Portada » Educación Artística » Evolución del Diseño: Desde Thonet al Modernismo de Gaudí y Mackintosh
Michael Thonet es considerado el verdadero iniciador del sistema que revolucionaría la industria del mueble a mediados del siglo XIX. Nacido en 1796, montó un taller de carpintería y ebanistería donde comenzó a trabajar con finas láminas de madera. Posteriormente, desarrolló sus investigaciones sobre las propiedades de la madera, utilizando vapor para hidratar los poros de la madera y conseguir su elasticidad. Luego, posicionaba la madera en un molde y la hacía secar para obtener la forma deseada.
De Thonet destaca la silla nº 14, donde se intentaba obtener una silla con el mínimo número de piezas y, a su vez, mejorar la capacidad de almacenaje. Un dato curioso es que el hijo de Thonet, tras unos años, presentó una silla con una única pieza de madera de 8 metros de largo, pero debido a su incomodidad, no tuvo un gran éxito.
Los objetos de la industria comenzaron a adoptar los mismos cánones que se realizaban manualmente, lo que conllevó a la aparición de una resistencia que luchaba por mantener la dimensión humana en la producción. A medida que avanzaba el siglo XIX, se observaba cómo la máquina intentaba falsear al hombre.
Se comenzó a elaborar productos con una gran ornamentación, y apareció una crítica frente a los procesos de mecanización, que se plasmó en pragmáticos e idealistas. Los pragmáticos apoyaban el aprovechamiento de las nuevas tecnologías para fabricar objetos de uso, planteando la posibilidad de un valor estético. Por otro lado, los idealistas cuestionaban la intervención de la máquina en los procesos reservados al ser humano y no aceptaban que los objetos perdieran su carácter personalizado.
Ambos estaban de acuerdo en que el arte es algo superior, con valores inherentes a la condición humana.
Ni los pragmáticos ni los idealistas fueron los que elaboraron la gran masa de productos de la época, apareciendo un planteamiento sobrecargado de formas pesadas con algunos préstamos estilísticos de épocas anteriores. Se multiplicaron los adornos, dejando muy por debajo la función del objeto.
Cabe destacar la Exposición de Londres de 1851, donde se buscaba mostrar los avances en las diferentes técnicas. La sede de la exposición fue el Crystal Palace, planteado por Joseph Paxton, quien había destacado por la construcción de invernaderos con la utilización del hierro y el cristal. Su principal novedad fue el empleo de estructuras prefabricadas en los talleres.
La exposición estaba encabezada principalmente por Henry Cole y fue tildada como la de más mal gusto de la historia. Henry Cole lideraba campañas contra los excesos de ornamentación, y junto a sus seguidores Jones y Dresser, creían en poder dar al diseño unos valores comunes que se encontrasen dentro de la naturaleza, ya que la geometría es naturaleza y la naturaleza es perfecta, también donde la forma contribuyese a la función. Por ello, Henry Cole presenta su juego de té con el que ganó un concurso. A su vez, Dresser también contribuye con sus jarrones y juegos de té, trabajando con el metal y el vidrio.
A partir de 1860, aparece el movimiento Arts and Crafts, que rechaza la industrialización, con unos integrantes que quieren creer que aún se puede mantener una sociedad en base a la artesanía. Pese a eso, la artesanía no puede competir en cuanto a precio con la industria, y el destino de sus objetos sería personalizado e iría dirigido a las clases altas.
El movimiento Arts and Crafts se plantea la importancia de la forma y la función, siendo a la vez distinto y complementario. Morris (1834-1896) es el principal teórico del movimiento, y su principal propuesta es mirar hacia el pasado, considerando que la máquina no conseguirá la calidad artesanal. Es imprescindible atender a la funcionalidad, y la forma se acoplará a ella de forma sencilla y adecuada. Se reconocía que si el objeto estaba elaborado por las personas, se trataba de un objeto auténtico; sin embargo, si estaba elaborado por la máquina, no lo era. Morris cree que solo la revolución va a ser capaz de cambiar el estado actual, aunque sabía que perdería compañeros de Arts and Crafts y marxistas que consideraban que no era el momento para una revolución.
Para reunir las características del movimiento, los integrantes recurren al gótico, siendo el gótico la mejor sociedad posible. Pintores como Rosseti y Burne Jones, y arquitectos como Webb junto a Morris proponen una nueva visión de la arquitectura.
La primera obra donde se va a poder apreciar los parámetros establecidos por el movimiento va a ser Red House, construcción encargada por Morris al arquitecto Webb, no solo el edificio sino también los muebles del interior. Se podían observar perfectamente las premisas del movimiento, con líneas sencillas, sin intentar esconder el material con el que están hechos los objetos (en este caso de ladrillo rojo), y diferentes zonas con referencia al gótico (en este caso los arcos acabados en punta).
En 1861 se forma la empresa Morris, con muebles, tapices, vidrios, alfombras… pero sobre todo debemos fijarnos en el textil, donde el propio Morris empezó a trabajar en este sector. En 1880 surge una segunda generación de diseñadores del movimiento que intentan mantener los mismos parámetros, pero sin quedarse atrás debido a la necesidad de generar competencia con la industria.
Cabe destacar a los hermanos Greene con la aportación de sus muebles sobrios y elegantes, utilizando las clavijas como elemento decorativo.
El siglo XIX se describe como una época de fiebre de invención donde, debido al cambio en la sociedad y en sus necesidades, comenzaron a aparecer nuevos inventos, unos que tenían precedentes como lo puede ser el automóvil, y otros que no como lo puede ser la bicicleta. Posteriormente en el siglo XX se consolidarían estas invenciones.
El campo del automóvil es uno de los más importantes en lo que a este tema respecta.
La historia de la bicicleta remonta a 1791 cuando se vio a un conde, aparecer con un artilugio formado por un travesaño de madera de 1 m añadido a dos ruedas de carro bautizado como celerífero, no cuenta ni con dirección, ni manillar ni sillín. Años más tarde aparece el apoya-barrigas que ayuda a dar un mejor impulso y es bautizada como draisiana. Cuarenta años más tarde aparece la posibilidad de poner pedales en la parte trasera, lo que da la idea de ponerlos en la rueda anterior, lo que hacía pensar que por temas de desarrollo y estabilidad, la rueda delantera debía ser considerablemente más grande. En 1870 llegará el sistema de la cadena y posteriormente los neumáticos y el cambio de marchas. Las primeras bicicletas estaban destinadas a la diversión de las clases altas hasta que pasó a ser un vehículo muy popular.
En un principio el automóvil adopta en su forma externa, la carrocería de un carro con una parte delantera muy pequeña, una carrocería de madera con un chasis muy alto y formas cuadradas. No se puede delimitar quién fue el inventor del automóvil, pero sí formaron parte Daimler y Benz, quienes alcanzaron una gran aceptación de funcionalidad. Benz había acoplado el motor de gasolina a un triciclo, y Daimler había aportado el motor a explosión más ligero hasta el momento.
La aparición del Rolls-Royce 40/50 fue muy destacable, ya que desde ese momento había una mayor preocupación por la estética. Este vehículo recibió el apodo de «Silver Ghost», ya que ofrecía una carrocería de aluminio y un chasis de acero. Se tildó como el coche más caro en toda la historia, ya que aparte de seguridad, introducía lujos como el cuero y las alfombras.
Por otro lado, en EEUU aparece Ford, que introduce el modelo Ford T, que se fabricó a gran escala a partir de un modelo único. Este modelo era rudimentario sin excesivos refinamientos, pero demostró ser un automóvil con capacidad de adaptarse a diferentes condiciones. Ford presentaba una buena calidad a un precio asequible y defendía la ventajosa opción de tener un modelo único de gran calidad antes que sacar diferentes modelos que no pueden cumplir con la principal función. El Ford T presentaba carrocería metálica y chasis de acero, pero sin olvidar las ruedas con radios y la capota desplegable como en los coches de caballos. Posteriormente aparecería Ford A, un modelo más moderno.
Respecto al ferrocarril, las locomotoras tenían un diseño muy rudimentario, pues la preocupación fundamental era el funcionamiento. Los vagones tenían forma de carromato.
Ya en los primeros años del siglo XIX se experimentó con máquinas de vapor que iban sobre raíles dirigidas hacia el sector minero. Fue George Stephenson quien consiguió grandes éxitos y se dio cuenta de que no solo podría estar destinado al mundo del transporte de mercancías, sino también para transportar pasajeros. Tras varios estudios terminó la locomotora The Rocket, realizando su primer viaje en la línea Manchester-Liverpool.
Posteriormente, cuando la locomotora comenzó a introducirse en el paisaje, se lograron productos bellísimos.
El deseo de volar siempre había estado presente en los humanos. Ya de Leonardo da Vinci conservamos bocetos de diferentes naves aéreas que se basaban en la observación del vuelo de los pájaros. Posteriormente llegó el globo, con su funcionamiento gracias a la utilización de un gas menos pesado que el aire.
Cayley fue quien elaboró los conceptos base de aeroplano, como el ala fija, superficies horizontales y verticales por tema de estabilidad. Cayley no llegó al desarrollo práctico de sus ideas, pero sí lo hizo Lilienthal a través del planeador Aliante, logrando varios éxitos, pero tras todo acabó muriendo en uno de sus experimentos.
El año 1903 es considerado el año del nacimiento del aeroplano con los hermanos Wright y su Flyer 1. Se habían realizado muchos experimentos con motores a vapor, muchos de ellos fallidos, y finalmente cabe destacar el monoplano de Bleriot que cruzaría el canal de la Mancha.
También cabe destacar todos aquellos objetos que irrumpieron en nuestra vida cotidiana y hay que decir que ante todo y en general, predomina el funcionamiento de los mismos, la decoración e innovación aparece únicamente una vez cumplen perfectamente la función.
Se inventa un modelo que posee prácticamente todos los elementos que se conocerán ya en un futuro, sin embargo cabe destacar la máquina de Elías Howe que llegó a tener un gran éxito sobre todo a la habilidad de venta de Singer. Principalmente era un modelo austero que poco a poco iría evolucionando con la introducción de elementos decorativos florales en el pedal y la estructura, destinado al público femenino.
Al igual que las máquinas de coser, iban destinadas a un público femenino, y cabe destacar que la mecanografía fue uno de los primeros trabajos remunerados de la mujer fuera del hogar. Fueron los primeros diseñadores de una lo suficientemente eficaz contando con el apoyo de Remington un fabricante de armas.
En 1895 se comercializó la cámara plegable de bolsillo Kodak con un diseño sobrio y sencillo, posteriormente aparece la cámara Brownie del investigador George Eastman, constaba de un diseño sencillo y con bajo coste, con un gran público infantil, ya la cámara llevaba un Brownie en su diseño (un personaje ficticio).
Graham Bell fue quien patentó su aparato eléctrico para transmisión de voz a distancia aunque posteriormente sería uno de los productos que más modificaciones sufriese.
También otros objetos como inventos para mantener fría la comida dentro de casa, todos inventos presentados a finales del siglo XIX y principios del XX. Pero sobre todo cabe destacar la aparición de la bombilla siendo que antes la gente alumbraba sus casas con gas o aceite y la bombilla sustituyó todas estas bases antiguas establecidas, también será muy importante para la investigación y diseño de productos como lámparas.
La riqueza y complejidad del modernismo convierten a este movimiento en uno de los más interesantes en el mundo de las formas. Las dos características fundamentales son:
El modernismo acepta el proceso industrializador. Con la línea casi siempre sinuosa (golpe de látigo) y una tendencia a la espectacularidad, el uso del color, los materiales y giros en la forma.
El modernismo se extiende desde 1890 hasta 1910 por multitud de países y sobre todo se distinguen dos grandes líneas:
Por un lado encontramos a Henry van de Velde, discípulo de Morris que se preocupa igual que él por la adecuación social. Por otro lado Aubrey Beardsley inspirado en el pensamiento de Oscar Wilde. También contamos con la lujuria de Tiffany preocupado por la experimentación.
Se debe marcar la tendencia al orientalismo, sobre todo el arte japonés y a su vez las superficies lacadas y colores sobrios.
Destacan por un lado el vidrio donde se inventan procedimientos para darle color, los más conocidos son Emil Gallé y Tiffany creador del método (Favril glass), una técnica refinada y cara con la que se logra conseguir un juego abstracto de líneas y colores.
Y por otro lado destaca el hierro sobre todo por su ductilidad, convirtiéndose en el material favorito de muchos ya que puede adoptar formas retorcidas e insólitas (sobre todo se observa en las rejerías), Gaudí será el más imaginativo como se puede observar en muchas de sus casas.
Se preferían las piedras finas y semipreciosas por delante de las preciosas, con figuras como lo pueden ser: insectos, mujeres, elementos florales… y también unas formas híbridas.
El empleo de la madera, que respecto a sus propiedades hace que presenten un carácter atormentado seguramente siendo en donde se presentaron diseñadores con una gran calidad, muy conocido el aparador de Eugéne Vallin estructurado a partir de una forma orgánica y con la madera estirada como si de piel se tratase. Por otro lado Carlo Bugatti con su habitación de los caracoles.
Uno de los más conocidos, Mucha. Preferentemente se emplea la imagen y figura de la mujer dotándole de cabellos largos con un golpe de látigo y repasando su contorno para esa sensación de planitud.
Posteriormente veremos por un lado en Cataluña con Gaudí ese modernismo más curvilíneo y efectista y posteriormente en Escocia a un modernismo más sobrio
En Cataluña se centra el principal foco modernista de nuestro país y aparte de Antonio Gaudí también nos encontramos con autores como Domenech i Montaner con obras como el Palau de la Música en Barcelona y Puig i Cadafalch autor del edificio de café-restaurante Amatller situada al lado de la casa Batlló de Gaudí.
Antonio Gaudí (1852-1926) al proyectar cada edificio se fija en todos los detalles y también en los muebles y en la posición de los mismos dentro del edificio. Fue arquitecto y diseñador, hijo de un herrero por lo que obtiene un gran manejo del hierro como se puede observar en muchas de las rejerías. Tenía un gran conocimiento del gótico y pareció acercarse al Francés como se puede observar en la casa Batlló y Milà. Para Gaudí la decoración forma parte de la propia obra.
Entre los diseños de los muebles de Gaudí se encuentra un fuerte componente orgánico que nos recuerda a seres en movimiento, al igual que sus sillas que parecen ajustarse a los perfiles del cuerpo.
Por otro lado en Escocia trabaja el llamado Grupo de Glasgow formado por cuatro integrantes. Mackintosh empezó por transformar los aburridos salones de té de su ciudad, en armoniosos lugares de reunión, empleando para ello modelos estilosos, destacando la figura de la mujer acompañado en muchas ocasiones del símbolo del grupo (rosa) que aparte de ser el símbolo lo veríamos en repetidos objetos del artista.
Predominan una línea muy austera con colores suaves como el pastel, negro y blanco. Es notable la influencia japonesa por su sencillez y la referencia a la naturaleza.
En los muebles se inclina por la línea vertical ligeramente curvada y que acaba en ovalada. En las sillas se utiliza en muchas ocasiones el sistema de rejillas y el mobiliario suele ser severo pero no del todo funcional. Muy conocida la silla willow que estuvo hecha para un salón de té.
Mackintosh fue el ejecutor de la School of Arts of Glasgow uno de los edificios más conocidos del modernismo con una entrada asimétrica con grandes ventanales para hacerlo de un lugar bueno para el estudio, consta de zonas funcionales y otras decorativas, desafortunadamente en 2014 el edificio se incendió.
A su vez también en Austria se obtuvieron unas líneas sobrias y rectilíneas. Destacan pintores como Klimt con su obra El Beso