Portada » Historia » El Retorno Borbónico y la Crisis del Sistema Político Español (1874-1931)
En 1874, los partidarios de la restauración de la monarquía ofrecieron la corona al hijo de Isabel II, Alfonso de Borbón, a quien la reina le había cedido su derecho al trono. Alfonso seguía las indicaciones de Antonio Maura y Montaner (el más influyente de los defensores de la restauración borbónica), y envió desde la Academia Militar de Sandhurst (Reino Unido) un manifiesto a los españoles ofreciéndose como rey.
Cánovas pensaba que la Restauración debía iniciarse de forma pacífica, pero a finales de 1874, el general Martínez Campos se pronunció en Sagunto y proclamó rey a Alfonso, quien hizo su entrada en Madrid en enero de 1875 y comenzó a reinar con el nombre de Alfonso XII. La Primera República había fracasado y la única solución posible parecía ser la vuelta de los Borbones.
El objetivo de Cánovas era establecer un sistema que garantizase la autoridad y la estabilidad.
Debía residir en el rey. Para reforzar su poder, se nombró al monarca jefe supremo del Ejército y la nueva Constitución le concedió amplias atribuciones, entre ellas, las de nombrar al Gobierno, y abrir y cerrar las Cortes.
Tenía que garantizarla el sistema político. Para ello, Cánovas diseñó un sistema inspirado en el modelo británico. Sus pilares eran dos:
Concebida como ecléctica y abierta, tenía un tono general muy moderado. Establecía la soberanía compartida entre el rey y las Cortes, la confesionalidad católica del Estado y las Cortes bicamerales, formadas por el Senado y el Congreso de los Diputados. El texto no especificaba el tipo de sufragio, limitándose a indicar que sería «según la ley».
Cánovas promovió la formación de dos grandes partidos: el Conservador, liderado por él mismo, y el Liberal, dirigido por Sagasta. Ambos debían turnarse pacíficamente en el Gobierno, sin promover desde la oposición agitaciones políticas que pudiesen desestabilizar el sistema.
Texto constitucional que no recoge de forma estricta una ideología concreta, por lo que se presta a que puedan gobernar con ella distintas tendencias políticas.
La alternancia pacífica de liberales y conservadores en el Gobierno se llevó a cabo con la manipulación de las elecciones:
Surgieron diferentes fuerzas que se oponían al sistema canovista:
CACIQUE: Persona que en un pueblo o una comarca ejerce una autoridad o poder abusivos.
En 1885 murió Alfonso XII sin descendencia masculina, pero la reina María Cristina de Habsburgo esperaba un niño que se convertiría en rey de España desde el mismo momento de su nacimiento. Hasta que alcanzase su mayoría de edad, su madre asumiría la regencia del reino. Para afrontar este difícil momento político, Cánovas y Sagasta establecieron el Pacto de El Pardo, por el cual se comprometían a apoyar a la Reina regente y continuar con el turno de partidos.
En 1902, Alfonso XIII fue declarado mayor de edad. España estaba experimentando un intenso proceso de transformación social. La gran novedad era el acelerado crecimiento de las ciudades provocado por el éxodo rural. Las masas obreras buscaban trabajo en las industrias huyendo de la miseria del campo, y se hacinaban en los barrios de Madrid, Barcelona, Zaragoza o Bilbao. Este proletariado urbano demandaba mejores condiciones de trabajo, pero chocaba con la resistencia del Gobierno y de las clases acomodadas, lo que dio lugar al aumento de la conflictividad social (proletariado/burguesía). También había un porcentaje muy alto de población que continuaba siendo campesina y sus problemas seguían sin resolverse.
Desaparecidos Cánovas y Sagasta, los nuevos dirigentes políticos, entre los que sobresalieron el conservador Antonio Maura y el liberal José Canalejas, emprendieron desde el Gobierno tímidas reformas para que el sistema pudiese mantenerse, pero sus buenas intenciones fueron superadas por la realidad.
La principal crisis del periodo fue la Semana Trágica de Barcelona en 1909. El Gobierno llamó a filas a las tropas de reserva para reforzar a las que estaban en Marruecos. Durante una semana, la ciudad se llenó de barricadas y vivió episodios de gran violencia. La revuelta fue sofocada de forma sangrienta.
El ejército fue el encargado de reprimir las revueltas que se iniciaron en las calles de Barcelona entre las clases obreras. El detonante de la revuelta fue el envío a Marruecos de numerosos reservistas del ejército, muchos de los cuales murieron en el llamado «Barranco del Lobo».
España no participó en la Primera Guerra Mundial, pero la influencia de este conflicto fue muy importante en la crisis que se produjo en 1917, que fue la suma de tres crisis:
CNT (Confederación Nacional del Trabajo): Sindicato anarquista fundado en 1910. Se convirtió en la organización obrera con mayor número de afiliados.
CABILA: Tribu de beduinos o de bereberes.
Algunos políticos y militares españoles ambicionaban establecer una colonia en Marruecos que compensase al país por la humillación sufrida con el desastre del 98. La ocupación de Marruecos dio lugar a frecuentes enfrentamientos con las cabilas hasta que desembocó en una guerra abierta. En 1921, el caudillo Abd el-Krim consiguió unir las tribus del territorio Rif contra los españoles. Una campaña mal preparada por el general Fernández Silvestre concluyó en el desastre de Annual, en el que perdieron la vida miles de soldados españoles. La catástrofe provocó una grave crisis política.
Las continuas crisis habían agotado el sistema de la Restauración, que se revelaba incapaz de afrontar los problemas de la sociedad española. La falta de soluciones políticas adecuadas dio paso a la improvisación de una dictadura. El 13 de septiembre, el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, dio un golpe de Estado que pronto contó con el apoyo del rey Alfonso XIII. Primo de Rivera se convirtió en dictador al frente de un Directorio que suspendió el funcionamiento de todas las instituciones constitucionales y de la propia Constitución. La dictadura, que pasó por dos fases (el Directorio Militar y el Directorio Civil), se benefició en los primeros años de una buena coyuntura económica internacional y puso fin a la Guerra de Marruecos con la derrota de Abd el-Krim.
Tras la dimisión de Primo de Rivera, el rey intentó volver a la normalidad constitucional. El 12 de abril de 1931 se celebraron las primeras elecciones libres después de la dictadura. Alfonso XIII, consciente de que no podía mantenerse sin el apoyo de las clases urbanas, abandonó España.
El 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República en medio del entusiasmo popular y se formó un gobierno provisional que convocó elecciones a Cortes constituyentes. Las elecciones de junio dieron triunfo a los partidos de centro-izquierda. El partido más votado fue el PSOE, seguido del Radical de Lerroux…
Las nuevas Cortes comenzaron a elaborar una Constitución que se aprobó el 9 de diciembre. El texto constitucional establecía el sufragio universal, masculino y femenino, Cortes unicamerales y un nuevo modelo de estructura territorial del Estado que autorizaba la formación de regiones autónomas. La religión católica dejaba de ser oficial del Estado y se establecía la libertad de culto.
Aprobada la Constitución, se nombró presidente de la República a Niceto Alcalá-Zamora, perteneciente a la derecha republicana, y presidente del Gobierno, a Manuel Azaña, un intelectual de izquierdas que emprendió una ambiciosa política de reformas, algunas de las cuales fueron:
Estas reformas enfrentaron al Gobierno con los grupos afectados. En el verano de 1932, el general Sanjurjo se sublevó. El golpe fracasó, pero fue un toque de atención acerca de las delicadas relaciones entre los militares y el Gobierno. A comienzos de 1933, en Casas Viejas (Cádiz), un grupo de campesinos anarquistas ocupó las tierras por su cuenta y la revuelta fue duramente reprimida por las fuerzas de orden público; esto provocó una crisis de Gobierno y condujo, en noviembre de 1933, a la celebración de nuevas elecciones.
