Portada » Lengua y literatura » La Lucha entre Moral Autoritaria y Deseo de Libertad en Lorca
En el teatro de Federico
García Lorca hay una situación dramática básica, una temática profunda que no es distinta de la que vertebra su
Poesía: el enfrentamiento entre el principio de autoridad y el principio de
libertad.
El conflicto entre estas dos fuerzas mayores y contrarias desemboca
En el tema del destino trágico y la imposibilidad de realización personal (la
Frustración). La casa de Bernarda Alba
No es una excepción. Escrita en 1936, representa el final y la cima de la
Trayectoria dramática de García Lorca. En ella perviven los mejores hallazgos
De sus obras anteriores, aunque supone, una ruptura con sus dos obras
Anteriores: Bodas de sangre y Yerma. García Lorca prefirió escribir un
Drama en lugar de una tragedia y reducir al máximo el empleo del verso. Pero
Aun cuando en La casa de Bernarda Alba
Se acerca más a la realidad de su tiempo, no abandona la línea clave de su
Teatro poético.
El tema central de la
Obra es el enfrentamiento entre una
Moral autoritaria, rígida y convencional (representada por Bernarda) y el deseo
De libertad (encarnado por Mª Josefa y Adela).
El resto de
Personajes se encuentra resignado por su autoridad o con tal temor que no
Actúa.Aunque algunos
Temas secundarios o motivos cobren singular relevancia en el transcurso de la
Obra, no pueden considerarse ejes nucleares de la acción dramática.La oposición se plantea desde el principio: Bernarda, dueña de una
Moral muy puritana, niega a sus hijas, incluso a su madre, la libertad de poder
Decidir lo que hacer con sus vidas e intenta imponer sus normas opresivas
Basándose en la autoridad que le concede su posición de “cabeza de familia«”: por ejemplo, un luto de ocho años,
Decisión que provoca una leve protesta de Magdalena (“Ni las mías ni las vuestras [se refiere a las sábanas que van a
Bordar para el ajuar]. Sé que ya no me
Voy a casar. Prefiero llevar sacos al molino. Todo menos estar sentada días y
Días dentro de esta sala oscura” que
Es sofocada de inmediato por su madre:“Aquí se hace lo que yo mando”.Frente a esto, las criadas, la abuela y las
Hijas son las personas esclavizadas, las que más sufren, sobre todo la menor, Adela,
Que no quiere “perder su blancura”
Encerrada en la casa: “¡No, no me
Acostumbraré! Yo no quiero estar encerrada. ¡No quiero que se me pongan las
Carnes como a vosotras! Esto crea en ellas un ansia de libertad y una
Pasión incontrolable. Tan solo María Josefa (madre de Bernarda, de 80 años, la
Más encarcelada porque vive encerrada en su habitación dentro del encierro de
La casa, que reclama la vida y su libertad a Bernarda porque quiere casarse “a la orilla del mar” al final del acto
Primero) y Adela (hija de Bernarda, de 20 años) intentan rebelarse y hacer
Frente a su dominio.Podemos destacar algunos atisbos de rebeldía en el episodio
Anteriormente mencionado de Magdalena, o en el hecho de que Angustias se
Maquille el día del entierro del segundo marido de Bernarda (“Bernarda: ¿Pero has tenido valor de
Echarte polvos en la cara? ¿Has tenido valor de lavarte la cara el día de la
Misa de tu padre?” A lo que Angustias le contesta “No era mi padre. El mío murió hace tiempo. ¿No lo recuerda?”). Martirio
También se enfrenta a su madre en alguna ocasión. El episodio más significativo
De este enfrentamiento lo protagoniza cuando le esconde el retrato de Pepe el
Romano a su hermana. Al ser delatada por Poncia y golpeada por su madre,
Responde “(Fiera) ¡No me pegue usted,
Madre!”. E insiste “¡Si yo la dejo!
¿Lo oye? ¡Retíresé usted!”.Las criadas (Poncia y Criada) viven bajo el dominio y autoridad
De Bernarda: la temen, no se atreven a enfrentarse y se limitan a murmurar a
Sus espaldas. El autoritarismo de
Bernarda se manifiesta ya en su primera intervención, está presente en la
Primera y última palabra que Bernarda pronuncia (“¡Silencio!”) y constituye unaconstante de su actitud y su carácter. El principio de autoridad responde a una
Visión clasista del mundo y condicionada por “el qué dirán” y por la necesidad
Consiguiente de defenderse. Por ello:
Marca rígidamente el comportamiento que han de
Mantener sus hijas en relación con los hombres; aquélla que desobedezca sufrirá
Las consecuencias: «una hija que
Desobedece deja de ser hija para convertirse en enemiga» .
Restablece el orden cuando sus hijas discuten: «Silencio digo».
Todas las mujeres de la casa deben someterse a su
Disciplina: «Aquí no se vuelve a dar
Un paso sin que yo lo sienta».
A lo largo del drama aparece
Como raíz del principio de autoridad otra fuerza más oscura y primitiva:
Poder que se
Quiere absoluto y que negará no sólo toda libertad personal -la propia y la de
Los demás-, sino todo sentimiento, deseo o aspiración, e, incluso, toda
Realidad. Frente a este instinto de poder se opone, como fuerza conflictiva,
Otro instinto no menos elemental:
el
Sexo, tan ciego como el instinto de poder. De este enfrentamiento sólo
Puede resultar la destrucción de una de las dos partes enfrentadas. Sin embargo
El deseo de libertad y el impulso amoroso de Adela son más fuertes que su temor a la autoridad materna. Desde
El comienzo de la obra manifiesta su
Rebeldía:
Lleva un abanico de flores rojas y verdes en lugar
Del abanico negro prescrito por el luto.
Se prueba su vestido verde que se había hecho para
El día de su cumpleaños y lo luce ante las gallinas.
Expresa sus deseos de libertad y su decisión de
Romper con las normas de Bernarda: “¡Mi cuerpo
Será de quien yo quiera!» «Nadie
Podrá evitar que suceda lo que tiene que suceder».
Al final se produce el enfrentamiento directo con su
Madre, le arrebata el bastón (símbolo
De autoridad)
, lo parte en dos y defiende su recuperada libertad: Esto hago yo con la vara de la dominadora.
Del enfrentamiento entre
Bernarda y sus hijas sólo puede resultar la destrucción de una de las dos
Fuerzas en oposición. Por eso, las salidas de este universo, en caso de no
Aceptar la ley impuesta por Bernarda, solo pueden ser dos:
la locura (representada por Mª Josefa), y el suicidio (cometido por Adela)
María
Josefa da cauce a su rebelión a través de la locura, única vía de escape para un personaje maltratado y
Enclaustrado en una habitación. Su prisión es más asfixiante que la de las
Hijas. Pero su locura le da fuerzas para proclamar sus deseos de libertad,
Enfrentarse a Bernarda y denunciar su tiranía y el sufrimiento y el
Sometimiento de las otras mujeres.
El suicidio de Adela ciega para sus hermanas el
Camino de la libertad. Otra vez se impone la dominación de Bernarda y sus hijas
Se ven condenadas a vivir encerradas sin esperanza.
Las
Palabras finales de Bernarda: «¡Nos
Hundiremos todas en un mar de luto! cierran aún más herméticamente ese
Mundo y lo consolidan contra la verdad y contra la muerte. Nadie, a partir de
Ahora, intentará una nueva rebelión. Todas conocen la verdad pero ninguna
Romperá el silencio.