Portada » Filosofía » Filosofía Existencial de Gabriel Marcel y la Bioética en la Ciencia y Tecnología
El pensamiento de Gabriel Marcel se caracteriza por una profunda reflexión sobre la existencia humana, abordando temas como el ser, la esperanza, el amor y la fidelidad, desde una perspectiva que integra la filosofía, el arte y la espiritualidad.
Marcel se inscribe en el existencialismo cristiano y el personalismo. Desarrolló una «filosofía concreta», centrada en la experiencia vivida y en la participación personal en la realidad, en contraposición a las abstracciones del pensamiento sistemático.
Distingue entre «problemas», que pueden resolverse objetivamente, y «misterios», que implican al sujeto y no pueden ser completamente comprendidos desde fuera. Una de sus contribuciones más destacadas es la distinción entre «ser» y «tener»: mientras que «tener» se refiere a la posesión y el control, «ser» implica una relación profunda y participativa con el mundo y los demás.
Gabriel Marcel propuso una filosofía más humana y espiritual, en contraste con el existencialismo ateo. Valoró la interioridad, la relación y la apertura al otro. Influyó en corrientes como el personalismo y la fenomenología del encuentro. Defendió una forma de vivir más auténtica, esperanzada y fiel.
Marcel consideraba que el amor es una experiencia fundamental de la existencia humana. Para él, el amor no es solo un sentimiento pasajero, sino un compromiso profundo que implica la entrega y la afirmación del otro.
El objeto de la investigación filosófica de Marcel es siempre y solo el ser, lo que él denomina la “exigencia ontológica”. Es una necesidad interior profunda del ser humano por comprender su lugar en el mundo.
Marcel identifica varios caminos para acercarse al ser:
Para Gabriel Marcel, la ética no es simplemente un conjunto de normas o reglas abstractas, sino una forma de vivir profundamente humana y existencial, basada en la relación con el otro, en la presencia, la fidelidad, el amor, la esperanza y la disponibilidad.
Los valores éticos forman normas de acción, modelos de comportamiento y criterios de apreciación. La ciencia y la tecnología, al crecer exponencialmente, alteran los esquemas axiológicos tradicionales. Los valores originarios ofrecen orientaciones generales, no normas concretas, y los valores universales se validan en su campo de aplicación, no como principios explícitos.
Mario Molina y Sherwood Rowland, al descubrir los daños potenciales de los CFC en la capa de ozono, enfrentaron un dilema ético: actuar o esperar más pruebas. Decidieron publicar su hipótesis y alertar a gobiernos, industrias y sociedad, logrando prohibiciones internacionales que protegieron el planeta.
Los avances tecnológicos generan escenarios que exigen la creación ética tanto de decisiones como de principios. Se amplía el dominio ético con nuevos problemas generados por la ciencia y la tecnología, y surgen valores nuevos a medida que aparecen problemas inéditos.
La libertad y responsabilidad son valores importantes que implican reflexionar y valorar las consecuencias de los actos. A veces, los dilemas éticos se olvidan o posponen frente a los avances científicos.
Su creación fue recomendada por la UNESCO en 2005, a través de la Declaración Universal de Bioética y Derechos Humanos (28 artículos). Estos comités orientan la acción ética, protegen los derechos humanos y el medioambiente, y evalúan el riesgo-beneficio y la factibilidad de las investigaciones. Deben ser:
Estos principios guían la conducta ética en la investigación, asegurando el respeto a la dignidad humana y la integridad científica:
Es la explicación clara de los objetivos, riesgos, beneficios y procedimientos del estudio. Debe ser voluntario y no basta con solo firmar un papel; implica una comprensión genuina y libre de coacción.
Se refiere a la probabilidad de daño inmediato o tardío a humanos, fauna o flora por el estudio. La evaluación y minimización de estos riesgos es crucial.
Se rige por el principio de respeto al ecosistema, buscando no causar daño. Se requiere ética y experiencia para llevar a cabo este tipo de investigaciones de manera responsable.
“Ciencia sin método se convierte en simple acumulación de datos; pero ciencia sin ética se transforma en arma de manipulación y destrucción.” — Jesús Ruvalcaba