Portada » Psicología y Sociología » Dinámicas de la Motivación y la Emoción: Claves para el Aprendizaje y el Comportamiento
La motivación intrínseca se refiere al interés por la propia actividad, no como un medio para otras metas, y no está controlada por contingencias externas. Se relaciona con tres sensaciones o sentimientos clave:
La causa de nuestra conducta somos nosotros mismos (por ejemplo, aprendo o realizo las tareas porque así lo he decidido). Esto confiere mayor fuerza, valor y energía a las acciones que realizamos. Se refleja en la capacidad para elegir y determinar las circunstancias y el contenido de nuestra acción (como el tipo de tareas).
Creer que somos capaces de realizar una tarea aumenta nuestra motivación; es la expectativa de eficacia que tenemos antes de enfrentarnos a ella. Influye en:
Depende de las experiencias pasadas y de su interpretación. A mayor sensación de competencia, mayores exigencias, aspiraciones y dedicación.
Se refiere a la búsqueda de tareas que presenten un desafío adecuado a nuestras habilidades, ni demasiado fáciles ni demasiado difíciles.
El interés y la motivación por una actividad dependen de cómo se presente (el atractivo de la tarea). Existe una predisposición a mostrar curiosidad, que se activa con un equilibrio entre lo familiar y lo novedoso. Las tareas totalmente nuevas e imprevistas pueden desmotivar.
Para lograr que aumente la motivación por la tarea o su capacidad de “enganchar”, es fundamental potenciar la motivación intrínseca y minimizar la dependencia de la motivación extrínseca.
En la motivación extrínseca, lo que interesa es la contingencia externa, es decir, las promesas de beneficio tangible y exterior. El ambiente (el superior, el profesor, el tutor, etc.) regula la conducta. Si este “regulador” desaparece, el aprendiz puede cesar en su proceso de aprendizaje. El control y la regulación del proceso de aprendizaje se basan en refuerzos, incentivos y castigos.
El refuerzo externo puede producir una reducción de la calidad y del vigor (motivación) con el que se realiza la tarea.
En contraste, las recompensas abstractas y simbólicas tienden a provocar un menor descenso en la motivación intrínseca.
La recompensa externa es útil cuando el interés por la tarea es bajo (por ejemplo, en tareas aburridas, muy sencillas, incómodas o indeseables). Puede ser un paso inicial para fomentar la motivación intrínseca.
La Teoría de las Metas postula que las metas activan, orientan y dirigen la actividad de la persona, siendo fundamentales para la motivación y el aprendizaje. El tipo de meta determina el resto de los componentes del patrón motivacional: deseos, expectativas, planes de acción, acciones, resultados y atribuciones.
Las metas se clasifican principalmente en:
Una orientación motivacional es el modo de priorizar la energía que se despliega mientras se realiza una actividad. No es un rasgo estable, sino que puede variar según el contexto y la tarea.
La emoción es una reacción fisiológica, un estado afectivo subjetivo, un proceso cognitivo y un fenómeno social, con un fuerte componente funcional-adaptativo.
Las emociones se manifiestan en tres niveles principales:
La emoción se define como una reacción intensa con duración breve, originada por una estimulación relevante y acompañada de cambios orgánicos.
Un estado emocional (o estado de ánimo) es un estado global que afecta a toda la persona y que se mantiene en el tiempo, siendo menos intenso pero más duradero que una emoción.
El objetivo central del estudio del proceso emocional es establecer correspondencia entre distintos niveles de su análisis:
El proceso se puede esquematizar como: Evento → Procesos Cerebrales → Emoción.