Portada » Filosofía » El Argumento de la Contingencia de Tomás de Aquino: Esencia, Existencia y el Ser Necesario
Tomás de Aquino fue un pensador medieval que intentó unir la fe con la razón. Él creía que ambas podían ayudarse mutuamente para entender mejor la realidad. El texto pertenece a la Tercera Vía, una de sus explicaciones para demostrar que Dios existe.
En esta vía, Tomás diferencia dos tipos de seres: los seres contingentes y el ser necesario. Los seres contingentes son los que pueden existir o no, como los seres vivos o los objetos del mundo. El ser necesario es aquel que no puede dejar de existir.
Tomás dice que, si todo fuera contingente, tendría que haber habido un momento en el que nada existía. Pero si no hubiera existido nada, tampoco existiría nada ahora, porque de la nada no puede surgir nada. Como esto no tiene sentido, él concluye que debe existir un ser necesario que dé existencia a todo lo demás. Ese ser es Dios.
Tomás empieza fijándose en algo que todos vemos: en el mundo todo nace, crece, cambia y muere. Nada dura para siempre por sí mismo. Esto le hace pensar que los seres que vemos no tienen la existencia asegurada.
Aquí entra una idea muy importante de su filosofía: la diferencia entre esencia y existencia. La esencia es lo que algo es (por ejemplo, un árbol es una planta). La existencia es que ese árbol realmente esté ahí. En los seres creados, la esencia no garantiza la existencia. Por eso son contingentes: pueden existir o desaparecer. En cambio, Dios es distinto. En Él, esencia y existencia son lo mismo. Él no depende de nada para existir. Por eso es necesario y eterno. Si no existiera un ser así, nada existiría ahora.
La Tercera Vía también se relaciona con la idea tomista de participación. Tomás explica que las criaturas existen porque “participan” del ser de Dios, es decir, porque reciben de Él su existencia. Los seres contingentes, como necesitan de otro para existir, muestran que no pueden ser la causa última de sí mismos. Esto aparece claramente en el texto: si algo depende de otro para existir, ese “otro” debe ser un ser que no dependa de nadie. Ese es Dios.
Además, la Tercera Vía [se vincula con la capacidad de la razón para abstraer ideas universales a partir de] todos los seres que cambian. Si no pudiéramos formar estas ideas universales, no podríamos hacer razonamientos como el de la Tercera Vía.
Aristóteles influye muchísimo en Tomás. Aristóteles hablaba de potencia y acto. Algo está en potencia cuando todavía puede llegar a ser algo, y está en acto cuando ya lo es. Una semilla, por ejemplo, está en potencia de ser un árbol. Tomás usa esta idea para explicar que los seres contingentes están en potencia respecto a la existencia, porque pueden no existir. Dios, en cambio, tiene que ser acto puro, porque si pudiera no existir, ya no sería necesario. Tomás también toma de Aristóteles la idea de que las cosas están hechas de materia y forma, lo cual explica por qué cambian y desaparecen con el tiempo.
También se puede mencionar a Platón. Él decía que el mundo que vemos cambia continuamente y que solo las Ideas son perfectas y estables. Tomás no acepta que haya un mundo separado lleno de Ideas, pero sí está de acuerdo en que las cosas que cambian necesitan un fundamento estable. Para Platón ese fundamento era la Idea de Bien; para Tomás es Dios.
Sócrates también tiene relación con esta vía. Él pensaba que existe una verdad y que la razón puede descubrirla. Los sofistas decían que todo depende de la opinión. Tomás sigue el camino de Sócrates, porque parte de hechos que todos podemos ver y llega a una conclusión razonada. Cree que la razón puede descubrir algo tan importante como la existencia de un ser necesario.
Agustín de Hipona también ayuda a entender esta idea. Él decía que las criaturas existen porque participan del Ser supremo, que es Dios. Aunque Agustín lo explicaba desde la interioridad del alma y Tomás desde la observación del mundo, ambos piensan que los seres creados no son autosuficientes y dependen de Dios.
En conclusión, la Tercera Vía de Tomás de Aquino dice que los seres contingentes no se explican por sí mismos y necesitan un ser necesario para existir. Ese ser es Dios. Y esta vía se entiende mejor si la relacionamos con sus ideas sobre esencia y existencia, la participación, su teoría del conocimiento y autores como Aristóteles, Platón, Sócrates, Agustín y Ockham. Todo esto muestra cómo Tomás intenta unir razón y fe para entender mejor el mundo.
