Portada » Biología » Fundamentos Esenciales de Biología: Plantas, Genética y Clasificación de Seres Vivos
El Dominio es la categoría más amplia para clasificar la vida. Bacteria y Archaea son dos de los tres dominios existentes. Ambos están compuestos por organismos procariotas, pero sus estructuras genéticas y bioquímicas son muy diferentes. Las Archaea, por ejemplo, a menudo viven en ambientes extremos.
La Teoría Cromosómica de la Herencia de Sutton explica las leyes de Mendel:
Se explica porque los cromosomas homólogos se separan durante la meiosis. Cada gameto recibe solo uno de los cromosomas de cada par, llevando un único alelo para cada gen.
Se explica porque los pares de cromosomas se alinean y separan de manera aleatoria durante la meiosis, distribuyendo los genes de forma independiente.
Unicelulares
Procariota (asumiendo que «Celda separada» se refiere a la falta de compartimentalización interna/núcleo)
Bipartición
Cianobacterias
Extremos
Autótrofa o heterótrofa
Descomposición de materia orgánica
Bacterias y Archaea
Útiles
Cocos, bacilos y espirilos
Gregor Mendel sentó las bases de la genética al estudiar la herencia de rasgos en plantas de guisantes. Sus experimentos lo llevaron a postular que la herencia se rige por «factores hereditarios» discretos (hoy llamados genes) que se segregan y se transmiten de manera independiente. Su trabajo fue puramente teórico y matemático, sin conocimiento de las bases físicas de la herencia.
Por otro lado, Walter Sutton trabajó a principios del siglo XX, mucho después de que los principios de Mendel fueran redescubiertos. A través de la observación de células al microscopio, notó que el comportamiento de los cromosomas durante la meiosis (la formación de gametos) coincidía perfectamente con las leyes de herencia de Mendel. Sutton proporcionó la evidencia física y celular que demostraba que los «factores» de Mendel estaban ubicados en los cromosomas.
La Teoría Cromosómica de la Herencia de Sutton se basa en la idea de que los genes están localizados en los cromosomas. Los principios de Mendel, como la herencia dominante y recesiva, se reflejan en esta teoría a nivel celular. Por ejemplo, los alelos (variantes de un gen) se encuentran en lugares específicos en los cromosomas homólogos. Durante la meiosis, estos pares de cromosomas se separan, asegurando que cada gameto reciba solo un alelo, lo que explica la Ley de Segregación de Mendel.
Los experimentos de Mendel en guisantes son la piedra angular de la genética moderna. Sus conclusiones sobre la segregación y la distribución independiente de los alelos fueron revolucionarias:
Estas leyes son cruciales porque establecieron que la herencia no es un proceso de «mezcla», sino un sistema de unidades discretas, lo que sentó las bases para el estudio de cómo se transmiten los rasgos.
Walter Sutton utilizó la observación de los cromosomas durante la meiosis para apoyar los principios de Mendel. Proporcionó evidencia crucial al notar que:
Estas observaciones fueron una prueba visual y tangible de que los genes residían en los cromosomas.
Las ideas de Mendel tuvieron una profunda influencia en científicos posteriores, incluido Walter Sutton. La síntesis de las ideas mendelianas y la citología (el estudio de las células) es lo que formó la base de la genética moderna. Mendel proporcionó el modelo teórico para la herencia, pero no pudo explicar dónde ocurría físicamente. Sutton, al observar el comportamiento de los cromosomas, proporcionó la explicación física y celular para ese modelo. Esta combinación de la teoría (genética mendeliana) y la evidencia física (citología de Sutton) permitió a los científicos entender la herencia a un nivel molecular, dando origen al campo de la genética tal como lo conocemos hoy.