Portada » Historia » Historia de España: Proclamación de la II República y sus Primeras Reformas
Tras la marcha de Primo de Rivera y el comienzo de la decadencia del sistema dictatorial, Alfonso XIII decidió poner en el Gobierno al general Berenguer, quien tuvo que lidiar con el «Pacto de San Sebastián», tras el cual los militares protagonizarían un golpe de Estado fallido en Jaca.
Después de Berenguer, y con la situación social aún más revuelta, el general Aznar sería el encargado de gestionar el Estado. Los partidarios de una II República aumentaron, lo que llevó a la victoria de los republicanos en las ciudades en las elecciones del 12 de abril de 1931, proclamándose la II República dos días después, el 14 de abril de 1931.
Tras la proclamación de la II República, el Comité Revolucionario creado en el «Pacto de San Sebastián» pasó a formar el Gobierno Provisional, presidido por Niceto Alcalá Zamora. Este Gobierno aglutinaba a todos los partidos políticos favorables al sistema republicano, fueran de izquierda, centro o derecha. El Gobierno Provisional llevó a cabo una serie de reformas inmediatas:
Macià (líder de Esquerra Republicana) proclamó la República Catalana como un gobierno independiente. Tras esto, se llegó a un acuerdo con el Gobierno por el cual se restablecería la Generalitat hasta la aprobación en las Cortes Generales del Estatuto de Autonomía.
Largo Caballero y Fernando de los Ríos trataron de mejorar la situación de los campesinos con medidas como el laboreo forzoso (que obligaba a los dueños de tierras a impulsar el cultivo en ellas), la Ley de Términos Municipales (por la que, si un propietario tenía que buscar trabajadores, contrataría primero y por obligación a los del municipio más cercano), el seguro de accidentes de trabajo, la jornada de ocho horas y la prohibición del desahucio a pequeños arrendatarios.
Marcelino Domingo (Ministro de Instrucción Pública) aumentó el número de escuelas y de docentes, procurando una escuela laica, pública, única y obligatoria.
Manuel Azaña (Ministro de Guerra) redujo el número excesivo de oficiales para lograr un ejército más moderno y eficaz que apoyase a la República. Por ello, se cerró la Academia Militar de Zaragoza y se derogó la Ley de Jurisdicciones de 1906.
Se creó la Guardia de Asalto, un cuerpo policial armado, aunque la II República siguió acudiendo a los militares para mantener el orden público.
Estas medidas despertaron los recelos, principalmente, de grupos monárquicos y de la Iglesia. Aunque casi todos los obispos acataron las órdenes del Vaticano de respetar al nuevo Gobierno, muchos (como el cardenal Segura) se manifestaron a favor de Alfonso XIII y publicaron en periódicos manifestando estas ideas. Esto produjo un enfrentamiento entre los sectores de extrema izquierda y la Iglesia que incluyó la expulsión de Segura y la quema de conventos y colegios religiosos.
Manuel Azaña asumió la presidencia del Gobierno en octubre de 1931 con el apoyo de las Cortes, los socialistas y los sectores de izquierdas. En este periodo tendría lugar una crisis económica que no tendría especial repercusión en España, aunque causó un aumento del desempleo e hizo que la política de reformas de este periodo fuera muy costosa, generando el descontento de muchos grupos sociales.
Durante el Bienio Reformista de Azaña se impulsaron una serie de reformas:
Se incrementó el presupuesto en Educación y se impulsó la construcción de escuelas e institutos. Se seguía buscando la idea de crear una escuela laica, pública, única y obligatoria. Se realizaron una serie de Misiones Pedagógicas para extender la cultura en las zonas rurales.
Fue en agosto de 1932 cuando tuvo lugar el golpe de Estado fallido de Sanjurjo, que mostró a los republicanos lo frágil que era en realidad su Gobierno frente a fuerzas opositoras y la necesidad de acometer las reformas de manera más drástica.
Por ello, se aceleró la promulgación del Estatuto de Autonomía Catalán (septiembre de 1932), que incrementó la autoridad de la Generalitat, el Parlamento y el Tribunal de Casación, que legislaron en transportes, sanidad, servicios sociales y derecho civil; quedaron en legislación compartida con las Cortes la educación, el orden público y la hacienda.
También con motivo del golpe de Estado de Sanjurjo, se promulgó la Ley de Reforma Agraria (septiembre de 1932) que expropiaba las tierras de antiguos señoríos, mal cultivadas, con arrendamiento permanente o de regadío que no estuviesen regadas.
Surgió el IRA (Instituto de Reforma Agraria) con la función de gestionar las tierras expropiadas por la anterior ley. La idea era distribuirlas entre los campesinos, quedando el Estado como propietario absoluto de estas tierras. Sin embargo, la lentitud en su aplicación provocó protestas e insurrecciones entre los campesinos.