Portada » Derecho » Evolución Política y Fundamentos Jurídicos de la Constitución No Escrita del Reino Unido
Durante el tercer mandato conservador de Thatcher, las desavenencias internas, las dimisiones y la recesión económica fueron las constantes principales. A pesar del avance hacia el centro de los laboristas, en 1992 volvieron a ganar los conservadores, con John Major al frente. La política económica emprendida en un período de crisis y las exigencias de la UE desacreditaron al gobierno conservador, cuyo partido comenzaba a dividirse en dos facciones con posturas opuestas.
El regreso de los laboristas al poder en mayo de 1997 coincide con una ola de victorias socialistas en Europa. La victoria de un renovado Partido Laborista, encabezado por Tony Blair, permitió a Gran Bretaña un cambio tras el largo período conservador. El país se involucró de nuevo en el futuro del continente europeo y despertó gran expectación. Blair asumió muchas de las enseñanzas de la doctrina thatcherista, principalmente en materia económica, aunque incorporó nuevos proyectos destinados a modernizar la sociedad británica.
Se pusieron en marcha una serie de reformas que abarcaron desde la educación hasta la transparencia de la función del Estado, con la pretensión de devolver a Gran Bretaña el protagonismo internacional perdido.
El acontecimiento más significativo de la era Blair ha sido, sin duda, las negociaciones para lograr la Paz en el Ulster. A través de la vía del diálogo con el líder del Sinn Féin (brazo político del IRA), Gerry Adams, se logró el Acuerdo de Stormont, firmado por los líderes católicos y protestantes, moderados y radicales, enfrentados durante décadas en el territorio de Irlanda del Norte y ratificado en referéndum en mayo de 1998.
Junto a esto, Blair obtuvo además otro triunfo destacable: el reconocimiento internacional de los valores de su receta de reforma para la izquierda, la llamada Tercera Vía, que perfila aún más las directrices por las que discurre la vida actual de Gran Bretaña.
La Constitución británica es una constitución no escrita; no se identifica con un texto codificado, sino con un conjunto de normas, tradiciones y usos. No está contenida en un único documento y deriva de fuentes secundarias diferentes, de forma que se tiene que recurrir a la formación histórica y a la doctrina para delimitar su objeto.
Es la legislación emanada del Parlamento que conforma el conjunto de normas en materia constitucional que regulan el funcionamiento de las instituciones del Estado, así como el reconocimiento de los más importantes derechos y libertades. De entre ellas se pueden destacar:
Se desprende, en definitiva, que no existe una diferencia formal entre leyes ordinarias y leyes constitucionales.
En Gran Bretaña, las decisiones de los tribunales de justicia dan reconocimiento a un derecho consuetudinario. Esta fuente deriva de las costumbres y los usos locales de la sociedad inglesa que los jueces utilizaban para dirimir los conflictos entre particulares, dando lugar, por la continuidad de las costumbres, al nacimiento del sistema de precedentes. Dentro de estas decisiones, es de singular importancia la función que se atribuye a las resoluciones judiciales en materia de derechos y libertades de los ciudadanos.
Hacen referencia al conjunto de acuerdos de carácter práctico establecidos en el funcionamiento de ciertas instituciones. Son una muestra del pragmatismo británico, así como de la flexibilidad de su constitucionalismo. Su dificultad es un rasgo definitorio, puesto que una codificación de las mismas acusa una gran dispersión de estas fuentes dada su naturaleza ambigua y flexible.
Si bien desde las décadas de 1950-1960 raramente la Constitución figuró dentro del debate político, desde los años 70 ha sido un tema de controversia política dado que acusa una falta de claridad conceptual.
