Portada » Economía » La Evolución de los Modelos de Producción Industrial: Del Fordismo a la Empresa Flexible
El Fordismo es un conjunto de ideas tecnológicas, económicas y sociopolíticas desarrolladas por Henry Ford (1863-1947).
El Fordismo parte del Taylorismo (preocupación por la productividad y la eficacia industrial), pero además estandariza las piezas y productos para abaratar los costos y favorecer las ventas.
El modelo fordista supone:
La crisis del modelo fordista se explica por una combinación de factores internos y externos:
Las Nuevas Tecnologías (informatización de diseños y procesos, microelectrónica, telecomunicaciones, transportes transnacionales, robótica) ofrecieron nuevas posibilidades de reorganización, agilización y tratamiento de la información.
La crisis se profundizó con la Globalización y las deslocalizaciones:
Inicialmente, estos países se basaron en la imitación (cuanto más rutinaria la tarea, más fácil de imitar). Sin embargo, al acostumbrarse al modelo industrial e invertir en formación, investigación y desarrollo, crearon una competencia insostenible para los países desarrollados en términos de jornada, salarios y condiciones de trabajo (fenómeno conocido como dumping social).
El modelo japonés introdujo cambios fundamentales en la organización del trabajo:
Las antiguas grandes empresas se descentralizan, aunque esta descentralización es principalmente productiva, no económica. De hecho, se han producido multitud de fusiones de compañías competidoras y se han diversificado las inversiones.
Algunos autores han señalado que estas prácticas de descentralización buscan rebajar la capacidad de acción de los trabajadores y sus organizaciones al reducir el tamaño de las plantas. También ha servido a la gran empresa para desprenderse de las secciones menos rentables y contratarlas con pequeñas empresas subsidiarias a menor coste, lo cual ha provocado una precarización de las condiciones de estas últimas.
Este enfoque incluye la Mejora Continua (Kaizen), la Calidad Total (Total Quality Management) y la meta de Cero Defectos, sin incremento de los costes.
La empresa flexible busca producir de manera rentable un número reducido de productos para necesidades específicas, de alta calidad, con plantillas reducidas de trabajadores cualificados.
Los organigramas se simplifican, perdiendo niveles. Se implementan nuevas formas de Gestión de la Innovación para la optimización de la Calidad.
Se produce una transición de la mano de obra intensiva y especializada al modelo de competencia profesional: de la “tarea” a la “competencia”.
Sin embargo, este modelo también implica cambios negativos en la estabilidad laboral:
El trabajador “socializado” interioriza que la única “salida” es de tipo individual (se “autoexplota”), creando nuevas “masas de reserva” de mano de obra.