Portada » Historia » El Sexenio Democrático en España: Revolución, Constitución y República
En octubre de 1868 se formó un Gobierno Provisional liderado por el general Serrano, de la Unión Liberal, como presidente, y el general Prim, progresista, como ministro de Guerra.
Este gobierno tomó varias medidas importantes:
En enero de 1869 se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes con sufragio universal masculino (para hombres mayores de 25 años, un 24% de la población). Durante la campaña surgió un intenso debate sobre si España debía ser una monarquía o una república. La mayoría del gobierno apoyaba la monarquía, mientras los demócratas estaban divididos.
La nueva Constitución, aprobada en junio y promulgada en julio de 1869, se considera la primera verdaderamente democrática en España. Incluía 112 artículos y destacaba por:
Aunque respondía al liberalismo democrático, esta Constitución frustró a los republicanos al mantener la monarquía y no respondió a demandas como el derecho a huelga o el asociacionismo obrero.
Tras la aprobación de la Constitución, Serrano fue elegido regente y Prim asumió el gobierno. Sus principales objetivos fueron:
Sin embargo, enfrentaron graves problemas:
Prim buscó un rey de prestigio, no vinculado a los Borbones, con apoyo nacional e internacional. Entre los candidatos rechazados estuvieron:
Finalmente, en noviembre de 1870, las Cortes eligieron a Amadeo de Saboya, con 191 votos, frente a otros candidatos como la República Federal (60 votos) o Montpensier (27 votos).
Amadeo I llegó a España el 30 de diciembre de 1870, justo tras el asesinato de Prim, su principal apoyo. Su reinado enfrentó múltiples problemas:
Además, la coalición que apoyaba al rey (unionistas, progresistas y demócratas) se fragmentó. En solo dos años hubo seis gobiernos y tres elecciones, con creciente abstención. También se agravaron conflictos como:
Finalmente, el 11 de febrero de 1873, Amadeo abdicó y regresó a Italia. Su salida marcó el fracaso del primer intento de monarquía democrática en España. Ese mismo día, las Cortes proclamaron la Primera República Española.
El primer presidente fue Estanislao Figueras, pero la República nació en medio de graves problemas:
A pesar de estos desafíos, en mayo de 1873 se celebraron elecciones constituyentes, aunque con un 60% de abstención. La mayoría de las Cortes aprobó la República Federal, y Pi y Margall asumió la presidencia.
Pi y Margall intentó aprobar una Constitución federal que dividiera España en 17 Estados, incluidos Cuba y Puerto Rico, pero no logró consenso. Mientras tanto, estallaron problemas:
Incapaz de controlar la situación, Pi y Margall dimitió en julio de 1873.
El siguiente presidente, Nicolás Salmerón, intentó restaurar el orden dando plenos poderes al ejército, lo que implicó usar la pena de muerte. Al negarse a firmar dos condenas, dimitió en septiembre.
Le siguió Emilio Castelar, quien giró hacia el conservadurismo. Suspendió las Cortes, ilegalizó el federalismo y reforzó el poder del Estado con apoyo del ejército. Sin embargo, en enero de 1874, perdió el apoyo de las Cortes.
El general Pavía dio un golpe de Estado el 3 de enero, disolvió las Cortes y nombró a Serrano como jefe del gobierno. Aunque oficialmente España siguió siendo una república, en la práctica terminó.
El gobierno de Serrano, compuesto por radicales y constitucionalistas, tomó medidas extremas para restaurar el orden:
En diciembre de 1874, el general Martínez Campos se sublevó en Sagunto, proclamando a Alfonso XII como rey. Serrano se exilió, y el 31 de diciembre comenzó la Restauración borbónica con Cánovas del Castillo.
El Sexenio Revolucionario fue el último intento de ampliar el liberalismo en España, haciéndolo más democrático. Sin embargo, la inestabilidad política, social y económica llevó al fracaso. Ante la amenaza de revoluciones populares, la burguesía prefirió restaurar la monarquía borbónica, buscando estabilidad y orden.