Portada » Filosofía » Fundamentos de la Doctrina Social de la Iglesia: Principios y Aplicaciones
La Doctrina Social de la Iglesia (DSI) se define como un conocimiento iluminado por la fe, con una historia de aproximadamente 120 años, que se remonta a la promulgación de la encíclica Rerum Novarum en 1891. Constituye un conjunto de enseñanzas sobre la realidad social emitidas por los pontífices en forma de cartas encíclicas.
Desde sus inicios, la DSI se ha fundamentado en tres elementos esenciales del ser y la misión de la Iglesia:
La DSI busca interpretar la realidad social, evaluando su conformidad o disconformidad con las enseñanzas del Evangelio sobre el ser humano y su vocación. Su propósito es orientar la conducta cristiana a través de una doble acción: anunciar y denunciar, actuando en tres niveles de la teología moral:
La denominación»DS» se ha ido perfilando gradualmente a lo largo de los pontificados. El término fue recuperado y consolidado en 1979 por Juan Pablo II.
El nacimiento de la DSI responde fundamentalmente a dos razones:
La finalidad de la DSI se concreta en dos objetivos principales:
La DSI renuncia expresamente a:
Las fuentes de la DSI son la Revelación y la Tradición. La fe y la razón constituyen las dos vías cognitivas de la DSI, cuyo propósito es iluminar la realidad social y buscar alternativas desde la fe y la razón.
La DSI es un discurso interdisciplinar, indispensable para el análisis de la realidad, y es tarea de todo el cuerpo eclesial. Representa la expresión del ministerio de enseñanza de la Iglesia.
Los destinatarios de la DSI son:
Esta metodología se ha configurado y afirmado gradualmente. Con Pío XII prevaleció una metodología deductiva, pero posteriormente se introdujo la inductiva. Esto ha hecho que la DSI sea menos doctrinal y más pastoral, menos propositiva y más profética, menos estática y más dinámica.
La persona se concibe como: