Portada » Educación Artística » El Arte del Siglo XIX: Corrientes, Maestros y Obras Emblemáticas
El Romanticismo es un movimiento cultural originado en Alemania y en el Reino Unido a finales del siglo XVIII como una reacción revolucionaria contra el racionalismo de la Ilustración y el Neoclasicismo, confiriendo prioridad a los sentimientos. Su característica fundamental es la ruptura con la tradición clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas. La libertad auténtica es su búsqueda constante, por lo que su rasgo revolucionario es incuestionable. Debido a que el Romanticismo es una manera de sentir y concebir la naturaleza, la vida y al hombre mismo, se presenta de manera distinta y particular en cada país donde se desarrolla, e incluso dentro de una misma nación, manifestando distintas tendencias que se proyectan también en todas las artes.
Se desarrolló en la primera mitad del siglo XIX, extendiéndose desde Inglaterra y Alemania hasta llegar a otros países. Su vertiente literaria se fragmentaría posteriormente en diversas corrientes, como el parnasianismo, el simbolismo, el decadentismo o el prerrafaelismo, reunidas en la denominación general de Posromanticismo, del cual derivó el llamado Modernismo Hispanoamericano. Tuvo fundamentales aportes en los campos de la literatura, la pintura y la música. Posteriormente, una de las corrientes vanguardistas del siglo XX, el Surrealismo, llevó al extremo los postulados románticos de la exaltación del yo.
El Realismo es una corriente estética que supuso una ruptura con el Romanticismo, tanto en los aspectos ideológicos como en los formales, en la segunda mitad del siglo XIX.
Los rasgos fundamentales del Realismo son los siguientes:
El Impresionismo es la denominación de un movimiento artístico definido inicialmente para la pintura impresionista, a partir del comentario despectivo de un crítico de arte (Louis Leroy) ante el cuadro Impresión, sol naciente de Claude Monet, generalizable a otros expuestos en el salón de artistas independientes de París entre el 15 de abril y el 15 de mayo de 1874.
El movimiento plástico impresionista se desarrolló a partir de la segunda mitad del siglo XIX en Europa, principalmente en Francia, caracterizado, a grandes rasgos, por el intento de plasmar la luz (la «impresión» visual) y el instante, sin reparar en la identidad de aquello que la proyectaba. Es decir, si sus antecesores pintaban formas con identidad, los impresionistas pintaban el momento de luz, más allá de las formas que subyacen bajo este. Fue clave para el desarrollo del arte posterior, a través del Postimpresionismo y las vanguardias.
Francisco de Goya y Lucientes (Fuendetodos, provincia de Zaragoza, 30 de marzo de 1746 – Burdeos, Francia, 16 de abril de 1828) fue un pintor y grabador español. Su obra abarca la pintura de caballete y mural, el grabado y el dibujo. En todas estas facetas desarrolló un estilo que inaugura el Romanticismo. El arte goyesco supone, asimismo, el comienzo de la pintura contemporánea, y se considera precursor de las vanguardias pictóricas del siglo XX.
Goya representó seis estilos diferentes en sus obras:
Muestran formas de vida populares, con temas de carácter alegre. Por ejemplo: La Merienda, El Baile a orillas del Manzanares, El Quitasol.
Debido a su cargo como pintor oficial de la corte, Goya realizó un gran número de retratos de la familia real (como La familia de Carlos IV), de miembros destacados de la nobleza (como La duquesa de Alba), de personajes célebres de su época (como Jovellanos) y también de personajes populares (como La Tirana). En los retratos no se limitó a plasmar los rasgos físicos de los personajes, sino que supo captar su psicología.
Las pinturas religiosas no son muy numerosas; destacan los frescos de la Iglesia del Pilar de Zaragoza y los de San Antonio de la Florida. También pintó lienzos como El Cristo crucificado y La Sagrada Familia.
Goya pintó la realidad de España y las atroces imágenes de la Guerra de Independencia. Reflejó temas históricos como El Dos de Mayo en Madrid (conocido también como La carga de los mamelucos) o la opresión de las tropas francesas, como plasmó crudamente en su obra Los fusilamientos del tres de Mayo.
La guerra y su enfermedad, que le hizo encerrarse en sí mismo, llevaron a Goya a realizar un tipo de pintura alegórica, fantasmal y delirante, que tiene un significado pesimista y tenebroso, con temas como la muerte, la maldad, la guerra y la violencia. Esta pintura se caracteriza también por sus tonos oscuros.
Goya se inició como grabador a partir de 1797. Sus grabados se pueden agrupar en cuatro temas:
François-Auguste-René Rodin (París, 12 de noviembre de 1840 – Meudon, 17 de noviembre de 1917) fue un escultor francés contemporáneo del Impresionismo, y considerado como un artista importante, a tal punto de entenderse que es uno de los «padres de la escultura moderna».
Era el artista el que escogía, con su propio ojo y sensibilidad, el objeto a representar y, por medio de su imaginación, era capaz de modificarlo para crear una imagen nueva a los ojos del mundo.
Las obras que más destacan en la vida de Rodin son: Monumento a Balzac (1898) y El Pensador (1881).
Antoni Gaudí i Cornet (Reus o Riudoms, 25 de junio de 1852 – Barcelona, 10 de junio de 1926) fue un arquitecto español, máximo representante del Modernismo Catalán.
Gaudí fue un arquitecto con un sentido innato de la geometría y el volumen, así como una gran capacidad imaginativa que le permitía proyectar mentalmente la mayoría de sus obras antes de pasarlas a planos. De hecho, pocas veces realizaba planos detallados de sus obras; prefería recrearlos sobre maquetas tridimensionales, moldeando todos los detalles según los iba ideando mentalmente. En otras ocasiones, iba improvisando sobre la marcha, dando instrucciones a sus colaboradores sobre lo que debían hacer.
La obra de Gaudí ha alcanzado con el transcurso del tiempo una amplia difusión internacional, siendo innumerables los estudios dedicados a su forma de entender la arquitectura.
La obra de Gaudí es de difícil clasificación. Inscrito en el Modernismo, pertenece sin duda a esta corriente por su afán de renovación –sin romper por ello con la tradición–, la búsqueda de la modernidad, el sentido ornamental aplicado a su obra y el carácter multidisciplinar otorgado a sus realizaciones, donde tienen un papel fundamental los trabajos artesanales. A estas premisas Gaudí añade ciertas dosis de barroquismo, la inclusión de los adelantos tecnológicos y el mantenimiento de lenguajes arquitectónicos tradicionales, que junto a la inspiración en la naturaleza y el toque de originalidad que otorga a sus realizaciones constituyen la amalgama que proporciona al conjunto de su obra un sello personal y único en la historia de la arquitectura.
La Torre Eiffel (tour Eiffel, en francés), inicialmente nombrada tour de 300 mètres (torre de 300 metros), es una estructura de hierro pudelado diseñada por Maurice Koechlin y Émile Nouguier y construida por el ingeniero francés Alexandre Gustave Eiffel y sus colaboradores para la Exposición Universal de 1889 en París.
Situada en el extremo del Campo de Marte a la orilla del río Sena, este monumento parisino, símbolo de Francia y su capital, es la estructura más alta de la ciudad y el monumento que cobra entrada más visitado del mundo, con 7,1 millones de turistas cada año. Con una altura de 300 metros, prolongada más tarde con una antena a 324 metros, la Torre Eiffel fue la estructura más elevada del mundo durante 41 años.
Fue construida en dos años, dos meses y cinco días, y en su momento generó cierta controversia entre los artistas de la época, que la veían como un «monstruo de hierro». Inicialmente utilizada para pruebas del ejército con antenas de comunicación, hoy sirve, además de atractivo turístico, como emisora de programas radiofónicos y televisivos.
The Crystal Palace (El Palacio de Cristal) fue una edificación de hierro fundido y cristal construida en Londres, en el Hyde Park, con motivo de la Gran Exposición Mundial de 1851. Luego de la exposición, el edificio fue trasladado a un distrito contiguo en el sur de Londres donde permaneció desde 1854 hasta su destrucción en un incendio en 1936.
El edificio fue diseñado por Joseph Paxton en 1851.
La Casa Milà, llamada popularmente La Pedrera («cantera» en catalán), es un edificio modernista obra del arquitecto Antoni Gaudí, construido entre los años 1906 y 1910 en el distrito del Ensanche de Barcelona, en el número 92 del Paseo de Gracia. La casa fue edificada por encargo del matrimonio Pere Milà i Camps y Roser Segimon i Artells.
La Casa Milà es un reflejo de la plenitud artística de Gaudí: pertenece a su etapa naturalista (primera década del siglo XX), periodo en que el arquitecto perfecciona su estilo personal, inspirándose en las formas orgánicas de la naturaleza, para lo que puso en práctica toda una serie de nuevas soluciones estructurales originadas en los profundos análisis efectuados por Gaudí de la geometría reglada.