Portada » Historia » La Evolución del Comercio Global: Desde el Trueque Antiguo hasta las Grandes Rutas Medievales
Desde el origen de la humanidad, el hombre ha intercambiado productos con otros, ya que producía algunos en exceso, pero le faltaban otros. Gracias a los arqueólogos y sus investigaciones en antiguas ruinas, encontramos bienes como cerámicas, telas, maquillajes, armas e incluso alimentos procedentes de otras áreas geográficas.
Roma tuvo inicios agrícolas y ganaderos. Poco a poco fue armando ejércitos (los soldados eran mercenarios que recibían un salario, de donde proviene la palabra “salario”, derivado de “sal”). El ejército se hizo más poderoso y fue enviado a otras ciudades. Cuando los romanos ganaban, aplicaban el Derecho a Saqueo: esclavizaban a los habitantes y requisaban objetos.
Destacamos dos aportaciones fundamentales del mundo romano:
Hoy en día se siguen intercambiando productos con Roma, como en el pasado. La conexión de Roma con la Península Ibérica se realizaba a través de los principales puertos del Mediterráneo (Ampurias, Barcelona, Tarragona, Sagunto, Valencia, Portus Ilicantus -Santa Pola- y Cartagena).
Las principales vías terrestres eran:
La Ruta de la Seda fue la conexión de caravanas que transportaban productos fabricados en China, atravesando todo Asia, hasta llegar al Mediterráneo Oriental (costas del Líbano e Israel). Transportaban productos de alto valor como sedas, porcelanas y objetos de laca. Los mantones de Manila, por ejemplo, son de seda china con motivos orientales (figuras humanas, crisantemos, pagodas, dragones) y se transportaron a España entre los siglos XVI y XIX. Inicialmente eran sedas bordadas a mano, y el resto del trabajo se ponía en España.
La caravana estaba compuesta por camellos que atravesaban Asia. Se agrupaban para evitar robos.
Existían dos principales rutas (ida y vuelta): salían de China con productos y desde el Mediterráneo Oriental volvían con productos mediterráneos (pasas de Corinto, aceites de oliva, maquillajes). Los chinos inventaron el tejido de seda y la porcelana.
Descripción de la Ruta: Comienza en Xi’an, pasando por Karakorum. Bordea el desierto de Taklamakán. Después, pasa por la ciudad de Susa (Irán), Samarcanda (Uzbekistán), y atraviesa hasta Antioquía (Siria), que era un puerto del Mediterráneo Oriental (FIN). A veces seguían hasta Jaffa (puerto de Tel Aviv, Israel), Alejandría (Egipto) o Estambul.
También transportaba productos no chinos:
Marco Polo viajó dos veces por esta ruta en 1271 y 1275, aunque su familia ya había viajado anteriormente a China. Escribió el libro “El Tratado de las Maravillas”, donde relata su viaje y las maravillas visitadas en China. La Ruta de la Seda fue una ruta comercial y cultural, permitiendo conocer la geografía, astronomía y cultura de China, Mongolia, etc.
Esta era una ruta árabe-marítima cuyo objetivo era comprar y vender productos para obtener ventajas económicas. Viajaban hasta el Sudeste Asiático, donde adquirían los productos típicos de cada región.
La ruta comenzaba en Cantón (Guangzhou, China), continuaba hasta el este de Java, donde compraban especias. Seguían hacia el Golfo de Bengala, hacia la ciudad de Calcuta, donde compraban sedas indias, algodón, joyas y maquillaje. Desde Calcuta viajaban hasta Sri Lanka, rica en té, pimienta, canela, anís, y también con minas de diamantes (zafiros, ágatas). De Birmania traían rubíes y perlas del Índico.
Continuaban bordeando la India hacia la Península Arábiga (donde adquirían aceites esenciales como el aloe y el almizcle), también plantas medicinales y opio (de China). Transportaban los productos a los puertos de la Península Arábiga (a veces a través del Mar Rojo, por el istmo de Suez, que entonces no era un canal). Los productos se desembarcaban, se montaban a lomos de un dromedario y se llevaban hasta Port Said.
En el año 476 cae el Imperio Romano, invadido por los bárbaros, dando comienzo a una época oscura. En los primeros años de la Edad Media, el comercio se ralentiza, al igual que la cultura (se produce una pérdida del conocimiento grecorromano). Se dice que “cuando un país pierde sus raíces culturales, desaparece”.
La estructura medieval era una pirámide jerarquizada:
La relación de vasallaje unía a los campesinos con su señor feudal, que solía ser un aristócrata, pero también podía ser un monasterio u orden religiosa. El campesino trabajaba la tierra y estaba obligado al pago del diezmo para el señor feudal.
En este contexto, surge el Derecho de Pernada (o Ius Primae Noctis), que tenía dos significados:
La Edad Media termina en 1492, un año marcado por dos eventos cruciales: