Portada » Filosofía » Fundamentos Filosóficos y Jurídicos de la Justificación del Estado Moderno
Jellinek afirma que las instituciones, para subsistir, necesitan ser justificadas racionalmente ante la conciencia de cada generación.
Jellinek también expresa que la justificación del Estado solo debe atender al estado presente y futuro. El estado pasado se explica, no se justifica.
Doctrina que señala el origen divino del Estado, el cual es fundado por Dios, lo cual obliga a su reconocimiento.
Concibe al Estado como el dominio de los más fuertes sobre los débiles, como una tendencia en un poder natural.
Federico Engels describe al Estado como el opresor o instrumento de la clase dominante sobre los sometidos, en un régimen injusto en que una clase oprime a las otras.
Marx y Engels consideran al Estado como una institución destinada a conservar, para la burguesía, el dominio sobre los bienes de producción y la propiedad privada.
Esta teoría adopta tres formas principales:
Busca la justificación del Estado en consideraciones de carácter moral.
Hegel considera al Estado como el sumo grado que, en la evolución dialéctica, alcanza el espíritu objetivo y se le atribuye el valor de la idea moral.
Se apoya en manifestaciones espirituales del hombre, sobre todo en aquellas reacciones que caen bajo el campo de la psicología social.
El derecho es el supremo instrumento de la vida social a través del cual los fines se concretan y se realizan.
En Jerusalén, sus ideas no fueron aceptadas de ningún modo por los judíos más ortodoxos. Una vez allí, fue detenido y juzgado, y enviado a Roma, donde probablemente murió ejecutado alrededor del año 67.
Constituyó su concepto de Estado-República. Agustín ve el poder del Estado como un requisito inevitable.
Sostuvo, con fundamentos en las teorías cristianas, que la sociedad y el Estado tienen un origen enteramente natural y que el poder público tiene como finalidad específica el bien común.
Tendiente al mantenimiento del derecho, la preservación de la paz y el ordenamiento de la comunidad.
Encaminada a la gestión del propio patrimonio, la obtención de recursos y su correlativo empleo para la realización de los servicios públicos.
Para promover el ordenamiento del pueblo en sus variadas manifestaciones de bienestar físico, económico e intelectual. Todas estas actividades forman la trama del vivir social.
Son aquellos fines supremos que los individuos en forma aislada no podrían realizar: como la paz, la seguridad y el bienestar espiritual y material. Se requiere de la comunidad para lograrlos.
Estos pueden ser realizados por los particulares, por el Estado o por ambos.
Jellinek señala estos fines del Estado:
El Estado aparece como una cosa necesaria y natural, tomando como base siempre al ser humano, pero como ser social, al cual debe servir para que realice sus altos designios.
El Estado aparece como un orden imprescindible de la conducta humana, mas no siempre está gobernado por los valores que una sociedad reconoce.
Un Estado perfecto, presidido por un bien verdaderamente común, tal como lo pensó Platón, es hoy por hoy todavía un sueño, aunque no ciertamente una vana ilusión; y la moral basada en ese estado es tan vana y falta de fundamentos como el estado mismo.
El Estado se halla justificado, dice Heller, en la necesidad que representa la organización necesaria para garantizar el derecho en una determinada etapa evolutiva.
