Portada » Latín » Conversión de Recaredo y Batalla de Covadonga: Hitos en la Historia Visigoda
Se trata de una fuente de naturaleza historiográfica, ya que es fruto de la investigación histórica. Es un fragmento de las Historias de los godos, vándalos y suevos, escrita por Isidoro de Sevilla a comienzos del siglo VII. Podemos decir que es una fuente secundaria, ya que aunque Isidoro de Sevilla fue contemporáneo al acontecimiento, parece que no participó de él. Su finalidad es didáctica y propagandística, ya que trata de ensalzar la superioridad de la fe católica frente a otras heterodoxias cristianas como el arrianismo. Tiene un carácter público destinada a un público culto. Isidoro fue arzobispo de Sevilla, tiene una gran e interesante producción literaria e historiográfica, y destacó por su interés en la conversión de los visigodos (arrianos) al catolicismo.
La idea principal del texto es la conversión del rey Recaredo al catolicismo. Isidoro de Sevilla comienza hablando del acontecimiento y el año tercero del imperio de Mauricio, refiriéndose al emperador bizantino Mauricio.
En las líneas siguientes, Isidoro de Sevilla compara a Recaredo, al que califica como hombre religioso, piadoso y pacífico, con su padre, Leovigildo, con poca profesión de fe e inclinado a la guerra.
Continúa Isidoro de Sevilla relatando los términos en los que se produce la conversión de Recaredo, que tuvo lugar en un sínodo de obispos de la Hispania y la Galia, en el que no sólo Recaredo sino muchos nobles visigodos abrazaron el catolicismo y renunciaron al arrianismo.
Isidoro de Sevilla concluye el texto con la declaración de Recaredo de que Dios Padre e Hijo son una misma entidad, así como el Espíritu Santo, afirmando el misterio de la Santísima Trinidad.
El Reino Visigodo termina por controlar los territorios que habían formado parte de la Hispania romana y consiguen consolidar un reino visigodo independiente con capital en Toledo.
En un principio, los visigodos aprovecharon la organización administrativa y territorial romana y se mantuvieron al margen de los usos y costumbres hispanorromanos, ya que constituían una minoría en la población de la península Ibérica.
Por último, Recesvinto promovió una ley única, unificando los diferentes códigos legislativos, con el Liber Iudiciorum o Fuero Juzgo, permitiendo tener una ley única para todos.
Nos encontramos ante un fragmento de la Crónica de Alfonso III, donde se relata la Batalla de Covadonga. Se trata de un texto de naturaleza histórico-literaria, descartando que se trate de un texto historiográfico. Se trataría de una fuente secundaria, escrita por un monje al servicio de la monarquía leonesa. Su carácter es público, dirigida a un lector culto, y su finalidad es propagandística, tratando de exaltar la fe cristiana.
La idea principal del texto es la Batalla de Covadonga. Además, aparecen otras ideas secundarias como las siguientes:
En los primeros párrafos, se relata cómo, llegadas las tropas musulmanas a los parajes de Cangas de Onís, hay un intento del obispo Oppas, que participaba de la causa musulmana, de comprar a Pelayo para su causa.
Pelayo responde negándose al ofrecimiento de Oppas, argumentando que confía en su causa y que Dios le ayudará a pesar de las iniquidades y pecados de los godos. Y el obispo Oppas llama a las tropas musulmanas al ataque.
En los párrafos siguientes se esgrime la victoria de Pelayo, que con ayuda de Dios y de la Virgen de Covadonga logra derrotar a 125.000 hombres musulmanes. En el combate murió el general de las tropas musulmanas, Alcaman, y fue apresado el obispo Oppas.
Suele considerarse la batalla de Covadonga en el 722 como el inicio de la Reconquista. Podemos decir que esta batalla es la primera derrota musulmana en Occidente.
El inicio de la resistencia parte de la negación de Pelayo y sus gentes de pagar los impuestos, lo que motivó a las tropas al mando de Alcaman a hacer sucumbir a los insumisos.
Tras la derrota, parece que el gobernador de Al-Ándalus, no viendo una amenaza en los astures, desistió en la conquista del territorio. En los reinados de Alfonso II (791-842) y Alfonso III (866-910) comienza la restauración del orden gótico en la constitución política y eclesiástica y la idea de una monarquía continuadora de la visigoda. Esta idea de la restauración visigoda, más el nuevo culto de Santiago, así como la expansión territorial durante el reinado de Alfonso III, alentarán la idea de la reconquista de Hispania, a menudo con tintes de cruzada.