Portada » Magisterio » Tipos de Mediación: Familiar, Escolar e Intercultural en Contextos Educativos y Sociales
Cuando los conflictos afectan a personas de una misma familia hablamos de mediación familiar. La situación más habitual es la de separaciones y divorcios, aunque no son las únicas. Se utiliza principalmente para los procedimientos de separación y divorcio, pero este no es su único campo, ya que se realiza en otros muchos ámbitos de la familia.
El objetivo principal de la mediación familiar es conseguir que las partes implicadas en el conflicto familiar lleguen a obtener acuerdos negociados que eviten la judicialización de los procesos de divorcio y todos los aspectos que hay que regular en esos procesos.
En la intervención social con familias, de la que participan integradores sociales, los objetivos de la mediación familiar se centran en los aspectos que resuelven los posibles conflictos de convivencia. Como estrategia de intervención ante conflictos familiares, estos objetivos son:
El contexto educativo es un campo privilegiado para utilizar los procesos de mediación, ya que no solo dan solución a problemas comunes y reales, sino que proporcionan un entorno fundamental para educar a los estudiantes en los procesos de resolución de conflictos de forma alternativa y no violenta.
Otra importante ventaja es que enseña a ser parte de la solución de los problemas, generando individuos con un alto nivel de conocimiento y participación en su comunidad, es decir, generando futuros ciudadanos responsables.
La mediación en educación, si bien se está extendiendo a muchos tipos de conflictos, se ha manifestado exitosa sobre todo en determinadas situaciones que cumplen algunas características específicas:
La elección del mediador en este tipo de conflictos es fundamental. Es crucial aclarar que, al tratarse de conflictos que se producen en un entorno común y cotidiano en la vida de ambas partes, debe intentarse no solo una solución donde ambas partes ganen, sino donde se garanticen relaciones óptimas en el futuro, e incluso donde se fomenten las interacciones personales entre estas. En definitiva, la idea no es solo solucionar el problema, sino también mejorar el ambiente emocional y personal del centro educativo.
Cuando pensamos en conflictos en el centro educativo no nos debemos limitar a problemas entre alumnos, sino que tenemos que ir más allá e incluir:
Todos son conflictos posibles de ser mediados. Un ejemplo significativo de este ámbito de mediación lo tenemos en el Ministerio de Educación y Formación Profesional de España, que está desarrollando el Plan Estatal para la Mejora de la Convivencia.
El modelo más utilizado es el de mediador escolar. En este caso, es el propio centro el que cuenta con un mediador cualificado que ayuda en la resolución de conflictos. Hay dos modalidades fundamentales:
En este tipo de mediación aparece la figura del mediador entre y dentro de los propios estudiantes, trabajando paralelamente y en equipo con el mediador del centro.
En ocasiones, se producen en el centro conflictos de naturaleza tal que es apropiado que sean los propios alumnos los que tomen parte en el proceso de mediación, no como partes en conflicto, por supuesto, sino como mediadores.
En estos casos, el mediador profesional forma a los estudiantes para el desempeño del rol de mediador, del que recibe el apoyo, supervisión y ayuda en todo el proceso.
En la experiencia práctica en situaciones reales, se ha demostrado que el hecho de que el mediador fuera un alumno del centro ha sido muy significativo para el éxito del proceso. Conviene hacer énfasis en el hecho de que la importancia no es tanto la solución del problema existente, que si bien es importante solo suele ser la punta del iceberg, sino el aprendizaje e interiorización de la mediación y la resolución alternativa de conflictos para su generalización en todos los ámbitos y momentos de la vida del alumnado.
Definimos mediación intercultural como una intervención llevada a cabo en la gestión de conflictos que surgen por diferencias culturales, normas culturales, costumbres culturales e incluso el idioma. Se trata de un recurso profesionalizado que pretende contribuir a la mejor comunicación, relación e integración entre personas o grupos presentes en un territorio, y pertenecientes a una o varias culturas.
Algunos autores sitúan la mediación intercultural dentro de la mediación comunitaria. La principal diferencia es que la mediación comunitaria tiene como sujetos a todas las personas; en cambio, la mediación intercultural atiende de forma particular a las situaciones de conflicto que se producen entre las personas a causa de sus diferencias por razones de etnia, religión, nacionalidad, costumbres, idioma, es decir, debidas a diferencias culturales.
Es importante otorgar a la comunicación un papel fundamental para el entendimiento entre personas de culturas heterogéneas. Fomentar los estilos eficaces de comunicación nos permitirá reducir las modalidades de violencia y generar la posibilidad de soluciones negociadas o mediadas como vía de resolución y prevención de conflictos, y nos ayudará a crear estrategias y mecanismos innovadores en la intervención social en el ámbito intercultural.
La multiculturalidad, entendida como la diversidad cultural o coexistencia de diferentes culturas en el mismo territorio, es un fenómeno habitual en la mayoría de las ciudades y los barrios, y es un fenómeno que lejos de desaparecer tiende a arraigarse, pues cada vez existen más movimientos migratorios. Dichos movimientos han generado nuevos contextos multiculturales donde se mezclan en un mismo espacio geográfico valores, costumbres y normas diferentes que pueden dar lugar a situaciones de conflicto. Este tipo de conflictos se deben abordar desde una óptica intercultural, desde el reconocimiento y respeto de la otra cultura, el establecimiento de relaciones mutuas basadas en la reciprocidad y el intercambio, y nunca desde la imposición o separación.
El objetivo principal de la mediación intercultural es conseguir la normalización de la conflictividad derivada de la diversidad. Los objetivos más precisos que se plantea son:
Dentro de los procesos de mediación en contextos interculturales se pasaría por tres fases:
La mediación nos permitirá abordar los temas más sensibles relacionados con la identidad del otro con un alto grado de éxito. Nos ayudará a conseguir evitar la violencia real y la simbólica, a evitar los procesos de asimilación forzosa, la indiferencia o las imposiciones culturales.
Teniendo en cuenta lo expuesto, debemos entender que existen tres tipos de mediación intercultural, diferenciadas por el momento determinado de la convivencia en la que se encuentren las partes:
Para llevar a cabo todas estas cuestiones existen unos espacios determinados denominados espacios de encuentro interculturales. Estos espacios tienen como finalidad el apoyo a los grupos o colectivos minoritarios más vulnerables, al mismo tiempo que crean y establecen vínculos, relaciones de confianza y empatía entre las personas de la misma comunidad.
