Portada » Medicina y Salud » Exploración de Glándulas, Hormonas y Procesos Metabólicos Esenciales
Las glándulas salivales se clasifican en mayores y menores:
La saliva es una secreción producida por las glándulas salivales mayores y menores, con un pH que oscila entre 6.3 y 6.8. Sus componentes principales incluyen:
Las principales alteraciones que pueden afectar a las glándulas salivales son:
El hígado es el órgano más grande del aparato digestivo, con un peso promedio de 1.5 kilogramos y presenta una forma semiovoidea. Se localiza en la región superior derecha del abdomen, debajo del diafragma y sobre el estómago. Su coloración es parda rojiza y su aspecto es robusto, lo que le confiere un papel crucial en funciones metabólicas y digestivas.
El hígado se organiza en lobulillos hepáticos, que son las unidades funcionales del órgano. Cada lobulillo tiene forma hexagonal y contiene:
Sus principales funciones incluyen:
La secreción biliar es un proceso esencial del hígado que implica la producción de bilis por los hepatocitos. La bilis, que se segrega a los canalículos biliares, está compuesta por varios solutos importantes, incluyendo:
La hiperbilirrubinemia se refiere al aumento de bilirrubina en sangre, donde niveles por encima de 2 mg/dl provocan ictericia, una coloración amarillenta en piel y mucosas. Otros síntomas incluyen heces pleiocrómicas (hipercoloreadas), heces hipocólicas o acólicas (poco o sin color), y coluria (orina oscura) por la eliminación de bilirrubina no procesada por la bilis.
Los eritrocitos, tras una vida media de aproximadamente 120 días, son destruidos por macrófagos en el bazo y el hígado, liberando hemoglobina. Esta se metaboliza en bilirrubina, que luego es procesada y secretada por los hepatocitos. En el intestino, es transformada por bacterias en urobilinógeno, que se elimina en un 80% por las heces.
La insuficiencia hepática es una alteración de la funcionalidad hepática que puede ser causada por consumo de alcohol, sustancias tóxicas, alteraciones autoinmunes o infecciones virales. Sus manifestaciones incluyen:
La hepatitis es una inflamación del hígado, que puede ser aguda (reversible, dura menos de 6 meses) o crónica (dura más de 6 meses). Las causas incluyen infecciones virales (A, B, C, D y E), alteraciones autoinmunes y reacciones a medicamentos.
Las manifestaciones comunes de la hepatitis son: anorexia, astenia, ictericia, coluria, acolía, náuseas, vómitos y fiebre.
La esteatosis hepática o hígado graso resulta de la acumulación de lípidos en los hepatocitos por sobrealimentación o abuso de alcohol, que puede progresar a cirrosis.
La cirrosis es un proceso irreversible que destruye la estructura hepática normal, presentando manifestaciones como anorexia, problemas digestivos y alteraciones en los niveles de azúcares.
La vesícula biliar es un órgano muscular hueco con forma de pera, de aproximadamente 8 cm de longitud, localizado en la cara interna e inferior del lóbulo derecho del hígado. Desde la vesícula biliar se origina el conducto cístico, que se une al conducto hepático para formar el conducto colédoco, encargado de transportar la bilis al duodeno.
La mucosa de la vesícula biliar presenta un epitelio cilíndrico simple, que cuenta con células secretoras de mucosidad, lo que le permite almacenar y concentrar la bilis producida por el hígado.
La función principal de la vesícula biliar es almacenar y concentrar la bilis producida por el hígado hasta que sea necesaria para la digestión. La secreción de bilis se activa con la ingesta de alimentos, especialmente aquellos ricos en grasas y proteínas. Esta contracción y expulsión de la bilis hacia el duodeno es mediada por la hormona colecistoquinina (CCK), que también actúa como neurotransmisor en el sistema nervioso.
Las alteraciones biliares incluyen la litiasis biliar, que se refiere a la presencia de cálculos en la vesícula biliar, generalmente formados por colesterol. Estos cálculos pueden ser asintomáticos mientras permanezcan en la vesícula, pero pueden causar complicaciones si obstruyen las vías biliares, lo que lleva a:
El páncreas es una glándula mixta situada en la parte alta del abdomen, ocupando una posición transversal desde la curvatura del duodeno a la derecha hasta el hiato esplénico a la izquierda. Se divide en tres porciones: cabeza, cuerpo y cola. La cabeza está rodeada por el marco duodenal, y la cola se dirige hacia el hipocondrio izquierdo junto al bazo. Su riego sanguíneo es proporcionado por las arterias pancreático-duodenales superior e inferior, así como por la arteria esplénica y mesentérica superior.
El páncreas es una glándula mixta, siendo la mayor parte de su masa celular el páncreas exocrino, constituido por células secretoras que forman acinos pancreáticos. Estas células vierten sus secreciones en canalículos que se unen para formar el conducto pancreático principal (conducto de Wirsung) y el conducto accesorio (de Santorini), que desembocan en el duodeno. La fisiología del páncreas exocrino incluye la producción y secreción de varias enzimas digestivas (proteolíticas como quimotripsina y tripsina, lipasa pancreática, amilasa y nucleasas). Además, secreta bicarbonato sódico para neutralizar la acidez del quimo gástrico. La secreción se regula a través de estímulos nerviosos (sistema parasimpático) y hormonas, siendo clave la acción de la secretina y la colecistoquinina.
El páncreas también contiene los islotes de Langerhans, que son grupos de células endocrinas. Estas están compuestas principalmente por células beta (que producen insulina), células alfa (que secretan glucagón), y un pequeño porcentaje de células que producen somatostatina, entre otros péptidos.
La homeostasis es la estabilidad o equilibrio del ambiente interno del cuerpo humano, que busca mantener condiciones constantes. Para lograr esto, el organismo controla diversos valores celulares, incluyendo:
Los líquidos corporales se distribuyen en diferentes compartimentos:
La homeostasis se mantiene mediante:
El transporte de sustancias a través de la membrana plasmática se clasifica en dos tipos principales:
Ocurre a favor del gradiente de concentración, sin requerir energía. Incluye:
Implica el movimiento de sustancias en contra del gradiente de concentración y requiere energía. Incluye:
El sistema endocrino, junto con el sistema nervioso, regula las funciones del organismo y está compuesto por glándulas endocrinas que sintetizan y secretan hormonas al torrente sanguíneo en respuesta a estímulos. Además, incluye células de algunos tejidos que también producen y liberan hormonas al espacio extracelular, actuando sobre células cercanas.
Las hormonas son sustancias que circulan en el torrente sanguíneo y controlan las funciones de otras células u órganos. Se clasifican según varios criterios:
Las hormonas se distribuyen por todo el organismo y actúan al unirse a receptores específicos en las células diana (o células blanco). Esta unión activa la reacción metabólica correspondiente, produciendo el efecto deseado a nivel orgánico.
La regulación de la secreción hormonal se realiza a través de mecanismos de retroalimentación. Existen dos tipos:
Además, los receptores hormonales se clasifican según su localización en la célula diana:
Las patologías endocrinas se clasifican según su origen:
Algunas hormonas con función gastrointestinal son:
La diabetes mellitus es un síndrome heterogéneo caracterizado por hiperglucemia (elevación de la glucosa en sangre) y una disminución en la secreción de insulina o resistencia a su acción, lo que provoca un aumento de la glucosa y trastornos en el metabolismo lipídico y proteico.
El diagnóstico se establece con uno de los siguientes criterios:
La diabetes tipo 1 se caracteriza por la destrucción autoinmune de las células beta del páncreas, responsables de la producción de insulina. Este proceso implica:
Representa el 10-15% de todos los casos de diabetes en el mundo occidental. La destrucción de las células beta del páncreas se debe a tres factores principales:
La diabetes tipo 2 es la forma más común de diabetes, representando el 90% de los casos. Se manifiesta principalmente en adultos, aunque puede aparecer en cualquier edad.
Se basa en la presentación de síntomas y se puede diagnosticar a menudo en personas de edad media o avanzada.
Un subtipo de diabetes tipo 2, conocido como diabetes tipo MODY (Maturity Onset Diabetes of the Young), aparece en niños y jóvenes y se hereda de manera autosómica dominante.
Diabetes que se desarrolla debido a otras condiciones patológicas. Las principales causas y características son:
Esta es una condición intermedia entre la normalidad y la diabetes, donde los niveles de glucosa en ayunas y tras carga son ligeramente alterados, lo que puede ser asintomático. La obesidad agrava esta condición y una pérdida de peso puede mejorar la tolerancia.
Alteración del metabolismo de la glucosa que ocurre durante el embarazo, afectando aproximadamente al 2-3% de las gestaciones. Generalmente, esta condición se resuelve tras el parto.
La diabetes gestacional suele ser asintomática, pero está asociada a un aumento en la morbimortalidad fetal. Por esta razón, se recomienda que todas las mujeres embarazadas se sometan a un test de sobrecarga de glucosa (Test de O’Sullivan) como parte del cribado para su detección.
La diabetes, tanto tipo 1 como tipo 2, resulta de alteraciones en la síntesis, secreción y acción de la insulina, afectando significativamente el metabolismo.
Tras la ingestión de alimentos, la glucosa en sangre aumenta, lo que estimula al páncreas a secretar insulina. La insulina:
En ausencia de alimentos, la secreción de insulina disminuye, lo que activa la glucogenólisis (descomposición de glucógeno) y gluconeogénesis, elevando la glucosa en sangre.
La deficiencia de insulina provoca:
Esto causa hiperglucemia y glucosuria (glucosa en orina).
Las manifestaciones clínicas comunes de la diabetes incluyen:
En casos de síndrome hiperglucémico hiperosmolar, la glucemia puede alcanzar niveles muy altos (hasta 600 mg/dl), llevando a grave deshidratación y alteraciones en el estado de conciencia, como confusión y coma metabólico.