Portada » Filosofía » Como se organiza la democracia
Tema nuestra civilización; tal como entendemos la sociedad occidental, es muy frágil.
Debemos proteger y avanzar en el desarrollo de nuestra democracia para que se mantenga fuerte. Es un trabajo constante de replanteamiento, porque la pasividad deteriora los pilares de nuestra cultura y las corrompe.
El 1er párrafo se divide en dos: A) Comienza planteando directamente el tema de la civilización debe alimentarse. B) Ejemplos del riesgo de hundimiento en la historia reciente: A) El nazismo B)La guerra civil yugoslava de los años 90. 2ªParte: El conformismo entre otros peligros evita que avancemos en la construcción de nuestra civilización democrática y la amenaza. 3ªParte: A) Algunos de los pilares que sujetan nuestra democracia son la libertad de expresión y la ley. B) Si estos pilares no son fortalecidos continuamente, la democracia se derrumbara aplastando a los mas débiles, a la mayoría.
Muñoz Molina nos muestra su preocupación por nuestra democracia: una civilización que no es reforzada constantemente, corre el riesgo de derrumbarse. Es posible que la comodidad o la cobardía deterioren pilares tan fundamentales como la libertad y la justicia; y acaben con todos los derechos y todas las libertades que hemos conquistado. Pero ese trabajo de defensa nos corresponde a todos.
Aunque el autor esté tratando un tema tan abstracto y complejo como el civismo, el factor político del ser humano y, concretamente, sobre la civilización democrática, lo hace con la facilidad propia de un gran maestro de la escritura. Es capaz de mostrarnos ejemplos clasificados, pero no demasiado extensos ni profundos. Destacan las enumeraciones, que simplifican sintácticamente los enunciados que podrían resultar especialmente densos. Además, tiene el don de la divulgación: puede analizar los temas más profundos relacionándolos con lo cotidiano de forma que cualquier lector, sin importar su nivel cultural, pueda comprender la esencia.
Todo el análisis que hace Muñoz Molina acerca de la democracia tiene su raíz en el profundo sentido cívico de este autor: tiene el convencimiento de que cada miembro de la sociedad tiene el derecho y el deber de participar en la construcción y mantenimiento de la misma. Por eso pretende hacernos reflexionar sobre nuestra función en la política. Nos advierte del peligro que corre nuestra democracia si no la cuidamos cada uno de nosotros. La comodidad, la apatía facilitan la corrupción y el abuso de poder, por lo tanto, si queremos disfrutar de las ventajas de un estado democrático, debemos trabajar, no dar por sentados que se nos escape de las manos. Dada la situación de crisis económica y política en que se encuentra nuestro país Muñoz Molina busca una reacción de la sociedad desde su base. Nos llama, como dice al final de este texto, con una voz templada, racional, honrada; para que demos el paso y comencemos a movernos en lugar de quejarnos del destino. Está convencido de que entre todos, y cada uno de nosotros, podemos hacer el futuro, porque todavía no esta escrito. Todo depende de nosotros.
Desde el convencimiento de que los hombres debemos aprender a vivir en sociedad, de que el sentido cívico forma parte de la información cultural que vamos recibiendo desde que nacemos, Muñoz Molina nos anima a concienciarnos de ello y a reflexionar acerca de nuestro papel. Este escritor está de acuerdo con que la libertad debe aprenderse ejerciéndola. En este sentido, la idea de que el estado democrático debe sostener a la sociedad debería entenderse también al revés; es decir: los miembros de esa sociedad tienen el deber de sostener la democracia para que ésta no se hunda. Por lo tanto, nos empuja a la acción, a aprender democracia haciendo democracia. El autor de este texto nos convoca para que reaccionemos cada uno desde nuestro ámbito y para que contagiemos con nuestro ejemplo, una responsabilidad cívica que debemos transmitir y exigir, de manera contundente, a nuestros gobernantes. Muñoz Molina, dando nuestras de su altura intelectual, destaca la tremenda importancia de la educación, de la preparación ética, y cívica. Recuerda a Platón, que defendía la construcción de una sociedad dirigida solo por los mejor preparados, por los sabios, que están por encima de las necesidades humanas y por lo tanto la corrupción y de la erótica del poder. Por este motivo recurre a los intelectuales y a los periodistas para que estimulen a la sociedad en general, desde la libertad de expresión y al ámbito judicial para que las respalden garantizando los derechos democráticos y ejerzan de guardianes ante aquellos que cada día pretenden violarlos.La libertad siempre ha sido uno de los elementos analizados por la filosofía, como distintivos del género humano. Hay mucho s tipos de libertades individuales y colectivas (pensamiento, expresión, asociación, religión etc..) y están estrechamente vinculadas a los derechos humanos que las democracias han ido consiguiendo a lo largo de los siglos.Pero nuestra civilización están en peligro: la democracia puede romperse ante el avance del poder económico (bancos, grandes multinacionales) que pisotea los derechos individuales con la excusa de la estabilidad y la prosperidad de la sociedad. Pretenden que no veamos sus conquistas, nos crean una realidad engañosa que oculta la realidad, tal como nos muestra El Roto en sus viñetas. En conclusión, el título de la obra a la que pertenece este texto: “Todo lo que era sólido” es la advertencia del autor para que veamos que nuestra realidad es frágil como un espejo, que nada es para siempre si no lo cuidamos y los defendemos y puede derrumbarse y desaparecer en muy poco tiempo como ocurrió en Alemania y en la antigua Yugoslavia.