Portada » Lengua y literatura » Conceptos Fundamentales del Teatro y Casa de Muñecas de Ibsen
El género dramático abarca una serie de elementos y términos fundamentales para su comprensión. A continuación, se definen algunos de los más importantes:
El diálogo es el texto principal de una obra dramática. Repasa los diferentes tipos:
Son indicaciones del dramaturgo sobre cómo deben moverse los actores, qué deben hacer en escena, características del vestuario, escenografía, etc.
Casa de muñecas se estructura en tres actos, conforme a la división clásica del teatro moderno. Su acción sigue un desarrollo lineal, centrado en el conflicto psicológico y social de Nora Helmer, protagonista que evoluciona de un rol subordinado dentro de su hogar a una mujer consciente de su identidad. La obra se apoya en el principio de la unidad de acción y presenta una estructura dramática cerrada, donde cada elemento escénico y de diálogo tiene una función significativa. El conflicto dramático se articula a partir de la tensión entre la imagen idealizada del hogar burgués y la necesidad de emancipación individual. A través del diálogo realista, Ibsen construye personajes complejos, con psicología verosímil y profundas contradicciones internas, especialmente en el caso de Nora. La obra cumple funciones clásicas del género dramático: representación de una realidad social, crítica ideológica y creación de empatía o reflexión en el espectador.
Estrenada en 1879, Casa de muñecas se inscribe en la tradición del realismo escandinavo y refleja las tensiones de la sociedad patriarcal del siglo XIX, especialmente en lo referente al papel de la mujer en el matrimonio y en la vida pública.
Ibsen aborda cuestiones fundamentales del debate moderno: la autonomía femenina, la hipocresía de las convenciones sociales y la subordinación legal y moral de la mujer. En este sentido, la obra es un reflejo crítico del orden burgués y una denuncia de los valores tradicionales. El personaje de Nora se convierte en símbolo de la lucha por la autodeterminación, anticipando los debates del feminismo de primera ola, surgido en paralelo en Europa y Norteamérica.
La obra pertenece a la tradición del teatro realista europeo del siglo XIX, con influencias directas de autores como Balzac o Zola en narrativa, y contemporáneos teatrales como Strindberg o Chéjov. Ibsen se aleja del drama romántico o idealista y se posiciona como uno de los pioneros del drama moderno, donde el foco ya no es la heroicidad o el destino trágico, sino los conflictos éticos y sociales del individuo común.
El final abierto —con la marcha de Nora— rompe con la tradición teatral anterior y anticipa el desarrollo de formas teatrales más comprometidas con la crítica social. La obra influirá directamente en la dramaturgia del siglo XX, especialmente en autores como Bernard Shaw o Arthur Miller, y en movimientos como el teatro épico de Brecht o el teatro psicológico de Tennessee Williams.