Portada » Filosofía » Análisis de la Filosofía de Hume: Escepticismo, Fenomenismo y Emotivismo Moral
En cuanto a Dios, es obvio que no ha sido jamás objeto de impresión alguna. De hecho, como dijimos, jamás podemos conocer por impresión algo que, de ser, sería necesario. Por tanto, mi idea de Dios no es cierta. Locke y Berkeley decían que Dios era la causa de mi existencia o de mis impresiones (respectivamente); pero para Hume no hay causas, luego no hay Dios en ese sentido. En cuanto a la pregunta sobre de dónde vienen las impresiones que recibo, el escepticismo de Hume no permite responder. La idea de Dios se viene abajo ya que no tenemos una impresión de él, y no es válida. Por ello las pruebas sobre la existencia de Dios se vienen abajo.
San Agustín de Hipona expone la prueba ética, para un empirista no hay nada innato, todo se comprueba a través de los sentidos. San Anselmo de Canterbury articula el argumento ontológico (he de confesar que en mis apuntes ponía una A, y no recuerdo si es argumento o no, no sé), por el cual conecta dos ideas, por las cuales concluye que Dios existe. Santo Tomás de Aquino comparte pasos en común como partir de un hecho observable y aplicar el principio de causalidad. Por lo que al usar el principio de causalidad, no es válido. No tenemos la idea de Dios.
Consecuencia de todo el sistema, la filosofía de Hume va a caer en el escepticismo y fenomenismo. El escepticismo es una postura que niega la validez del conocimiento. Se llama fenomenismo a la teoría del conocimiento de Hume porque reduce la realidad a fenómenos (lo que se me aparece, lo dado a mi experiencia) o impresiones. No podemos hablar de sustancia o realidad alguna: sólo de apariencias sensibles. El fenomenismo es una doctrina filosófica que reduce el conocimiento a puro fenómeno. Entendemos como fenómeno lo contrario a noúmeno. El noúmeno es la realidad objetiva, independiente del sujeto que conoce.
La conclusión de Hume tras su demoledora crítica a la metafísica cartesiana y a la ciencia, no puede ser más que escepticismo: la duda. No puedo estar seguro de nada más que mis impresiones actuales. Por tanto, me veo condenado a sobrevivir, siguiendo hábitos y conversaciones y sometido a la naturaleza, sin tener seguridad sobre casi nada.
La doctrina ética de Hume se conoce como el emotivismo moral que es la corriente contraria al intelectualismo moral, que es el presupuesto fundamental de toda la ética, vine a decir que la razón y el conocimiento es lo que nos hace libres por eso ser bueno o malo depende del conocimiento. Aristóteles decía ¿cómo vamos a ser felices? Pues desarrollando lo propiamente humano que es la razón, la razón nos hace libres y nos permite elegir, no puedo llamar a un niño bueno o malo si no es libre. Por lo tanto la bondad o la maldad dependerá del conocimiento.
Sin embargo, la postura de Hume es todo lo contrario, él viene a decir que la razón sólo sirve para conocer, y solo de dos maneras: o a través de cuestiones de hecho o de relaciones entre ideas y aun así va a tener problemas, pero la razón de ninguna manera puede ser guía de la acción. ¿Por qué? Porque somos esclavos de las pasiones. Dice Hume somos esclavos de nuestras pasiones y la razón está al servicio de ellas, es más en este emotivismo moral, ¿a qué llamamos bueno o malo? Bueno o malo es lo que me causa buenos o malos sentimientos, a lo que dictan las y eso no lo decides tú. Los sentimientos nos esclavizan. La razón no puede mover al hombre, es y debe ser esclava de las pasiones. El fundamento de los juicios morales no es racional, es emocional, es el sentimiento. Los sentimientos son las fuerzas que nos determinan a obrar, que dotan de valor moral a una decisión. Los juicios morales expresan el sentimiento de aprobación o desaprobación que nos producen determinadas conductas y son una forma de sentimiento básico de simpatía; y estos sentimientos son naturales y desinteresados.
Por otro lado Hume es el que empieza a desarrollar un concepto que es lo que llamamos falacia naturalista que consiste en derivar que es de un poder ser. Es decir como algo es así, sea un razonamiento incorrecto, parte de las emociones que de un ser paso incorrectamente a un deber ser, es decir que algo sea así, dice Hume, es una falacia pensar que debe ser así. Desde este planteamiento si la razón solo sirve para conocer a través de cuestiones de hecho o relaciones entre ideas, pero no como guía de la acción, problema, los sentimientos de unos y otros no son los mismos. La razón deberá limitarse a investigar los caminos que llevan a ese bien que se busca. La razón se limita a establecer los medios, los sentimientos, los fines.
Queda un problema, ¿cómo es posible, si el sentimiento es quien decide, que los humanos se pongan de acuerdo en los juicios morales? La respuesta de Hume es ésta: el sentimiento descansa en una especie de humanidad, que no es otra cosa que la noción de naturaleza humana ilustrada, la cual conduce al sentimiento a preferir lo mejor para el conjunto de los seres humanos. Entonces ¿podemos encontrar un criterio universal para decir que algo es bueno o malo, si todo depende de las emociones? Hume lo va a encontrar en la utilidad, y con ello va a inaugurar un sistema filosófico, el utilitarismo, lo bueno es lo que da más placer a mayor número de personas, esta es la corriente ética que va a rebatir luego Kant, ¿Cuál es el principio de utilidad, lo que llamamos el capitalismo, lo que da más placer al mayor número de personas. Es el “objetivo” a partir del cual fundamentar el liberalismo político, decíamos, el último objetivo era fundamentar el liberalismo político en unas bases distintas a como lo ha hecho Locke, porque Locke no es empirista, ¿cuál va a ser este? El utilitarismo, la utilidad.