Portada » Derecho » Poder Político y Formas de Gobierno: Dictaduras, Totalitarismos, Autoritarismos y la Función de la Política
Un primer criterio de clasificación consiste en determinar cuál es el actor que acapara el poder político. Ello permite clasificar a las dictaduras contemporáneas, según dicho papel corresponda a:
Respecto al segundo criterio —la ideología de los grupos en el poder—, pueden distinguirse las dictaduras que se proponen como objetivo la conservación de la situación socioeconómica y las dictaduras que afirman tener un proyecto de transformación de dicha situación. Estas declaraciones de principio no siempre coinciden con la realidad de las políticas practicadas: no es infrecuente en los sistemas dictatoriales la promesa de cambios radicales que no se traducen en decisiones concretas.
Estos sistemas tienen la pretensión de convertir a la política estatal en el mecanismo controlador de todas las demás esferas de relación humana y de ocupar todo el espacio social.
Han llevado a su mayor intensidad características como:
Exhiben rasgos similares a los anteriores, pero con menor grado de intensidad.
Los rasgos que los diferencian de los sistemas totalitarios son los siguientes:
La política es una práctica colectiva que los miembros de una comunidad llevan a cabo con la finalidad de regular conflictos entre grupos a través de la adopción de decisiones que obligan —usando la fuerza si es necesario— a los miembros de dicha comunidad. La política es capaz de movilizar determinados factores y, a su vez, despertar distintas emociones y pensamientos en la sociedad. Además, se asocia a conceptos supremos como la libertad, la justicia o la paz. No obstante, también existen referencias despectivas hacia la política; incluso el hecho de mantenerse al margen ya otorga un cierto valor o posicionamiento.
Los conflictos sociales más comunes son los desacuerdos y tensiones con carácter colectivo que implican a grupos de personas con posiciones comunes ante una situación determinada. Estos conflictos tienen su origen en las diferencias sociales (es decir, desigualdades en la distribución de recursos y oportunidades), lo que genera grupos asimétricos con distintos accesos a la riqueza y diferentes obligaciones, dando lugar a una sociedad con fracturas. Algunos ejemplos de estas diferencias son:
Por eso, la política intenta ser el mecanismo de regulación social, procurando resolver las diferencias mediante una decisión que obligará a todos los miembros (recurriendo a la fuerza en caso necesario) a cumplir un conjunto de reglas. No todas las acciones políticas conllevan violencia, pero tampoco la excluyen por completo. Lo que se intenta evitar siempre es una desintegración social donde los individuos o grupos tomen la justicia por su mano.