Portada » Filosofía » Fundamentos y Modelos de la Democracia: Historia, Tipologías y Desafíos Actuales
El término Democracia, de origen griego, expresa «gobierno del pueblo, con el pueblo y para el pueblo». (El pueblo es el conjunto de personas con ciertas características comunes que componen una organización social. El gobierno está formado por las personas elegidas por el pueblo a las que se les otorga poder para tomar decisiones, según las leyes establecidas y aprobadas). En sentido político, la democracia es el procedimiento por el que el poder establece leyes y las regula.
En la Grecia Clásica, algunos ciudadanos constituían la Asamblea donde podían expresar libremente sus opiniones. A partir del siglo XVII, el Liberalismo, y desde el XIX, el Socialismo, la entendieron como “Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, según leyes establecidas en la jurisdicción territorial de un Estado, en el que su voluntad soberana y libre elige periódicamente a sus representantes para constituir el Parlamento que legisle y pueda controlar al Gobierno.
El Liberalismo inicial tiene al individuo libre como núcleo que el poder político debería tener en cuenta. El individuo podía demandar al Gobierno la defensa de sus derechos, limitar y controlar sus poderes, y exigirles la garantía del ejercicio libre y pacífico de sus derechos. Sin embargo, no todos tenían derecho al voto.
La Sociodemocracia defiende las libertades individuales y la igualdad social de oportunidades, pero permite que el Estado y su Gobierno intervengan en el orden social y político para responder a exigencias de justicia social, ampliando derechos ciudadanos.
Existen dos tipos principales de democracia:
Protege la propiedad privada y el libre mercado. Los grupos dirigentes se reparten el poder como mercancía de oferta y demanda. El Estado solo arbitra en conflictos de intereses entre individuos y promueve un orden legal que desarrolle y defienda los derechos individuales y el mercado.
Rechaza la democracia participativa por considerarla inoperante. El pueblo elige periódicamente a “expertos eficaces en la gestión política”.
El Socialismo Democrático Representativo plantea, a su vez, otros dos modelos:
La sociedad la forman personas libres e iguales, con capacidades que deben poder desarrollar y ejercer en libertad, en un marco legal, con igualdad de oportunidades para todos, respetando libertades y propiedades individuales. Pretende abarcar toda la vida social para posibilitar el desarrollo ciudadano, eliminar desigualdades, etc.
Actualiza la anterior. Pretende evitar que los partidos políticos propongan sus propias necesidades o las de sectores socialmente influyentes, y no las necesidades reales ciudadanas. Los ciudadanos deben poder participar en la toma de decisiones para resolver los problemas que les afectan en toda su vida social. Su base es la democracia directa y, por encima, la representativa.
Actualmente se habla de Democracia Liberal Social, común en Estados modernos desarrollados. Defiende cierto control del mercado, la igualdad y seguridad social y económica, etc. Defiende el Estado de Bienestar, con el capitalismo como sistema de producción y de consecución del bienestar social. Al final del siglo XX se propusieron correcciones a los modelos anteriores.
Por ejemplo, se propone:
Los modelos democráticos no se desarrollan de igual manera en los diferentes Estados, pues estos pueden ser:
No existe unanimidad al teorizar sobre la jerarquía de los principios fundamentales; según cómo se jerarquicen, se darán diferentes modelos. Aunque es el sistema menos malo conocido hasta ahora, plantea muchas cuestiones respecto a:
El orden democrático es tenso, pero es el sistema político menos malo y más plausible. Es fundamental el intento permanente de encontrar solución a los conflictos.
La democracia no debe limitarse al ámbito político. Cualquier actividad de la vida social que sirva para la realización personal debe tender a ser democrática. Esta es la Democracia Social, que debe proporcionar una democracia política sólida.
Es necesario luchar para que el individuo tenga realmente reconocidos, como miembro social, derechos y deberes democráticos en general, educándole para participar activamente en la vida social, con libertad de pensar y manifestar sus opiniones y críticas a la actuación de otros poderes, sin ser discriminado por ello. Debe respetarse su dignidad e integridad física y moral.
Sin embargo, el individuo debe ser educado para ser consciente de que no solo tiene derechos, sino también deberes democráticos múltiples:
Estas libertades, derechos y deberes están reconocidos y amparados por un marco legal al que todos se someten. Son principios en permanente revisión y adaptación, pero pertenecen a un Estado de Derecho.
