Portada » Filosofía » Conceptos Fundamentales de Marx y Durkheim en Sociología
Karl Marx considera que la causa de la problemática social proviene de las necesidades materiales del ser humano. Sostiene que el hombre establece relaciones con la naturaleza, buscando dominarla a través del trabajo. Para Marx, las relaciones sociales de producción son las más fundamentales en una sociedad, ya que constituyen su estructura económica. Estas relaciones se corresponden directamente con el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, que incluyen:
Para Marx, la Estructura determina los modelos de pensamiento; es el cimiento de la Superestructura. Está constituida por lo material, es decir, lo real del aparato productor: materia prima, mercancías, dinero, obreros, máquinas, etc.
La Superestructura, por su parte, es el montaje jurídico-ideológico-religioso-político diseñado para justificar una determinada estructura económica. La Superestructura tiende a perpetuar la estructura, pero cuando las relaciones de producción a nivel de la estructura económica cambian, este cambio obliga a la superestructura a transformarse también, buscando nuevos criterios de justificación.
Con el paso a las ciudades y la caída del sistema feudal, las antiguas relaciones sociales de producción se desvanecen, dando lugar a nuevas formas de interacción social. La estructura económica del capitalismo genera profundas desigualdades, manifestándose en dos fenómenos clave:
Para mantener esta dominación, se ponen en juego una serie de mecanismos que conforman la superestructura, los cuales buscan evitar el conflicto y transmitir la ideología de la clase dominante, manteniendo así el status quo.
Marx señala que para el surgimiento de la sociedad capitalista son necesarias tres condiciones fundamentales:
El capitalismo se basa en la producción de mercancías, lo que requiere dos requisitos esenciales:
Marx enfatiza que el elemento común en todo mercado es la fuerza de trabajo, que también es una mercancía.
La Plusvalía es el valor generado por el trabajo del obrero, por la utilización de su fuerza de trabajo, que queda en poder del capitalista. La fuerza de trabajo es una mercancía particular cuyo valor de cambio (el salario) es menor que el valor que aporta al producto final. Es decir, es el valor excedente por encima del valor de la fuerza de trabajo.
Marx explica que la fuerza de trabajo es una mercancía atípica, ya que crea más valor del que tiene para reproducirse. Esta mercancía genera más de lo que el trabajador necesita para satisfacer sus propias necesidades, pero ese sobrante (ese «más valor») se lo apropia el capitalista. Es a través de esta plusvalía que el capital se acrecienta y reproduce.
Marx toma el término «enajenación» de Hegel, pero le otorga un significado distinto. Distingue, entre otros, dos tipos principales de enajenación:
Émile Durkheim, desde una perspectiva positivista, intenta explicar la sociología. Para ello, establece que su objeto de estudio es el hecho social. Considera a la sociedad como una «cosa» que tiene existencia en sí misma, observable y objetiva. Sostiene que la sociedad surge a partir de fuerzas externas que constituyen la conciencia colectiva, la cual es un conjunto de fuerzas comunes, una comunidad de sentimientos y valores. Esta conciencia rige el obrar de todos con base en normas comunes, permitiendo la unión y llevando a la Solidaridad Mecánica.
La Solidaridad Mecánica permite mantener el orden general. Se caracteriza por la similitud entre los individuos, quienes pertenecen a la misma especie y se reconocen como semejantes. Es típica de las sociedades primitivas, donde todos comparten los mismos principios y valores. Las instituciones más importantes en este tipo de sociedad son la familia y la religión.
La Solidaridad Orgánica aparece debido a tres factores principales:
La Solidaridad Orgánica es característica de la sociedad moderna. En ella, existen relaciones complementarias y una marcada división del trabajo. Las personas no se ven como iguales, sino como interdependientes. Es posibilitada por la conciencia colectiva, y la fuente de solidaridad está dada por la división del trabajo. Durkheim plantea que el trabajo genera solidaridad, pero también puede generar anomia (ausencia de normas que regulen los procesos económicos). El trabajo crea solidaridad cuando es espontáneo y regulado.