional desagradable asociado a cambios psicofisiológicos y que no es una respuesta a una situación objetiva como el miedo, sino una manifestación de un conflicto intrapsíquico. Los cambios fisiológicos consisten en taquicardia, hiperventilación, temblor, sudoración, alteraciones vasomotoras, sensaciones de debilidad y otras somatizaciones.
Trastorno de la afectividad en el que el paciente vive un estado de pena, amargura, pesimismo, desesperación, decaimiento y abatimiento en relación con lo que Kurt Schneider denomina los sentimientos vitales, que están en estrecha relación con la corporalidad. Es una tristeza que compromete físicamente al paciente, dándole un aspecto que repercute intensamente en el observador, llegando a contagiarlo. En su grado máximo, el paciente llega a localizar la tristeza en alguna parte del cuerpo: en la frente, en el pecho, en el estómago, etc. Un paciente podría señalar: “Tengo un sentimiento de intensa opresión acá” —mostrando la región precordial—, “tengo aquí dentro una terrible melancolía”.
Estado afectivo muy similar al anterior, pero donde el acento está más puesto en la vanidad “zonza” y alegre, con la apariencia del ingenuo, tonto, imprudente e insensato. Esta puerilidad evoca molestias o extrañeza en los demás, y su hilaridad no es contagiosa.
Es la disminución de la capacidad de respuesta emocional. Bajo este término se entiende una deficiencia en la capacidad empática y de la modulación del afecto. Al observador le llega como indiferencia emocional, como si no pudiera sentir nada por otros. Aparecen como fríos, indiferentes, indolentes, apáticos, y se sienten distantes y lejanos. Este aplanamiento y lejanía del afecto pueden ser vividos tanto en relación con los demás como consigo mismo. En este último caso, el paciente no se ve afectado por sus conflictos, su situación ni sus síntomas, sino más bien distante y no comprometido.
Trastorno de la afectividad en el que el paciente es incapaz de experimentar placer. Ejemplo: Una expresión depresiva típica es: “puedo sentir hambre, pero se me acabó el apetito, no puedo imaginarme qué comer, todo me parece soso”.
Constituye un grado más intenso de obnubilación que un simple embotamiento. Hay una perturbación mayor de la función de alerta. La percepción, así como toda la actividad psíquica, está mucho más dificultada debido a una gran propensión al sueño. Aparece pesadez, el enfermo tiende a quedarse en cama y dormitar durante el día. Hay disminución del ritmo alfa en el electroencefalograma.
El compromiso obnubilatorio de la conciencia es aún mayor. El paciente solo se logra despertar parcialmente, no registra ningún estímulo externo en la conciencia, y los estímulos intensos pueden provocar algunas reacciones psicomotoras rudimentarias como gesticulaciones, balbuceo de palabras o movimientos desordenados. El paciente tiene respuestas reflejas. El electroencefalograma presenta ondas delta.
También llamado estrechamiento de la conciencia, para denotar lo que más caracteriza a este trastorno: su retracción, su circunscribirse solo a ciertas manifestaciones de la vida psíquica. Impulsados por un afecto exaltado (de amor, de odio, de angustia, de rabia, etc.), este tiñe de tal manera el campo del vivenciar que parece que toda la actividad psíquica del sujeto se concentrara solo en aquello que tiene relación con su rabia, su angustia, su odio o su éxtasis.
Síndrome clínico descrito por Bonhoeffer como una de las formas de presentación de las reacciones exógenas agudas. Las clasificó, según sus características clínicas, en una forma alucinatoria, otra catatónica y otra ideofugal-incoherente.
Esta es una categoría diagnóstica bastante discutida. El CIE-9 aún la incluye, aunque no aparece mencionada en el DSM III. Es un término introducido por los franceses (Chaslin) en 1895 y que ellos usan indiscriminadamente. Hablan de episodio confusional, síndrome confusional, confusión aguda, etc. En términos generales, señala un estado de desorden mental agudo, ya sea funcional u orgánico.
La palabra “deterioro”, introducida en la psiquiatría por Kraepelin, es hoy día ampliamente usada. Algunos la emplean para señalar múltiples estados de déficit, pero en general existe consenso en considerarlo un término que implica déficit intelectual.
Término que designa el mismo concepto que hemos descrito, pero subrayando su necesaria conexión etiológica con el daño orgánico cerebral.
Déficit intelectual del paciente que presenta casi las mismas características del deterioro psicoorgánico, pero cuya causa es funcional. Lo más frecuente es que se observe en pacientes de edad que cursan una depresión.
Durante un periodo se consideró la irreversibilidad como patognomónica del deterioro. Hoy se acepta que exista el deterioro psicoorgánico reversible, que es aquel que presentan los pacientes con patología orgánica susceptible de mejoría. Por ejemplo: hidrocefalia.
Deterioro producto de un daño neuronal definitivo, que no presenta mejoría espontánea ni por intervenciones terapéuticas.
Estado de deterioro que se presenta como algo nuevo en el paciente, de solo semanas o meses de evolución, que habitualmente sigue un curso progresivo y que está relacionado con una patología que está provocando daño neuronal. Este puede ser reversible o irreversible.
Es un término sindromático que señala un compromiso grave de las capacidades intelectuales. Es claramente definido por el DSM III de la siguiente manera:
Una vez fijados en la estructura y organización psicológica, para que los hechos puedan ser evocados posteriormente, deben poder conservarse. La capacidad de conservación también dependerá de los factores que mencionamos para la fijación.
En esta fase, la memoria actualiza los hechos pasados que están conservados, llevándolos a la conciencia, estableciendo así el enlace entre el pasado y el presente.
Trastorno psicopatológico de la memoria en el que el paciente toma por recuerdos auténticos fantasías de la imaginación. Se produce una falsificación retrospectiva. El fabulador es un cronista falso, ya que presenta testimonios falsos y engañosos de sus vivencias.
Trastorno psicopatológico de la memoria que consiste en una fabulación, pero la cual se realiza como consecuencia del intento del paciente de rellenar abundantes lagunas mnésicas en su memoria.
Trastorno psicopatológico de la memoria que ha conservado su denominación francesa, y que se podría traducir como “fenómeno de lo ya visto”. Consiste en la extraña impresión de que una vivencia actual ha sido ya experimentada con anterioridad y de la misma forma. Se da con la plena conciencia por parte del paciente de que esto no es real y a veces ni siquiera posible.
Instrumento del vivenciar que permite al sujeto comprender cada uno de los instantes de su vida en relación con el pasado, el presente y el futuro, así como su ubicación en relación con los espacios que lo rodean, consigo mismo y con el contexto situacional.
El ser humano tiene una noción del tiempo que transcurre, sin necesidad de aparatos que lo midan. A través del registro ordenado en la conciencia de las vivencias que ocurren en el tiempo y la capacidad de ser evocadas unas en relación con otras y en una secuencia determinada, construimos el pasado.
A través de la percepción del mundo externo y de su propia persona, el ser humano dimensiona los objetos con los que interactúa, los reconoce por sus apariencias externas y guarda recuerdos de su relación vivencial con ellos gracias a la memoria.
La percepción de uno mismo, acompañada de una memoria que registra la continuidad del acontecer en el que uno participa, y el recuerdo de aquellos con los que se participa, permite saber acerca de quién y qué es uno mismo y nos da una visión de conjunto acerca de lo actual y de lo pasado.
Trastorno psicopatológico de la orientación en el cual el sujeto se orienta parcialmente. Su ubicación témporo-espacial es insegura e inconstante. Se afecta en mayor medida la orientación temporal y en menor medida la espacial.
Trastorno psicopatológico de la orientación en el cual el paciente no sabe en qué fecha está, ignora el día, el mes y el año, y tampoco logra ubicar el momento del día en que se encuentra.
Trastorno psicopatológico de la orientación en el cual el paciente no sabe en qué lugar físico se encuentra. Puede ignorar en qué ciudad está, si está en su casa, en un hospital o en otra institución. No sabe en qué parte de la casa se encuentra, ni qué lugar ocupa.
Trastorno psicopatológico de la orientación en el cual el paciente no sabe quién es, de dónde viene ni para dónde va. Desconoce su rol social, familiar e incluso puede llegar a ignorar sus pertenencias.