Portada » Historia » Transformación Geopolítica: El Colapso del Bloque Soviético y la Nueva Configuración Mundial
Tras la Segunda Guerra Mundial, varios países de Europa del Este adoptaron sistemas comunistas bajo la influencia de la Unión Soviética. A continuación, se detalla la situación de las naciones clave:
Frente a la liberación, el movimiento albanés expulsó a los alemanes y adoptó el sistema comunista de la URSS. En 1956, durante el gobierno de Enver Hoxha, el país se distanció del modelo soviético y se acercó al modelo comunista de la China Popular.
El movimiento de los partisanos, liderado por Tito, se opuso a los alemanes y, al igual que Albania, se acercó a las políticas sociales y económicas de la Unión Soviética. En 1950, mostraron respaldo al Movimiento de los No Alineados.
Entre 1943 y 1950, los líderes del partido realizaron reformas agrarias y nacionalizaron la industria. La oposición a las medidas impulsadas por los comunistas fue liderada por la Iglesia Católica; por ello, el gobierno confiscó bienes y persiguió a los representantes más destacados del catolicismo. El ascenso del polaco Karol Wojtyła el 16 de octubre de 1978 como Sumo Pontífice significó para Polonia un impulso al catolicismo y al sindicato de Solidaridad. El líder sindical Lech Wałęsa promovió la unión de las fuerzas del país, situación que quebró el comunismo.
Imre Nagy fue ministro de Hungría entre 1953 y 1955. Durante este periodo, se impulsaron reformas orientadas a mejorar las condiciones económicas y otorgar libertades ciudadanas. En 1956, propuso restablecer la democracia y el retiro de Hungría del Pacto de Varsovia. Durante el gobierno de Kádár, se dieron reformas políticas y económicas para democratizar el régimen.
En 1946, el Partido Comunista Checo asumió el control de la nación. El secretario del partido, Alexander Dubček, propuso democratizar el país en busca de un “socialismo de rostro humano”. Estas iniciativas provocaron la intervención militar soviética en agosto de 1968. La intervención se conoce como la Primavera de Praga y con ella terminó el intento checo de democratizar el comunismo. Dubček fue destituido.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Bulgaria formó parte de las potencias del Eje. Una vez concluida la guerra, la URSS gobernó el país por medio del Partido Comunista Búlgaro. El monopolio del partido se prolongó hasta las elecciones de 1991, en las cuales vencieron las fuerzas democráticas. En ese mismo año se aprobó una nueva Constitución.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Rumania luchó al lado de Alemania, pero la ocupación soviética de 1944 puso a los comunistas en el poder, lo cual fue refrendado mediante elecciones celebradas en 1946 que abolieron la monarquía de Miguel I. Entre 1965 y 1989, Nicolae Ceaușescu, quien gobernó el país, tomó medidas que llevaron al distanciamiento de los soviéticos. Además, criticó la satelización soviética del este europeo, se opuso a la Perestroika y auspició un fuerte sentimiento nacionalista rumano. En el último año de su gobierno, Rumania experimentó graves problemas económicos que desencadenaron movilizaciones sociales que terminaron con la detención, juicio y ejecución de Ceaușescu en diciembre de 1989.
Concluida la Segunda Guerra Mundial, el Imperio Nacionalsocialista, llamado Tercer Reich, obra de Adolf Hitler, fue ocupado y luego dividido entre el bloque capitalista y el socialista. Los Aliados (Francia, Inglaterra y Estados Unidos) tomaron Alemania Occidental (RFA). Entre tanto, la Unión Soviética hizo lo mismo con Alemania Oriental (RDA).
Años más adelante, en 1961, la Unión Soviética dividió la capital, Berlín, por medio de un muro. En 1982, el canciller Helmut Kohl propuso que la Alemania unificada perteneciera tanto a la OTAN como a la CEE.
La desintegración de la Unión Soviética repercutió en Alemania Oriental (RDA), donde el inconformismo frente al régimen de Honecker precipitó su caída y posterior encarcelamiento en noviembre de 1989. A la vez, los habitantes de la Alemania Oriental presionaron la apertura de fronteras entre las dos Alemanias, situación que se dio el 9 de noviembre de 1989, día en que cayó el Muro.
La reunificación fue liderada por la República Federal Alemana, de tal manera que en julio de 1990 se concretó la unión económica y monetaria con criterios capitalistas. Unos meses después, el 2 de octubre de 1990, la RDA dejó de existir. El 12 de septiembre de 1990, las potencias triunfadoras de la Segunda Guerra Mundial (Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y la URSS) firmaron el Tratado de Moscú, por medio del cual daban por terminada la tutela que habían mantenido sobre las dos Alemanias.
La República Popular China se fundó en 1939 después de una revolución comunista apoyada por el campesinado. El Partido Comunista, de ideología marxista y con el apoyo del socialismo soviético, eliminó toda propiedad privada y tomó las riendas del Estado y de la sociedad, en un proceso liderado por Mao Tsé-Tung, quien se convirtió en el símbolo de unidad nacional.
Las causas de la Revolución China fueron la pobreza masiva, la opresión y la intervención extranjera. El gobierno comunista, una vez en el poder, buscó satisfacer las necesidades básicas del pueblo chino y para ello, en 1958, adoptó el plan del “Gran Salto Adelante”, con medidas como:
Otra medida que implementó el gobierno comunista fue la fundación de comunas. Gracias al líder Deng Xiao Ping, se implementaron reformas económicas y en los años 80 China cuadruplicó sus exportaciones.
En abril de 1955 se reunieron en Bandung, capital de Indonesia, 29 países para conformar el Movimiento de Países No Alineados. El documento-conclusión de la reunión, conocido como acta fundacional, se denominó los Diez Principios de Bandung. En esta primera cumbre, los No Alineados promovieron:
Además, como alternativa a la Guerra Fría, propusieron un nuevo orden económico internacional. A partir de los anteriores principios, los No Alineados se caracterizaron por su neutralidad y el llamado a la unidad de los pueblos del Tercer Mundo. Con ello, el Movimiento promovió propuestas para la búsqueda de un orden mundial más equitativo.
Kruschev fue el responsable de poner en marcha un conjunto de iniciativas que la superpotencia requería para competir con los Estados Unidos. Entre ellas se destacan:
El sucesor de Kruschev fue Leonid Brezhnev, defensor de la tesis de la coexistencia pacífica. Esta tesis orientó las negociaciones de desarme entre las dos potencias, así como la firma de los acuerdos de SALT I y SALT II.
Las reformas impulsadas durante la era Gorbachov incidieron en la economía y en la política soviética, hasta tal punto que dividieron a la población. Por un lado, estaban los representantes del sector económico como banqueros, comerciantes, industriales y empresarios que apoyaron al gobierno y exigieron acelerar los cambios, mientras que, por otro lado, los trabajadores se opusieron a las reformas porque afectaban sus derechos.
El nuevo panorama político en la antigua URSS trajo consigo numerosos problemas para el mundo y en especial para los antiguos países que integraban la Unión Soviética; ejemplo de ello es el conflicto entre chechenos y rusos que muestra el aumento del nacionalismo. También, se ha ensanchado la brecha entre ricos y pobres, brecha que ha ocasionado descontento social que se traduce en delincuencia e innumerables protestas.
China y Japón se consolidaron en el mundo como naciones con un importante protagonismo político y económico. Al tiempo, se intensificó el conflicto en la región de Oriente Medio entre Palestina e Israel, y por otro lado, en 1991, se desencadenó la Guerra del Golfo Pérsico. Para 1993, se firmaron los primeros acuerdos de paz que buscaban resolver el conflicto entre israelíes y palestinos.
Tras el proceso de descolonización, las nacientes naciones africanas se enfrentaron a conflictos étnicos por el control político; de igual manera, el régimen del Apartheid se derrumbó e hizo posible en Sudáfrica la formación de una nación multirracial.
Con la caída del Muro de Berlín en 1989, Alemania fue unificada. Por su parte, en 1993 se separaron de manera pacífica Eslovaquia y la República Checa. Con la caída del bloque socialista, la federación Yugoslava entró en crisis, desencadenando conflictos entre serbios y croatas en la región de Eslovenia, Croacia y Bosnia-Herzegovina. Por otra parte, en 1993, nace la Unión Europea con doce países miembros, que se ampliaron a quince en 1994.