Portada » Lengua y literatura » La Ruptura Estética: Vanguardias Europeas y la Generación del 27 en la Literatura Española
Desde principios del siglo XX hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, se desarrolló en Europa un amplio movimiento artístico conocido como Vanguardia. Las vanguardias no se desarrollaron como un movimiento homogéneo, sino que se manifestaron en diferentes corrientes o escuelas denominadas ismos. Cada uno de ellos se dio a conocer públicamente mediante manifiestos.
Los ismos reflejan las características del arte deshumanizado porque no expresan sentimientos, deforman la realidad y utilizan técnicas irracionales como el azar para pintar o escribir. El concepto de vanguardia cambió con el Surrealismo de la mano del escritor francés André Bretón. Este movimiento artístico volvió a interesarse por temas humanos muy profundos, muchos de ellos jamás tratados antes por la literatura o la pintura (el mundo de los sueños, el subconsciente y los instintos). Se dice que el surrealismo significó una rehumanización del arte.
En España, el desarrollo de las vanguardias europeas fue un fenómeno cultural que coincidió cronológicamente con el Novecentismo y la Generación del 27.
Durante esta etapa están de moda las ideas vanguardistas de Europa. El autor más representativo es Ramón Gómez de la Serna (traductor del Manifiesto Futurista). Su actitud rebelde y provocadora y su afición a las revistas y tertulias literarias contribuyeron a crear un ambiente favorable a los ismos europeos. Inventó el género literario de la greguería, que consiste en la elaboración de una obra sorprendente y humorística. Ejemplo: Las gaviotas nacieron de los pañuelos que dicen ¡adiós! en los puertos.
En 1919 se dio a conocer el Ultraísmo, que exalta los inventos y la sociedad mecanizada, los poemas visuales y la asociación libre de palabras. La segunda vanguardia en lengua española es el Creacionismo, ismo ideado por el poeta chileno Vicente Huidobro. El creacionismo no pretende imitar la realidad que conocemos, sino crear una realidad completamente nueva. Los poemas creacionistas están llenos de metáforas incomprensibles y las palabras pierden su significado habitual, siendo inventadas por el poeta.
Es la vanguardia más tardía y significó una rehumanización del arte. A diferencia de los surrealistas franceses, los españoles no practicaron la escritura automática. Sus obras conservan una cierta coherencia lógica y temática. Destacan:
Vicente Aleixandre es uno de los poetas más fieles al surrealismo y autor de La destrucción o el amor; recibió en 1977 el Premio Nobel de Literatura.
A partir de la proclamación de la Segunda República (1931), el vanguardismo entra en decadencia. Los problemas y retos sociopolíticos que surgen en el país orientaron la literatura hacia el realismo y el compromiso político.
Recibe el nombre de «Generación del 27» el grupo de escritores y poetas nacidos entre 1892 y 1902, que se dieron a conocer a partir de 1920. Se llama de este modo por el homenaje que algunos poetas del grupo rindieron a Góngora en Sevilla en 1927.
Forman la llamada Generación o Grupo poético del 27:
A ellos se unirá más tarde Miguel Hernández.
Hasta ahora nunca se había incluido mujeres en esta generación. Sin embargo, no podemos olvidar a una serie de mujeres que fueron artistas y pensadoras de la Generación del 27 y cuyo legado resultó determinante en la historia de nuestro país. Fueron mujeres que participaron en la vida intelectual española de los años 20 y 30; mujeres rompedoras, libres, apasionadas y apasionantes (conocidas como Las Sinsombrero). Entre ellas destacan escritoras, artistas plásticas, dramaturgas y pensadoras, como:
Los poetas del 27 valoraron el pasado y rescataron autores y estilos diversos, realizando una verdadera síntesis de vanguardia y tradición.
Del legado literario español rescataron:
Se distinguen tres periodos:
