Portada » Magisterio » Estrategias y Recursos para la Intervención Profesional: Un Enfoque Integral
La técnica se refiere al procedimiento sistemático y estructurado que guía la acción profesional. Responde a la pregunta «el cómo se interviene». Está sustentada en un marco teórico y metodológico, y su uso le da sentido a la práctica. Por ejemplo, la entrevista social es una técnica, entendida como el proceso dialógico y planificado para conocer una situación.
La herramienta corresponde al instrumento o recurso específico que facilita la aplicación de la técnica. Responde a la pregunta «el con qué se interviene». Su función principal es materializar, registrar y sistematizar la información o la acción. Por ejemplo, la ficha social es una herramienta utilizada durante la técnica de la entrevista social para organizar los datos recogidos.
La entrevista social se consolida como una técnica esencial para la comprensión de la realidad, y no solo para la recolección de datos. Ejemplo: En un caso de mediación familiar, la entrevista se usa para establecer un espacio de confianza donde cada miembro pueda expresar su perspectiva, lo cual es vital para el diagnóstico y la intervención.
El diagnóstico social es una herramienta que va más allá de la descripción de problemas, ya que identifica necesidades, fortalezas y recursos. Ejemplo: Al trabajar con una comunidad, el diagnóstico social no solo detecta la falta de áreas verdes, sino que también identifica la existencia de un grupo de vecinos con experiencia en jardinería, convirtiendo un problema en una oportunidad de acción colectiva.
El registro social es una herramienta para dar continuidad y coherencia al proceso. Ejemplo: Un trabajador social documenta las visitas domiciliarias y las llamadas telefónicas con una familia. Este registro sirve para dar seguimiento a los avances y tomar decisiones informadas, garantizando que el proceso no sea fragmentario.
Su objetivo es acompañar a una persona para que descubra sus propias soluciones. Ejemplo: Un trabajador social utiliza la técnica de la consejería con una persona que sufre de ansiedad, ayudándola a identificar los factores estresantes y a elaborar un plan de autocuidado. La técnica guía la interacción, permitiendo que la persona sea protagonista de su propio proceso.
Busca aprovechar la interacción colectiva para el apoyo mutuo y la construcción de aprendizajes. Ejemplo: Para empoderar a un grupo de mujeres en situación de vulnerabilidad, se aplica la técnica de un taller de empoderamiento, donde las dinámicas grupales fomentan la solidaridad y la autoestima compartida.
Su objetivo es fomentar la participación y la organización social. Ejemplo: Para solucionar un problema de inseguridad en un barrio, el profesional utiliza la técnica de la asamblea vecinal, facilitando un espacio para que los propios residentes propongan y organicen un sistema de patrullaje voluntario.
La principal conclusión es que el verdadero sentido de las herramientas y técnicas no reside en su aplicación mecánica, sino en la capacidad del profesional para adaptarlas creativamente a cada contexto. No son instrumentos neutrales, sino que están al servicio de un proyecto ético y político orientado a la transformación social. Por lo tanto, el uso de estos medios debe ser siempre reflexivo y humanizador, evitando que la intervención se convierta en un mero procedimiento burocrático, y asegurando que se centre en la promoción de la dignidad humana.
La distinción entre técnica y herramienta es fundamental para el trabajador social, ya que le permite dotar de rigor, coherencia y sentido a su intervención. La técnica es el procedimiento sistemático que guía la acción (el «cómo»), mientras que la herramienta es el instrumento concreto que facilita su aplicación (el «con qué»). Ignorar esta diferencia podría llevar a una práctica desorientada y superficial: el profesional usaría las herramientas de forma aislada, sin un propósito claro, lo que resultaría en una intervención despersonalizada y una simple recolección de datos sin valor. El verdadero sentido de la intervención emerge cuando la herramienta se pone al servicio de la técnica, adaptándose creativamente al contexto único de cada persona o comunidad. Por ejemplo, en el caso de la mediación familiar (una técnica), se pueden utilizar herramientas como un genograma para visualizar las relaciones familiares y una guía de preguntas para orientar el diálogo, asegurando que la acción sea intencionada y orientada a los objetivos de la intervención.