Portada » Geografía » Desafíos Geográficos: Riesgos Naturales y el Impacto Humano en el Medio Ambiente Español
Proceden del interior de la Tierra, en forma de seísmos y erupciones volcánicas, o del exterior, como los movimientos de ladera.
Los más frecuentes son:
Las actuaciones negativas del ser humano sobre el medio ambiente son la sobreexplotación, la contaminación y la destrucción.
El relieve continental resulta alterado por las actividades extractivas de minas y canteras y por la construcción de ciertas infraestructuras. Sus consecuencias son la destrucción de relieves o la creación de otros artificiales. Ocasionan un grave impacto visual y le resta valor económico. Las soluciones a este problema se han centrado en la restauración de los espacios afectados.
El relieve costero está sometido a fuertes alteraciones. A la erosión marina se añaden la presión urbanística, la desaparición de playas, entre otros. Frente a estos problemas, la política de costas pretende recuperar progresivamente su naturalidad.
Se debe a la emisión de productos y partículas de polvo y humo. Proceden de la quema de combustibles fósiles.
Es una precipitación con un grado de acidez superior al normal. Se produce cuando las emisiones de dióxido de azufre y óxido de nitrógeno se mezclan con el vapor de agua contenido en el aire y se transforman en soluciones ácidas, que caen a la superficie terrestre con el agua de lluvia. Provoca alteraciones en las aguas, la vegetación, los suelos y los edificios. Frente a la lluvia ácida, España firmó el Convenio de Ginebra que la compromete a reducir sus emisiones de azufre y de óxido de nitrógeno.
El ozono es una molécula formada por tres átomos de oxígeno. El problema relacionado con él tiene una doble vertiente:
La campana de contaminación es una niebla formada por partículas de polvo y humo en suspensión emitidas por el tráfico y las calefacciones urbanas. Se forma en las grandes ciudades en invierno y situación anticiclónica. Para combatir este problema, se promueven el uso del transporte colectivo y el ahorro energético.
El cambio climático es una función natural de la atmósfera, realizada por el vapor de agua y gases como el dióxido de carbono y el metano. Estos gases actúan como el cristal de un invernadero. Sin este efecto, la temperatura media del planeta sería de -18ºC en lugar de los 15ºC actuales. El aumento de las emisiones de gases con efecto invernadero, las emisiones de ciertas industrias, los automóviles, los incendios y la deforestación hacen que la cantidad de calor retenida sea mayor. La consecuencia es un cambio climático, consistente en el aumento global de la temperatura de la Tierra. Frente a este problema, se toman medidas como asignar cupos de emisión de gases con efecto invernadero, fomentar las energías renovables, entre otras.
El ruido ambiental se considera también un contaminante atmosférico, pues deteriora la calidad ambiental. Sus causas principales son el tráfico, ciertas actividades industriales y diversos establecimientos urbanos. Sus consecuencias son cefaleas, sordera, fatiga auditiva, insomnio, entre otros. Para solucionar este problema se ha elaborado una Ley del Ruido, que obliga a las grandes ciudades a elaborar mapas de ruido.
La sobreexplotación de las aguas superficiales y subterráneas se debe al aumento de su consumo para usos agrarios, urbanos e industriales. Como consecuencia, el caudal de algunos ríos desciende a veces por debajo del nivel ecológico, y ciertos humedales y acuíferos corren el riesgo de desecación o de salinización por concentración de sales o intrusión marina. Frente a este problema se fomentan el ahorro de agua, la mejora de los regadíos, la reparación de fugas, entre otras.
Las causas de la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas son la evacuación de desechos en un volumen excesivo que impide su oxigenación y depuración natural. Estos desechos proceden de diversas actividades humanas. La actividad agraria abusa de los fertilizantes. La industria aporta productos tóxicos y metales pesados. El transporte de petróleo ocasiona vertidos intencionados, y las ciudades evacúan aguas fecales sin depurar o insuficientemente depuradas, además de arrojar basuras en vertederos incontrolados. Las consecuencias de la contaminación son la pérdida de calidad del agua que afecta negativamente a los ecosistemas acuáticos y a su uso humano para beber. Los tramos fluviales más afectados son los medios y bajos. Las costas más afectadas son las próximas a las grandes ciudades y a los complejos industriales, y las situadas en las rutas de los grandes petroleros. Frente a la contaminación del agua, España cuenta con redes automáticas de información y alerta sobre la calidad de las aguas superficiales y subterráneas y se van a construir más de 1000 depuradoras.