Portada » Arte » Características y Evolución del Arte Gótico: Escultura y Pintura (Siglos XIII-XV)
El nuevo estilo gótico se desarrolla en Europa entre mediados del siglo XII y principios del siglo XVI, según las zonas. Surgió en la Isla de Francia y su difusión está ligada a la Orden del Císter.
La escultura también presenta diferencias entre el norte y el sur de Europa. El modelo francés se extiende prácticamente por todo el continente, mientras que en Italia prevalece una fuerte influencia clásica. Se diferencian tres etapas:
La escultura en España sigue las mismas pautas que en el resto de Europa. La característica principal es la búsqueda del naturalismo, tanto en la humanización de los personajes como en el detallismo y lo anecdótico de las representaciones. En Castilla, la influencia francesa es más fuerte, mientras que en la Corona de Aragón se deja notar más la italiana. La cronología es la misma que la europea, coincidiendo cada etapa con una centuria.
La pintura gótica se inicia desde el siglo XIII hasta principios del siglo XVI, según la zona.
En Italia, debido a la tipología de sus edificios, se mantuvo la pintura mural, aunque también se pintó sobre tabla. Se distinguen claramente dos escuelas durante los siglos XIII y XIV, que constituyen lo que se denomina la pintura del Trecento.
Se define por el intento de crear sensación de tridimensionalidad a través de la perspectiva y el volumen. Su mayor representante es Giotto di Bondone, considerado como el iniciador de la pintura moderna. En su pintura ya no hay representaciones simbólicas (como en el Románico) o arquetipos (como en la pintura bizantina), sino una aproximación a la realidad basada en la observación del natural.
Giotto intenta transmitir ilusión óptica de profundidad espacial y, por otra parte, dota de sentimientos a sus personajes mediante la gesticulación.
Se caracteriza por la fusión de la influencia francesa con la bizantina. Ejemplo: La Anunciación de Simone Martini.
En el siglo XV se desarrolló en Flandes un tipo de pintura relacionada directamente con el auge de la burguesía comerciante. Los burgueses se convirtieron en nuevos clientes que demandaban obras cuya temática principal era el retrato.
Se alcanzó un extraordinario realismo al representar hasta los más mínimos detalles. Para lograrlo, incluso se usaban pinceles de un solo pelo, lo que obligaba a trabajar con lupas. Esta minuciosidad fue posible gracias al uso de la pintura al óleo.
Es el máximo representante de la pintura flamenca. A él se debe el perfeccionamiento de la pintura al óleo, cuyo resultado final es más brillante, realista y detallista, y sobre todo permite ejecutar transparencias, veladuras y desarrollar el paisaje.
Intentó reflejar la realidad tal y como la percibe el ojo humano, por esto dio tanta importancia a los detalles y al espacio tridimensional. Su perspectiva no se basaba en fórmulas matemáticas o geométricas (como hicieron los italianos), sino en aspectos lumínicos y atmosféricos tratados de manera intuitiva.
