Portada » Economía » Fuentes de Financiación Empresarial: Tipos, Características y Opciones Estratégicas
Atendiendo a su origen, la financiación empresarial puede clasificarse en dos grandes categorías:
La financiación interna, también conocida como autofinanciación, se materializa desde el punto de vista contable a través de los fondos de amortización, las provisiones y la retención de beneficios mediante la dotación de reservas.
La amortización se refiere a las cantidades detraídas de los beneficios, antes de su cálculo final, destinadas a cubrir la depreciación de los bienes del activo fijo. Contablemente, se realiza mediante una dotación o gasto y la creación de un fondo que representa los recursos acumulados a lo largo de los distintos periodos. La depreciación obedece a varias causas: envejecimiento, desgaste por el uso del bien a lo largo del tiempo y obsolescencia (anticuado).
Las provisiones son cantidades que se detraen de los beneficios para cubrir gastos extraordinarios o pérdidas ciertas que aún no se han manifestado.
De los beneficios obtenidos por las empresas, una parte se reparte como dividendos y otra, denominada beneficios no repartidos, se destina a:
A medida que las reservas aumentan, el valor teórico contable de las acciones también lo hace, según la siguiente fórmula:
Capital + Reservas ------------------- = Valor Teórico Contable (aumenta) Nº de acciones
La financiación interna o autofinanciación ofrece la ventaja de otorgar gran autonomía a la empresa, al no depender de la concesión de créditos, y además resulta más económica.
Sin embargo, presenta el inconveniente de que, al no existir un coste explícito, los fondos pueden invertirse con frecuencia en proyectos poco rentables. Además, si la autofinanciación implica una reducción drástica de dividendos, los accionistas potenciales podrían perder interés en la adquisición de esas acciones.
Como se mencionó, la financiación externa se divide en dos grandes categorías:
Se materializa a través de las ampliaciones de capital, ya sea mediante la emisión de nuevas acciones o el incremento del valor nominal de las existentes. Los socios actuales o potenciales pagan un precio por las nuevas acciones que, lógicamente, debe ser inferior al valor de cotización en el mercado de las acciones existentes. Dependiendo del precio de emisión de las acciones, se distinguen los siguientes casos:
Los antiguos accionistas poseen un derecho de suscripción preferente sobre las nuevas acciones, el cual es valorable en el mercado. De hecho, un accionista que no desee acudir a la ampliación puede vender estos derechos en el mercado. Aunque el precio lo fija la oferta y la demanda en el mercado, teóricamente se puede obtener el valor de un derecho mediante fórmulas específicas.
Existen dos tipos básicos de financiación ajena: a corto plazo, los denominados créditos de funcionamiento para financiar el activo circulante; y a largo plazo, los créditos destinados a la financiación de bienes del activo fijo.
Las principales fuentes de financiación ajena a corto plazo son:
Es un contrato mediante el cual una entidad de crédito entrega al cliente una cantidad de dinero, y este se compromete a devolver dicha suma más los intereses de acuerdo con un plan de amortización establecido.
También conocido como cuenta corriente de crédito o póliza de crédito, es un contrato en el que la entidad de crédito se compromete con el cliente a permitirle disponer de cantidades de dinero hasta alcanzar un límite acordado.
Se refiere a las letras de cambio o pagarés con un vencimiento determinado. Los tenedores, en lugar de esperar al vencimiento, solicitan al banco que se los «descuente», es decir, que se les abone el importe en cuenta una vez detraídos los intereses y comisiones correspondientes.
Es un medio de pago que ofrece la posibilidad de que la entidad bancaria otorgue facilidades de pago en varios plazos para devolver el dinero gastado.
Son modos temporales de financiar la actividad empresarial, generalmente por periodos cortos (uno o dos meses, etc.), a través de deudas comerciales o fiscales.
Consiste en que una empresa especializada (factor) compra los créditos pendientes de cobro a los clientes de otra empresa, asumiendo los posibles impagados. Este servicio suele tener un elevado coste debido a los riesgos que conlleva.
Las principales fuentes de financiación ajena a largo plazo son:
Mantienen el mismo concepto que los préstamos a corto plazo, pero varían en el número de años de amortización y, con frecuencia, requieren garantías adicionales, como las hipotecarias (afectando un bien inmueble).
Se trata de un préstamo fraccionado en títulos, denominados obligaciones, emitidos por quien recibe el dinero y adquiridos por los inversores. El emisor se compromete a devolver esos fondos al vencimiento y a pagar intereses periódicamente.
Es un contrato mediante el cual una persona o empresa que necesita utilizar un determinado bien encarga a una sociedad de leasing que lo adquiera y se lo alquile por un plazo determinado. Al final de este plazo, el usuario puede elegir entre prorrogar el arrendamiento, comprar el bien o devolverlo.
Es una modalidad de alquiler de bienes muebles en la que la empresa de renting se compromete al mantenimiento del bien, al seguro y a la sustitución de los equipos o la renovación del contrato al final del mismo.