Portada » Lengua y literatura » Elegía de Antonio Machado a Federico García Lorca: El crimen fue en Granada
Su autor es Antonio Machado, uno de los autores más representativos de la poesía de principios del siglo XX. Este poema pertenece a su última etapa.
Cuando estalla la Guerra Civil, Machado, siguiendo sus convicciones republicanas, denuncia la situación que sufre el país. En este hermoso poema, Machado recuerda a Federico García Lorca, asesinado a comienzos de la guerra.
Este poema pertenece a la obra Poesías de guerra (1937), quinto y último libro del autor, una veintena de composiciones que giran en torno a la contienda. Hay poemas breves, como el dedicado a la defensa de Madrid, algunas coplas, romances y nueve sonetos. De todos ellos, el poema más hermoso es El crimen fue en Granada, una desgarradora elegía (composición lírica en que se lamenta la muerte de una persona) dedicada a Federico García Lorca.
El dolor del poeta por la trágica muerte de F. García Lorca, asesinado en Granada, su propia ciudad.
El poeta refleja el hecho y las circunstancias de la muerte de Federico García Lorca, fusilado de madrugada (por el bando nacional) en su Granada natal. A continuación, se presenta el diálogo de Federico con la Muerte, en su paseo con ella justo antes de cometerse el crimen. Finalmente, el yo poético de Machado pide que se levante un monumento a Federico en la Alhambra para que nunca se olvide el crimen cometido.
El poema está compuesto por treinta y ocho versos que combinan endecasílabos (de arte mayor) y heptasílabos (de arte menor), una mezcla característica de la silva arromanzada. En esta estructura, los versos pares riman en asonante (a-a), mientras que los impares quedan sueltos, sin rima, creando un ritmo libre y musical.
En la primera parte del poema, Machado rompe este esquema para introducir un breve romance formado por versos octosílabos (versos 5 al 11), como homenaje a Federico García Lorca. Con este recurso, el autor evoca el estilo del Romancero gitano, recordando el tono popular y simbólico propio de la obra de Lorca.
Primera parte: El Crimen (vv. 1-14): Es una narración poética del crimen de Lorca y las circunstancias. Se establece la localización temporal (de madrugada). Se evoca su caminar, los verdugos y su muerte, para concluir con la localización espacial repetida tres veces: Granada.
Segunda parte: El Poeta y la Muerte (vv. 15-31): Se presenta el caminar de Lorca con la Muerte (que aparece personificada). Se refleja el valor de Federico y las palabras del poeta dirigidas a la Muerte mientras ella escucha.
Tercera parte: Petición y Recuerdo (vv. 32-37): Antonio Machado expresa con su voz su petición al pueblo para que construyan un monumento a Federico, con el fin de llorar al poeta y no olvidar nunca el crimen cometido en Granada.
1ª parte: “El crimen”
2ª parte: “El poeta y la muerte”
3ª parte: Petición
Estrellas: amor, muerte, rumbo.
Viento: erotismo masculino.
Aire: libertad del ser humano.
Sueño: sentimiento del viajero, es lo que mueve en su búsqueda vital, es una forma del conocimiento.
Fuente: anhelos, deseos e ilusiones.
Agua: símbolo de vida cuando brota y fluye (el río), de la fugacidad cuando corre, y de la muerte cuando está quieta o es el mar.
Guadaña: la muerte.
Anáfora: repetición de palabras al inicio de varios versos. Ejemplo: “Se le vio caminar… / Se le vio… / Se le vio…”
Metonimia: “El crimen fue en Granada” → se menciona el lugar por el hecho ocurrido.
Exclamación: “¡Oh, ciudad del alma mía!”
Enumeración: “Las alamedas, los montes y los ríos”.
Epíteto: “Ciudad del alma mía”, “fuente clara”, etc.
Antítesis: “El crimen fue en Granada, ¡en su Granada!” (contraposición entre el crimen y la ciudad amada).
Anáfora: “Se le vio…” repetido varias veces.
Personificación: “La muerte lo estaba mirando” → la muerte actúa como ser humano.
Símbolo: el “agua” o la “fuente” simbolizan la pureza o la vida.
Metáfora: “El crimen fue en Granada, ¡en su Granada!” → equiparación emocional del poeta con la ciudad.
Antítesis: vida / muerte.
Enumeración: “Los golpes, el pico, la bala”.
Repetición: refuerza la emoción y el ritmo.
Personificación: “La fuente lloraba”.
Apóstrofe: “¡Oh, ciudad del alma mía!” → invocación directa a Granada.
Anáfora: Reiteración del verso “El crimen fue en Granada”.
Metonimia: Granada representa a España y a la tragedia nacional.
