Portada » Filosofía » Pensadores Clave de la Filosofía Política: Hobbes, Locke, Rousseau, Nozick y Rawls
Hobbes tiene una visión pesimista del ser humano. Lo define como un ser egoísta que utiliza la razón como instrumento para satisfacer sus deseos, lo que denomina egoísmo instrumental. También caracteriza al hombre como una máquina antisocial, pues basándose en la ley de causa y efecto, considera que el hombre recibe estímulos ante los que reacciona, ya sea un pensamiento o la imaginación. Que el hombre esté sujeto a las leyes causales provoca, también, que no sea libre porque, al igual que el resto del universo, está condicionado.
A partir de este egoísmo característico, Hobbes concluye que el hombre se agrupa por interés. Teniendo en cuenta esto, la sociedad para Hobbes es artificial, pues es la agrupación de seres individualistas que se unen por su propio interés. El egoísmo y el interés provocan que entre los seres humanos, en su estado natural, haya conflictos. Hobbes propone el Estado como solución, el cual debe tener un poder absoluto que establezca paz y orden. Para llegar a este Estado, los individuos deberán ceder todos sus derechos a este Estado absolutista, el cual infundirá miedo en las personas para acabar con el conflicto y evitar que vuelva a surgir.
Hobbes rechaza el método inductivo porque cree que de la experiencia no se puede concluir una idea general, ya que esta solo proporciona casos particulares. Sin embargo, sí acepta el método deductivo, del que derivan dos procesos que ya utilizaron Descartes y Galileo: síntesis (establecer axiomas para conseguir nuevas verdades) y análisis (a partir de la observación de un fenómeno, intentar deducir una base para este).
Hobbes es positivista (para él todo se reduce a hechos físicos) y materialista (todo se reduce al cuerpo y al movimiento, ya que, para él, la muerte ocurre cuando no hay deseos que muevan al ser humano). Por último, también es determinista porque niega que las cosas puedan suceder por azar; como ya se ha adelantado, sigue las leyes causales, y esto implica que no somos libres, pues nuestros actos siempre están condicionados, no somos libres de decidir. Para Hobbes, no existe nada sobrenatural, ni siquiera la religión, a la que critica por ser un medio de control social.
¿Es el ser humano una máquina? ¿Es egoísta o existen relaciones altruistas?
El ser humano, a diferencia de las máquinas, responde a los estímulos que recibe del medio. Una máquina no tiene esa capacidad. El hombre no diferencia sujeto y objeto; es decir, el medio no lo contiene ni viceversa. Decir que el ser humano es una máquina es una forma muy simple de definirlo. Si el ser humano es individualista, ¿sus acciones son obligadas y no se hacen por naturaleza? Entonces, ¿cómo se explica la creación del lenguaje?
El ser humano es libre; no está determinado, sino condicionado. Es decir, hay una serie de factores que no puede cambiar y que lo condicionan, pero no por ello marcan cómo va a actuar; eso lo decide él.
Desde el punto de vista político, Hobbes defiende el absolutismo, pero ¿que el hombre sea malo por naturaleza se soluciona con un Estado aún peor?
Se acusa a Hobbes y Aristóteles de ser esencialistas; es decir, de creer que el ser humano tiene una esencia, algo común a todos los individuos. En otras palabras, generalizan al hombre. También se les acusa de creer en una falacia (un razonamiento que, si no se analiza, parece verdadero): la falacia naturalista. Esta falacia consiste en que, partiendo de unos hechos, se condiciona cómo debe ser la situación.
A diferencia de Hobbes, el ser humano puede vivir en paz, puede ser bueno, y el Estado actúa como mediador. Locke cree que los humanos nacen con unos derechos naturales, innatos e inalienables: la vida, la libertad y la propiedad. Estos derechos se fundamentan en que el estado inicial del hombre es pacífico, pues ha sido creado por Dios y dotado de razón, lo que le permite respetar a los demás. El problema surge con el derecho a la propiedad, ya que genera un debate entre las personas: todos desean poseer algo y algunos se apropian de bienes.
Sin un Estado, nadie puede cesar este debate. Por lo tanto, mediante un pacto en el que no se ceden los derechos (porque son innatos), se crea un Estado que media en este conflicto. Locke cree en un Estado mediador y liberal, donde existe una división de poderes para evitar el absolutismo, ya que los liberales desconfían del poder. El poder se divide en legislativo (encargado de las leyes), ejecutivo y federativo (con funciones judiciales).
Nozick (neocontractualista) se basa en Locke, pero radicaliza el liberalismo. Cree que el Estado debe ser mínimo y que su única función debe ser velar para que no se atente contra la vida de las personas. Como consecuencia, el neoliberalismo dicta que el Estado no debe redistribuir la riqueza; defienden que todo debe ser privado y que haya competitividad.
Rousseau: En el momento inicial, el ser humano es como un animal más. Posee sentido de supervivencia, pero también piedad; solo mata para subsistir. No hace el mal por el mal. La diferencia con los animales es que el humano puede perfeccionarse, es decir, humanizarse, mientras que los animales no. Sin Estado, el hombre es bueno, pero salvaje; por ello, se utiliza el pacto para humanizarlo. El Estado no es mediador ni evita el conflicto, sino que hace que el ser humano salga del aislamiento, deje de ser salvaje y se vuelva sociable y moral. El Estado es una unión de uno con todos, sin dejar de ser libres; es decir, a diferencia de Hobbes, Rousseau no admite que se pierdan los derechos.
En lugar de una división de poderes, Rousseau considera que el poder no se puede dividir porque es un organismo y no se puede fragmentar. Por lo tanto, la soberanía le pertenece al pueblo y no a particulares. Este Estado será una democracia directa que, a pesar de no haber divisiones, en casos de pueblos grandes podrá proclamar un gobierno en el que los gobernantes sean mandatarios que obedezcan al pueblo y no lo sometan.
Esta democracia directa debe buscar un bien común, la voluntad general, y no la voluntad de todos, pues esta última funciona como la suma del egoísmo compartido, ya que funcionará por simple interés y, por tanto, no es ni moral ni el bien para todos. Para evitar caer en la voluntad de todos (el egoísmo), se puede recurrir a la educación para guiar a las personas en su vida de forma ética y moral. Utilizar la educación como método es un reflejo de que Rousseau era un pensador ilustrado. Esta educación propuesta por Rousseau debe ser recíproca: las personas deben enseñarse unas a otras y, a la vez, aprender, creando así una relación con los demás que permite a cada individuo seguir manteniendo su libertad.
Rawls se basa en Rousseau, pero añade a su pensamiento ideas kantianas. Cree que el Estado es una asociación libre de individuos. La clave de su pensamiento es la justicia. Busca un Estado justo que englobe la equidad (todos somos iguales ante la ley), la imparcialidad (objetividad al juzgar) y el principio de la diferencia (favorecer a los más desfavorecidos, no lo contrario). Este último principio determina una socialdemocracia en la que el Estado interviene para compensar las diferencias y desigualdades, proclamando una igualdad de oportunidades garantizada, lo que representa una gran diferencia con el pensamiento de Nozick. Se busca lograr un Estado de Bienestar donde los derechos sociales (vivienda, salario digno, educación) se cumplan.
Para crear un Estado justo, Rawls utiliza el velo de la ignorancia como metáfora. Es decir, a la hora de construir el Estado, cada individuo debe olvidar sus intereses particulares para asegurar la imparcialidad, ya que de lo contrario cada uno tendería a favorecer sus propios intereses.