Portada » Lengua y literatura » Evolución Literaria en Español: Realismo, Modernismo y las Generaciones Poéticas
El Positivismo, con Auguste Comte, promovió el método científico para entender lo social. Charles Darwin, con el Evolucionismo, destacó la evolución como un proceso biológico continuo. Gregor Mendel aportó los principios de la herencia genética, y Karl Marx planteó la lucha de clases y la necesidad de cambios sociales como motor de la historia.
Surgió en Francia alrededor de 1830, como reacción al Romanticismo.
Se expandió por Europa a lo largo del siglo XIX.
Surge en Francia en la segunda mitad del siglo XIX, estrechamente vinculado al Realismo y considerado una derivación o intensificación de este.
Émile Zola es considerado el padre y principal teórico del Naturalismo, influenciado por las corrientes científicas y filosóficas de la época, como el Positivismo y el Determinismo.
El Naturalismo busca un análisis riguroso y científico del comportamiento humano, basado en el determinismo. Sostiene que la personalidad, las acciones y el destino de los individuos están condicionados por factores biológicos (herencia genética, taras) y sociales (medio ambiente, clase social, educación).
Benito Pérez Galdós fue uno de los escritores más importantes del Realismo en España y uno de los novelistas más influyentes en lengua española. Su vasta obra ofrece un retrato exhaustivo de la sociedad española del siglo XIX. Su producción literaria se suele dividir en varias etapas:
Galdós se interesó profundamente por las desigualdades sociales, enfocándose en las clases media y baja, y caracterizó a sus personajes con un enfoque realista y detallado, ofreciendo un panorama incomparable de la sociedad española del siglo XIX.
El Modernismo fue una corriente literaria y artística que se originó a fines del siglo XIX en Hispanoamérica y tuvo una profunda repercusión en España. Supuso una ruptura estética e ideológica frente al Positivismo, el utilitarismo y el Realismo burgués de la época. Es, en esencia, una renovación artística que retoma y transforma el espíritu romántico, buscando la belleza y la perfección formal.
Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío, fue un poeta, periodista y diplomático nicaragüense, considerado el máximo representante del Modernismo literario en lengua española. Su obra no solo encarna los ideales del movimiento, sino que también fue crucial para su difusión y consolidación, renovando profundamente la poesía en español e influyendo en generaciones posteriores de escritores.
La cronología del Modernismo está intrínsecamente ligada a la figura de Rubén Darío:
Rubén Darío, con su genio y su obra, renovó la poesía en lengua española, liberándola de las ataduras retóricas del siglo XIX y abriendo caminos para la experimentación y la modernidad. Su legado influyó profundamente en la poesía del siglo XX tanto en Hispanoamérica como en España, marcando el inicio de la modernidad literaria en el ámbito hispánico.
La Generación del 98 fue un grupo de escritores, ensayistas y poetas españoles que se vieron profundamente afectados por la crisis moral, política y social desencadenada en España por la derrota militar en la guerra hispano-estadounidense y la consiguiente pérdida de las últimas colonias (Cuba, Puerto Rico, Filipinas) en 1898, suceso conocido como el»Desastre del 9″. Este grupo reflejó en sus obras la crisis de la conciencia nacional y emprendió una profunda crítica de la situación del país.
Aunque inicialmente algunos de sus miembros tuvieron afinidades con el Modernismo, la Generación del 98 pronto desarrolló un estilo y unas preocupaciones distintivas. Rechazaron los excesos ornamentales del Modernismo más esteticista, adoptando un estilo más sobrio, directo y accesible, con una preferencia por la claridad y la precisión conceptual. Los géneros predilectos fueron la novela y el ensayo.
Su principal objetivo era la regeneración de España. Denunciaron el atraso del país, la corrupción política, la abulia y la parálisis social. Buscaron las causas de la decadencia española y propusieron diversas soluciones, aunque a menudo desde una perspectiva pesimista o escéptica. Abordaron también temas existenciales y filosóficos, como el sentido de la vida, la angustia, la religión y el paso del tiempo.
Se interesaron profundamente por la esencia de España «el alma de Españ»), que buscaron especialmente en el paisaje y las tradiciones de Castilla, vista como símbolo de la identidad nacional. Exploraron sus pueblos, sus gentes y su historia.
Entre las figuras más destacadas de la Generación del 98 se encuentran Miguel de Unamuno, José Martínez Ruiz (Azorín), Pío Baroja, Antonio Machado, Ramiro de Maeztu y Ramón María del Valle-Inclán (aunque este último con una evolución muy particular hacia el esperpento).
En poesía, Antonio Machado y Miguel de Unamuno son los máximos exponentes, con una lírica reflexiva y depurada.
En narrativa, Pío Baroja y Unamuno se enfocan más en las ideas filosóficas y en la caracterización de personajes inquietos y problemáticos que en la complejidad de las tramas. Valle-Inclán, por su parte, evoluciona desde un modernismo inicial hacia la creación del esperpento en el teatro, una estética que deforma sistemáticamente la realidad para criticar de manera grotesca la sociedad española.
El Novecentismo, también conocido como Generación del 14, es un movimiento literario, cultural e intelectual que surge en España en los primeros años del siglo XX, aproximadamente alrededor de 1914. Se sitúa cronológicamente entre la Generación del 98 y las Vanguardias (Generación del 27). Buscaba una renovación estética e intelectual para el país, caracterizándose por una visión crítica de la realidad española y una aspiración hacia un arte más racional, depurado y europeísta. Se distancia tanto del subjetivismo y pesimismo de muchos autores del 98 como del exceso emocional y ornamental del Modernismo.
El ensayo experimenta un desarrollo notable durante el Novecentismo. Figuras clave son:
Aunque el ensayo fue el género dominante, también hubo novelistas importantes:
En conjunto, el Novecentismo se caracteriza por una reflexión crítica sobre la sociedad y la cultura española, un arte intelectual y minoritario, y un esfuerzo por modernizar el país y adaptarlo a las corrientes vanguardistas y de pensamiento europeas.
Las Vanguardias fueron un conjunto de movimientos artísticos y literarios innovadores y rupturistas que surgieron en Europa a principios del siglo XX (aproximadamente entre 1905 y 1930). Se caracterizaron por su ruptura radical con el arte y la literatura anteriores, su afán de experimentación y originalidad, y su búsqueda de un arte autónomo, puro y a menudo provocador.
En el contexto español, se suelen distinguir dos períodos principales:
Estos movimientos se destacaron por su actitud de rechazo a las normas establecidas, la tradición académica y los valores burgueses. La experimentación constante y la originalidad a ultranza eran sus principales motores.
Introdujeron nuevas formas de expresión, como la liberación del verso (verso libre), la ruptura de la sintaxis y la lógica discursiva, y el uso de imágenes y metáforas audaces e ilógicas como elementos esenciales del arte. A menudo, sus obras resultaban incomprensibles para el gran público y carecían de coherencia lógica tradicional, buscando impactar o provocar al lector/espectador.
Entre los movimientos vanguardistas internacionales más importantes que influyeron en España se encuentran:
En España, Ramón Gómez de la Serna fue una figura clave en la difusión de las ideas vanguardistas, destacándose por su obra experimental, su humor y la creación de la»greguerí».
Los movimientos vanguardistas propiamente españoles más relevantes fueron:
La Generación del 27 fue un brillante grupo de poetas (y algunos prosistas y dramaturgos) españoles que se dieron a conocer en el panorama literario alrededor del año 1927. Esta fecha es simbólica, ya que en ella se celebró un homenaje en el Ateneo de Sevilla al poeta barroco Luis de Góngora, en el tricentenario de su muerte, figura que admiraban por su virtuosismo formal y su audacia metafórica. Estuvieron influidos por diversas corrientes literarias, entre las que destacan las Vanguardias (especialmente el Surrealismo, pero también el Creacionismo y el Ultraísmo), la poesía pura de Juan Ramón Jiménez, la tradición lírica de Antonio Machado, y los clásicos de la literatura española (como Garcilaso de la Vega, Lope de Vega, San Juan de la Cruz, además del propio Góngora). Durante esa época, las revistas literarias como Revista de Occidente, Mediodía, Litoral y La Gaceta Literaria jugaron un papel crucial en la difusión de sus obras e ideas.
Los poetas de la Generación del 27 buscaron renovar la poesía española, logrando una síntesis original entre tradición y vanguardia. Supieron equilibrar la preocupación por la forma y la expresión estética con la profundidad del contenido y la emoción.
Innovaron con un lenguaje poético que combinaba el léxico culto y el coloquial, y dieron una importancia primordial a la metáfora, que se convirtió en un instrumento fundamental para crear nuevas visiones de la realidad. En cuanto a la métrica, combinaron estrofas clásicas (sonetos, romances, décimas) con el verso libre y otras formas experimentales propias de la vanguardia.
Inicialmente, en una primera etapa más influida por la poesía pura y las primeras vanguardias, su poesía se centró a menudo en la perfección formal y el»arte por el art». Sin embargo, con el tiempo, y especialmente bajo la influencia del Surrealismo y las crecientes tensiones sociales y políticas de los años 30, su poesía se volvió más humana y comprometida, reflejando emociones personales, inquietudes existenciales y preocupaciones sociales. La Guerra Civil Española (1936-1939) supuso un punto de inflexión trágico para el grupo, dispersándolo y llevando su poesía hacia temas más profundos y personales, como el exilio, la pérdida, el dolor y la nostalgia.
Entre los miembros más destacados de la Generación del 27 se encuentran:
Además, es fundamental reconocer el papel de un grupo de mujeres artistas y escritoras vinculadas a esta generación, conocidas como , entre las que destacan figuras como María Zambrano (filósofa y ensayista), Concha Méndez (poeta), Rosa Chacel (novelista), Ernestina de Champourcín (poeta), y Maruja Mallo (pintora), entre otras, quienes contribuyeron significativamente a la riqueza cultural de la época.