Portada » Historia » El Conflicto Español de 1936-1939: Causas, Desarrollo y Consecuencias
Tras la victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, España experimentó un periodo de creciente violencia entre grupos de izquierda y derecha. La tensión se intensificó con los asesinatos del teniente socialista Castillo (12 de julio) y del líder derechista Calvo Sotelo (13 de julio). Aprovechando esta atmósfera, un sector militar decidió adelantar un golpe de Estado.
El 17 de julio de 1936, el alzamiento militar comenzó en Melilla y se propagó por el Protectorado de Marruecos. Al día siguiente, la sublevación alcanzó la península, aunque el golpe fracasó en ciudades clave como Madrid, Barcelona y Valencia. España quedó dividida en dos bandos:
La guerra adquirió rápidamente un carácter internacional, con apoyo extranjero a ambas facciones:
El objetivo inicial de los sublevados era la rápida toma de Madrid. Franco avanzó desde el sur, ocupando Badajoz y Toledo, pero el retraso permitió a la ciudad organizarse para su defensa. En noviembre de 1936, la ofensiva franquista fracasó gracias a la tenaz resistencia republicana, el apoyo soviético y la llegada de las Brigadas Internacionales. Durante 1937, Franco intentó cercar la ciudad con las batallas del Jarama y Guadalajara, pero ambos intentos resultaron infructuosos.
Tras el fracaso en Madrid, Franco redirigió su ofensiva hacia el norte republicano, abarcando Asturias, Cantabria y el País Vasco. Con el apoyo de la aviación alemana, que llevó a cabo el devastador bombardeo de Guernica en abril de 1937, las fuerzas franquistas conquistaron Bilbao, Santander y Asturias, asegurando así importantes recursos industriales.
Los republicanos intentaron una contraofensiva en la batalla de Teruel en enero de 1938, pero Franco recuperó la ciudad. Posteriormente, su ejército avanzó hasta Vinaroz (Castellón) en abril de 1938, logrando dividir la zona republicana en dos. En julio, los republicanos lanzaron su última gran ofensiva en la batalla del Ebro, pero su derrota en noviembre debilitó de forma definitiva su capacidad de resistencia.
Franco lanzó su ofensiva final sobre Cataluña, tomando Barcelona en enero de 1939. Cientos de miles de republicanos huyeron a Francia. En marzo, el coronel Casado intentó negociar la rendición de Madrid, pero Franco solo aceptó una rendición incondicional. El 28 de marzo, las tropas franquistas entraron en Madrid sin encontrar resistencia, y el 1 de abril de 1939 se declaró oficialmente el fin de la guerra.
La Guerra Civil dejó un país devastado y profundamente dividido, dando paso a una dictadura que marcó la historia de España durante casi 40 años. La represión, el exilio y la crisis económica prolongaron el sufrimiento de la población durante décadas.