Portada » Historia » La Revolución Industrial Británica: Orígenes, Impacto y Transformaciones Sociales
Las sociedades preindustriales se caracterizaban por una agricultura de subsistencia y una industria artesanal con barreras tecnológicas. La mayor parte de la población tenía escasa capacidad de compra, los medios de transporte eran lentos y el comercio estaba obstaculizado por la existencia de aduanas internas.
Es un proceso revolucionario de concentración industrial con la creación de numerosas fábricas desde mediados del siglo XVIII. Las industrias textil y siderúrgica fueron pioneras. Este proceso de cambio afectó a todos los sectores de la economía y de la sociedad.
El éxito de la industrialización inglesa puede atribuirse al crecimiento simultáneo de la población y de los recursos agrícolas.
Se produjo por dos causas principales:
Se debió a:
Es cuando la población pasa de una fase de estancamiento o lento crecimiento a otra de rápida expansión.
Son leyes aprobadas por el Parlamento que transformaron las viejas dehesas comunales en grandes parcelas privadas y valladas.
Porque el campo suministraba alimentos, materias primas para la industria y mano de obra para trabajar en las fábricas.
Se inició un cambio económico crucial: aparecieron las primeras fábricas que supusieron el nacimiento de la industria moderna. La industrialización estuvo acompañada de una innovación tecnológica, impulsada por las máquinas en los procesos de producción.
Los sectores de la industria textil y la siderúrgica fueron los más innovadores. Pronto, las máquinas se aplicaron a otros sectores industriales como la minería, los transportes y la agricultura.
Porque un sector rector es aquel que impulsa el desarrollo. La industria algodonera fue un sector con una demanda importante y creciente para la agricultura, la industria siderúrgica y la minería.
La mejora en la producción de hierro se logró con la introducción en los hornos de carbón de coque, de mayor poder energético, en lugar de carbón vegetal.
Prestaba dinero para la política exterior y apoyaba a las compañías autorizadas por la Corona británica.
Financiada por acciones que cotizaban en la Bolsa de Londres. Las sociedades anónimas fueron comunes en las compañías ferroviarias, mineras o de construcción naval.
Fue el principal teórico del liberalismo clásico. Su obra central fue La riqueza de las naciones (Ensayo sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones). Según Smith, lo que movía a las personas a actuar en la economía era el interés individual. Esta doctrina apoyaba la iniciativa privada frente al Estado, que debía limitar su papel y dejar que la «mano invisible» del mercado dirigiera libremente la economía. Smith defendió que la riqueza procedía del trabajo humano. Estudió el aumento de la productividad e introdujo la diferencia entre el valor de uso y el valor de cambio. Smith tenía una visión optimista.
Tenía una visión pesimista. Observó que la población crecía a un ritmo mayor que los alimentos. Proponía frenos preventivos, como la reducción voluntaria de la natalidad, para evitar la catástrofe.
Defendió las ventajas del liberalismo y la división internacional del trabajo. También opinaba que era necesaria la circulación libre de los productos entre diferentes países.
Elaboró la síntesis final del liberalismo clásico y defendió la iniciativa individual, la acumulación de capital y el libre mercado competitivo. Atisbó el estancamiento del sistema.
Nueva estructura social cuyo criterio de división era la riqueza y no el nacimiento. Las personas podían cambiar de grupo social por medio del enriquecimiento o el empobrecimiento. Surgieron clases sociales abiertas.
Nuevo grupo social ligado a la industrialización y de rápido crecimiento.
El miembro más destacado de la burguesía, cuyo poder e influencia aumentaron continuamente durante el siglo XIX. Sus orígenes sociales fueron muy diversos: nobles, pequeños comerciantes, propietarios rurales y banqueros.