Portada » Psicología y Sociología » Fundamentos del Entrenamiento Deportivo: Adaptación, Carga y Rendimiento Óptimo
En la teoría del entrenamiento, la búsqueda de novedades es constante. Sin embargo, la realidad nos muestra que hay poco verdaderamente nuevo; lo esencial es examinar los conceptos ya conocidos a la luz de las investigaciones actuales, lo que nos proporciona una nueva perspectiva.
No existe un componente del entrenamiento que, tomado aisladamente, sea más importante que otro. Todos deben integrarse sinérgicamente, entendiendo que el todo es más que la suma de sus partes. El resultado óptimo de un programa de entrenamiento solo se logra cuando los diversos componentes se unifican en un conjunto. La aplicación de las cargas en el momento exacto y en su justa sucesión garantiza la obtención de los resultados deseados.
El intento de organizar una teoría del entrenamiento abarca los siguientes puntos:
Actualmente, la preparación general muestra un porcentaje más elevado de trabajos de tipo especial, que presentan la misma dinámica de la competencia, con partes y acciones empleadas en la contienda. Es decir, la especificidad de las tareas cumple un papel cada vez más importante.
En la praxis cotidiana, los objetivos se concentran en provocar adecuados y ordenados estados de tensión en el sistema muscular, la intensidad de los estímulos y el volumen de las cargas, promoviendo el principio de la armonía que garantice el desarrollo general de todo el organismo, sobre la base del respeto de los sustentos y los principios del entrenamiento.
El término «entrenamiento», al igual que en muchos otros casos, no tiene un solo significado. En su sentido más amplio, se lo relaciona con cualquier proceso de aprendizaje, pese a que la esencia concreta del ejercicio puede ser completamente distinta. Por ejemplo, hablamos de entrenamiento físico, mental e incluso de animales. Esto obliga a abordar con sumo cuidado la determinación del concepto, a fin de evitar que se equipare con fenómenos completamente distintos.
“El entrenamiento deportivo como fenómeno biológico y pedagógico es un proceso especializado de la educación física orientado directamente al logro de altos resultados competitivos; es decir, se trata del proceso de la educación física que educa a través del deporte, por medio del deporte.”
El entrenamiento deportivo es uno de los componentes del sistema general de educación que plasman los ideales del desarrollo integral de la personalidad en un continente social y humanístico. Paralelamente al término «entrenamiento deportivo» se emplea la expresión «preparación del deportista». Ambos conceptos son muy similares en su sentido, pero no equivalentes.
La expresión “Preparación del Deportista” es un concepto más amplio que comprende el aprovechamiento de todo el conjunto de medios que aseguran el logro y la elevación de la predisposición para alcanzar altos resultados deportivos. En tal sentido, Matveiev menciona cinco áreas insustituibles para dicha preparación:
Otros especialistas creen que se deben incorporar a estas cinco áreas del entrenamiento algunos conceptos que reforzarán dichas teorías:
Entendemos por adaptación a determinadas transformaciones que suceden en un organismo con el objeto de adecuarlo a nuevas situaciones producidas por diferentes estímulos. Jorge de Hegedus considera la adaptación como uno de los fenómenos más importantes que se dan en la vida, ya que en determinados casos extremos la imposibilidad de adaptarnos nos puede conducir a la muerte.
Un vegetal, por ejemplo, alguna variedad de helecho, si es expuesto a la radiación solar directa, en unos pocos días se secará; no puede adaptarse a dicha radiación. Un pez de río que es colocado en una pecera con agua potable, difícilmente supere las 24 horas de vida, ya que la composición química, oxigenación, etc., de las diferentes aguas y la imposibilidad de adaptación a las nuevas condiciones desemboca en la muerte. Algo similar sucede con algunos pájaros, como el gorrión, que al ser capturado y puesto en cautiverio paga con su vida la falta de adaptación a las nuevas condiciones de vida.
Fuera de estos casos extremos, el fenómeno adaptativo se presenta en diferentes formas y casi constantemente, desde lo más elemental (pasar del útero materno a las manos del obstetra, o de un ambiente a otro con considerables cambios de temperatura, etc.) hasta adaptaciones superiores más conscientes, dependientes de la voluntad, puestas de manifiesto en actividades como el estudio o el trabajo, cuya mayor expresión está en la práctica deportiva.
No existen manifestaciones de adaptación más grandes que las que muestra el organismo de un deportista de alto rendimiento. Platonov indica que aún en situaciones laborales en condiciones extremas de altura, temperatura, etc., no se logran los cambios adaptativos que sí logra el deportista. Esto, entre otras cosas, lo determinará la intensidad de los esfuerzos, la presión psicológica, los requerimientos técnico-tácticos, el entorno, etc.
El proceso de adaptación se evidencia a través del rendimiento. El sedentario que hoy no puede correr 1 kilómetro o nadar 50 metros, a poco tiempo de comenzar una actividad específica, logrará esta meta. Esto se debe a que en el organismo del sedentario surge una “revolución” dada por el comienzo de una actividad, a lo que responde produciendo cambios.
En primera instancia, estos cambios adaptativos son los llamados funcionales y luego, con la continuidad de las cargas, se convierten en los llamados estructurales o morfológicos. Estos comienzan con modificaciones intracelulares, lo que modifica un número significativo de células; estas, a su vez, modifican los tejidos que forman; estos, a los órganos; los órganos, al sistema; y el sistema, al organismo en general como respuesta a ese requerimiento. A este proceso se lo llama adaptaciones biológicas.
La adaptación puede clasificarse en dos grandes grupos:
Esto mismo sucede en deportistas de alto nivel, donde los cambios no son tan inmediatos ni abruptos, dado que en esos niveles nos acercamos a los límites individuales de rendimiento máximo. Al principio, las adaptaciones reflejan cambios significativos, pero lógicamente con el tiempo se amesetan cuando comienzan a acercarse a los límites genéticos o ambientales.
Toda adaptación humana es biológica, psicológica y social, y los niveles se construyen sobre una base genética. Básicamente, a través de una carga externa (carga de entrenamiento) se produce una reacción interna en dirección a dicho estímulo; es decir, el organismo comienza a producir cambios, algunos inmediatos y otros mediatos, con el fin de acomodarse a los requerimientos de la mencionada carga, disminuyendo así el efecto estresante. Cuando el objetivo es el rendimiento, al producirse la adaptación a las cargas, esta se estabiliza y es necesario variar esa carga (aumentarla) para mantener la estimulación interna adecuada.
Por ejemplo: Una persona está parada y mantiene sus funciones vitales “estables”, con determinada frecuencia cardíaca, respiratoria, presión arterial, etc. De inmediato, comienza a correr; los músculos necesitan más oxígeno, más nutrientes, una evacuación más rápida de dióxido de carbono y ácido láctico. Por lo cual, el organismo responde elevando la frecuencia cardíaca y respiratoria, disminuyendo el flujo sanguíneo desde el reservorio abdominal y músculos inactivos hacia los activos, abriendo más capilares arteriales y venosos, produciendo, entre otros, una gran cantidad de modificaciones para dar respuesta inmediata a esa nueva situación y tratar de equilibrar sus funciones como respuesta inmediata (adaptaciones funcionales).
La carga de entrenamiento está compuesta por cinco variables:
Ante la aplicación de una carga, se produce un desgaste que dependerá de la magnitud y, especialmente, de la intensidad de la misma. Cesado el esfuerzo, se intensificará el proceso de recuperación de lo perdido, el cual tiende a volver a los niveles previos al esfuerzo.
A través del tiempo, y siendo la composición del estímulo adecuada, los mecanismos de regulación detectarán las demandas ocurridas y tratarán de proteger al organismo, proveyéndolo de más de lo que tenía. Por ejemplo, ante gastos inusuales de glucosa muscular, arbitrará los medios para depositar más de lo que tenía en el pre-esfuerzo, a fin de resguardarlo del agotamiento ante un posible gasto próximo.
Este fenómeno es el más buscado en el entrenamiento y se lo conoce con el nombre de supercompensación. Es como bajar un escalón para luego subir dos.
Por último, ordenemos conceptualmente cada uno de estos conceptos:
Bajo total responsabilidad del entrenador, un estímulo puede ser: