Portada » Español » El Universo Lingüístico de Leila Guerriero: Estilo, Emoción y Estructura en su Prosa Periodística
En un análisis más interno, en lo que se refiere al nivel pragmático, el acto comunicativo del texto implica la existencia de una emisora, Leila Guerriero, autora del artículo publicado el 28 de diciembre de 2024 en el diario “El País”. Un emisor presente que establece una comunicación unilateral con los lectores, un receptor múltiple y heterogéneo, un público amplio, con interés por informarse y dispuesto a la reflexión.
Las funciones del lenguaje presentes en el texto son acordes con el objetivo que quiere transmitir la autora. Así, prevalece la función expresiva, que se manifiesta en el uso de ciertos elementos valorativos, claramente subjetivos, como el empleo insistente de la primera persona del plural, un plural inclusivo que implica al emisor y al receptor en el texto: “éramos, vivíamos, emitíamos, escuchábamos, éramos, inventábamos, robábamos”, etc. Asimismo, se perciben las propias valoraciones personales de Leila Guerriero en expresiones como: “El equilibrio sobre dos ruedas era un logro extravagante”, “asqueados por el color del helado de pistacho”, “emitíamos grititos como señal de largada de la vehemencia”, “lo irreal era asombroso”, etc.
También está presente la función apelativa, ya que la autora se dirige al receptor para cuestionarlo, a través del uso de interrogaciones retóricas: “¿Dónde estamos?”, “¿Qué quedó?”; estableciendo con el receptor una relación de proximidad. Además, trata de conseguir que los lectores compartan ese sentimiento de nostalgia. Ambas funciones son reforzadas con la presencia de la función poética, pues se percibe la clara voluntad de estilo por parte de la autora, que recurre a un uso abundante de metáforas, recurso habitual del lenguaje periodístico. Asimismo, tenemos que mencionar la presencia de la función referencial, que se manifiesta en datos objetivos del texto, como es, por ejemplo, la referencia a las Navidades.
En lo que se refiere a los mecanismos de cohesión, destaca la recurrencia léxica de términos esenciales que se convierten en los ejes significativos del texto y en los que la autora quiere insistir: nostalgia e incendio; así como la recurrencia semántica por sinonimia con vocablos como: entusiasmo/vehemencia e incendio/llama/ardor, sobre los que gira el contenido metafórico del texto y que le otorgan un sentido unitario.
Asimismo, tenemos que destacar una isotopía semántica relativa al tema de las vacaciones en verano, con vocablos o expresiones como: “trajes de baño”, “hombros quemados al sol”, “agua”, “helado de pistacho”, “burbujas”, etc. Otra isotopía semántica reseñable es la relativa al mundo de la fantasía, con términos como: “historias”, “aparecidos”, “fantasmas”, “brujas”, “seres de otro mundo”, “monstruo”, “diferentes criaturas”, “dibujos animados”, “trama”, “protagonistas”, etc. Y, por último, otra isotopía semántica que destaca es la referida al mundo del hogar familiar, con términos o expresiones como: “paredes del cuarto”, “cama”, “cocinar”, “castigos imaginarios”, “Navidades”, “vestidos de las abuelas”, “restos de alcohol de las copas de los grandes”, etc. Estas isotopías constituyen cadenas de significados que refuerzan el carácter unitario del contenido del texto. Si conseguimos unir esas tres isotopías, podemos casi reflejar las ideas principales del mismo (los recuerdos de la infancia).
Asimismo, tenemos que mencionar el empleo de los conectores textuales que ayudan a organizar el discurso y permiten la progresión temática, indicando valores de oposición o contraste (aunque, pero) y de frecuencia (solo a veces).
En lo que se refiere a la estructura interna, esta es sintetizante, ya que sigue un proceso inductivo y el tema se muestra al final del texto, que, como ya hemos comentado, es una reflexión nostálgica sobre el entusiasmo que se muestra en la infancia y que perdemos en la edad adulta.
En lo que se refiere al plano morfosintáctico, destaca el predominio de los sustantivos concretos sobre los abstractos (“trajes de baño”, “hombros”, “lycra”, “ruedas”, “insectos”, “piedra”, “agua”, “chocolate”, “camisetas”, “pescado”, “paredes”, “palos”, “vestidos”, “copas”, “animales”, “árboles”, etc.) para proporcionar una sensación de cercanía física o de cotidianidad a lo que cuenta. Asimismo, destaca el uso de determinados sustantivos abstractos, claves en el contenido significativo del texto, como son: entusiasmo y nostalgia. Destacan también el empleo de sustantivos que desprenden una clara connotación positiva: “logro”, “entusiasmo”, “pasión”, “vehemencia”, “gozo”, y que muestran la subjetividad de la autora, intensificando así la idea de la vivacidad y apasionamiento de la niñez.
En cuanto al uso verbal, abundan las formas de pretérito imperfecto de indicativo, ya que predomina la modalidad narrativa/descriptiva al servicio de la argumentación: “éramos”, “brotaba”, “emitíamos”, “inventábamos”, “vivíamos”, “escuchábamos”, “gozábamos”, “adorábamos”, “aprendíamos”, “triunfábamos”, etc.
En lo que se refiere a la sintaxis oracional, destaca el uso predominante de las oraciones copulativas, con las que la autora pretende que su opinión sea universal y tenga un carácter general: “Éramos burbujas repletas del aroma a lycra…”, “lo irreal no era irreal sino asombroso”, “…era sencillo inventar…”, “…éramos protagonistas”, “Nada era grave…”, “Ese incendio éramos nosotros…”. Asimismo, se observa el empleo de oraciones coordinadas copulativas, para sumar unas ideas a otras, y adversativas, para la contraposición de ideas. El uso de las oraciones simples es un buen recurso para facilitar la comprensión del lector. No obstante, también se observa el predominio de las subordinadas sustantivas, producto del desarrollo del pensamiento. Por lo tanto, encontramos una sintaxis oracional que no es compleja, para llegar a un público lector de prensa diaria.
Desde un punto de vista léxico-semántico, el léxico del texto es propio de un registro formal estándar, ya que pretende llegar a la mayoría de lectores, aunque incluya el uso de algún término culto como: “extravagante”, “vehemencia”, “primales”, “insolencia”, que muestra a la autora como una voz más autorizada, lo que refuerza su argumentación. Destaca también el uso del término argentino “largada” y del italianismo “pistacho”; ambos ponen de manifiesto el origen de la autora y el influjo migratorio de los italianos en Argentina.
El lenguaje empleado se carga de una fuerte expresividad gracias al uso de recursos retóricos. En concreto, destaca el empleo de la metáfora del “incendio”, la “llama”, el “ardor”, que trata de poner en evidencia el entusiasmo, la pasión y la vivacidad de los niños a través de esas imágenes del fuego, y que tiene como finalidad mostrar esa idea de manera más visual. Asimismo, destacan otras metáforas para reforzar la idea de la infancia como reflejo de la vivacidad: “éramos burbujas repletas del aroma a lycra…”; o el uso de símiles para evidenciar la fortaleza de los niños: “…reponerse como gladiadores”.
En conclusión, el léxico del texto no presenta dificultad de comprensión para el lector medio, pues el periodismo pretende llegar a la gran mayoría de lectores.
Estamos ante un texto en prosa que pertenece al ámbito periodístico; en concreto, es un artículo de opinión. En cuanto a la modalidad discursiva, la intención comunicativa (crear una opinión o defender una idea) exige el empleo de una estructura discursiva de tipo expositivo-argumentativo. También está presente la descripción/narración como modalidades discursivas.
Una tesis – a favor o en contra. (El curso pasado nos dijeron que el alumno debía tomar partido, es decir, a favor o en contra). Antes de escribir, tienes que tener claro cuál va a ser tu tesis: la idea que vas a defender.