Portada » Psicología y Sociología » Comunicación Efectiva y Relaciones Interpersonales: Claves para el Éxito y la Resolución de Conflictos
La conversación es un diálogo entre dos o más personas en la cual se establece una comunicación a través del lenguaje hablado.
Una conversación exitosa requiere que el receptor reciba bien el mensaje dado, ya que si falla la emisión del mensaje, la relación interpersonal será complicada.
Las relaciones giran alrededor de las necesidades de las personas. Necesidades satisfechas edifican relaciones interpersonales positivas y satisfactorias. Para mantener una relación fuerte, saludable y dinámica, se ha de estar alerta a las necesidades cambiantes dentro de la relación.
Cuando hay una relación interpersonal eficiente se produce lo siguiente:
Todas las relaciones personales comienzan en la etapa de cooperación con el deseo de cumplir las necesidades complementarias. Una persona sola no puede mantener la cooperación y la confianza mutua en la relación.
Los problemas en las relaciones interpersonales ocurren como resultado del compromiso de los involucrados en sus propias perspectivas, ideas, opiniones y sentimientos, que abusan o pasan por alto los de los otros. Como se mencionó, las relaciones giran en torno a las necesidades de las personas; aquellas necesidades que no son cumplidas socavan y destruyen las relaciones.
Cuando hay una relación interpersonal deficiente se produce lo siguiente:
Por último, cabe destacar que las relaciones interpersonales insatisfechas responden a una serie de etapas: Desquite, Dominación y Aislamiento.
Esta etapa se refiere a cuando perdemos de vista que somos “socios” en nuestras relaciones. Entonces, tomamos el primer paso de salir de una relación de cooperación y permitimos una actitud de venganza hacia la persona que no está cumpliendo nuestras necesidades.
Las personas dominadas sacan tres conclusiones antes de optar por el aislamiento:
Los paradigmas son representaciones mentales que se han ido formando a lo largo de la vida a través de las propias experiencias, procesos educativos, modelos sociales, etc. Están en la mente humana y actúan como filtro interpretativo de la realidad.
La confianza es la base de las relaciones humanas. La confianza no se exige, sino que se gana; es necesario merecerla. Si una persona rompe una relación personal o profesional con otra, en últimas es porque no quedaba ningún saldo de confianza con ella.
La confiabilidad se logra uniendo dos rasgos de personalidad: por un lado, están las cualidades y valores y, por otro lado, la idoneidad profesional, sea cual sea el campo de la actividad humana que se desempeñe.
Existe una tendencia natural a buscar la ganancia propia, a salirse con la suya, a derrotar al adversario, a conseguir los fines que alguien se propone, a ser el primero en cualquier valoración. Sí, está fuertemente arraigado un pensamiento y actitudes que se podrán resumir diciendo: “Yo gano, tú pierdes”.
A veces, por el contrario, alguien con resignación decide sacrificarse por otra persona. Estamos en una situación de “Yo pierdo, tú ganas” o también es frecuente ver posiciones de “Yo pierdo, tú pierdes”, donde el espíritu destructivo lleva a que nadie pueda ganar.
Escuchar es algo más que oír, supone un interés genuino por conocer el pensamiento de la otra persona. Esta manera de actuar no es fácil en la práctica, pues es frecuente estar más pendiente de juzgar el mensaje o preparar lo que se piensa decir. Escuchar es captar el significado de las palabras que se pronuncian, comprender el mensaje, las ideas. Es entender la situación.
No es suficiente con querer y saber escuchar para que una relación sea buena, aunque sea un requisito básico. También se necesita saber expresarse adecuadamente.
La asertividad es un modo afirmativo de expresarse por parte de una persona. La comunicación asertiva permite a una persona decir lo que quiere, sin tensiones interiores, de un modo claro y con sentido positivo.
Con alguna frecuencia cualquier persona se ve obligada a intervenir en la vida de otra. Unos padres de familia, por ejemplo, con sus hijos dentro del proceso educativo, un matrimonio en posible desacuerdo, etc. En estas ocasiones y tantas otras es menester distinguir entre la persona y su conducta o sus ideas.
Es lógica la diversidad de ideas, de personalidad, de comportamientos, pues responden a la naturaleza humana. Este pluralismo de ideas y conductas no debe ser un inconveniente para una convivencia sana entre las personas, sino que, por el contrario, debe llevar a una sinergia constructiva.