Portada » Historia » Orígenes de la Nación Argentina: Conflictos, Reformas y Autonomías (1813-1828)
La Asamblea del Año XIII sesionó desde enero de 1813 hasta enero de 1815. Sus objetivos principales fueron la declaración de independencia y la sanción de una constitución. El Triunvirato era una autoridad débil, por lo que la Asamblea se erigió como poder supremo, aunque en ocasiones delegaba funciones en el Triunvirato. En el contexto revolucionario, existían muchas ideas abstractas, pero pocas propuestas concretas.
La Asamblea adoptó medidas propias de un estado independiente, aunque sin declarar formalmente la independencia:
También se tomaron medidas inspiradas en la Revolución Francesa.
Sin embargo, la Asamblea no logró cumplir con sus objetivos principales. Persistía la incertidumbre sobre la forma de gobierno que adoptaría el Estado, con dos posturas principales:
Existía una fuerte competencia entre Buenos Aires y Montevideo por el control de los puertos. Cabe destacar que Montevideo no se sumó ni a la Primera Junta ni a la Junta Grande.
José Gervasio Artigas emerge en 1811. Formó milicias con campesinos y buscó aliados en Buenos Aires, logrando vencer a los realistas en la Batalla de Las Piedras.
Posteriormente, sitió Montevideo. Sin embargo, el mantenimiento del sitio era costoso, por lo que solicitó ayuda a Buenos Aires, que le ordenó levantar el asedio. Este hecho provocó el Éxodo Oriental, donde los habitantes de la Banda Oriental se trasladaron a zonas con menor presencia realista, formando focos de resistencia.
Artigas convocó el Congreso de los Pueblos de la Banda Oriental y eligió representantes para la Asamblea del Año XIII. Estos delegados, que defendían una forma de gobierno federal, fueron rechazados por la Asamblea bajo el pretexto de no ser autoridades legítimas (en realidad, se temía que Artigas impulsara una revolución y la independencia). Este episodio marcó la ruptura del vínculo entre Artigas y Buenos Aires.
La competencia con el poder de Artigas era intensa. Él se convirtió en una figura central de la Liga Federal, un grupo de criollos que se oponían a las tendencias unitarias de Buenos Aires.
El primer Director Supremo fue Gervasio Antonio de Posadas, seguido por Carlos María de Alvear.
En 1814, Fernando VII fue liberado y restaurado en el trono español, con la intención de recuperar el control sobre los virreinatos americanos.
Tras la Batalla de Cepeda (1820), cada provincia se constituyó como un estado autónomo e independiente.
Se firmaron diversos tratados interprovinciales con el objetivo de establecer la paz, garantizar la libre navegación de los ríos y ofrecer asistencia militar mutua. Entre los más importantes se encuentran:
Las provincias establecieron sus propias instituciones, incluyendo un gobernador y una legislatura, con sistemas electorales que buscaban el apoyo popular.
La tensión entre Federales y Unitarios derivó en las Guerras Civiles que asolaron el territorio entre 1828 y 1835.
La economía se basaba principalmente en el ganado vacuno, del cual se obtenían productos como cuero, sebo y carne salada (destinada a los mercados de esclavos de Brasil y el Caribe).
Buenos Aires generaba conflictos al controlar la aduana, lo que obligaba a las provincias a exportar sus productos a través de los puertos de Paraná y Uruguay.
El libre comercio permitió la entrada de manufacturas de origen no español.
Durante este período, Buenos Aires buscó establecer una administración y una estructura centralizadas.
Martín Rodríguez asumió como gobernador, nombrado por la Junta de Representantes.
Bernardino Rivadavia fue su ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores, impulsando una serie de reformas.
Se abolió el Cabildo de Buenos Aires y el de Luján, creándose la Junta de Representantes (elegida por sufragio universal masculino).
En 1821, se fundó la Universidad de Buenos Aires (UBA). También se crearon la Sociedad Literaria y la Sociedad de Beneficencia.
Se buscó la despolitización del ejército, limitando su función a la defensa y a la Campaña del Desierto.
Se eliminó la competencia de la autoridad religiosa, se suprimió el pago del diezmo, se disolvieron órdenes religiosas y se promovió la secularización del clero.
Se estableció un impuesto a las importaciones.
El Congreso se convocó ante la preocupación por una posible guerra con Brasil y la necesidad de presentarse como un estado unificado ante las potencias europeas.
Reconoció las autonomías provinciales surgidas tras Cepeda y estableció que el gobierno central asumiría provisoriamente la representación de las provincias ante el exterior.
Declaró a Buenos Aires como capital, implicando la renuncia de la provincia a su autonomía y a sus autoridades (en el contexto de la Constitución de 1826).
A fines de 1825, ante la inminente declaración de guerra, se estableció un Poder Ejecutivo Nacional (PEN) provisorio hasta la sanción de una constitución, nombrando a Bernardino Rivadavia como el primer presidente.
Estas medidas generaron una fuerte oposición. La presidencia de Rivadavia fue cuestionada, la guerra con Brasil se inició, la Constitución de 1826 perdió efecto y Manuel Dorrego asumió como nuevo gobernador de Buenos Aires. Rivadavia renunció debido a la oposición y el conflicto bélico.
La Banda Oriental sufrió una invasión portuguesa en 1820.
La Expedición de los Treinta y Tres Orientales logró liberar la Banda Oriental, que declaró su independencia de Brasil y su unión a las Provincias Unidas del Río de la Plata. Este hecho desencadenó la guerra con el Imperio del Brasil.
Rivadavia envió a Manuel José García a negociar la paz, quien firmó un acuerdo provisorio altamente desventajoso. Ante la fuerte crítica, Rivadavia renunció, marcando el fin del proceso de unificación. Finalmente, Manuel Dorrego firmó la paz en 1828, que estableció la independencia de la Banda Oriental, dando origen a la República Oriental del Uruguay.