Portada » Magisterio » Evaluación del Potencial de Aprendizaje: Fundamentos, Validez y Aplicaciones en Psicología
A modo introductorio, la evaluación del potencial de aprendizaje surge como una alternativa a la evaluación tradicional de la inteligencia, especialmente asociada a la evaluación de niños y adolescentes con déficits o problemas de aprendizaje.
Esta metodología de evaluación, que surgió hace unos 30 años, está profundamente influida por la teoría de Vygotski. No solo busca determinar el nivel intelectual, sino también la posibilidad de instrucción del sujeto evaluado. Se han asumido como constructos teóricos fundamentales el concepto de Zona de Desarrollo Próximo de Vygotski y los de Modificabilidad Cognitiva y Mediación desarrollados por Feuerstein.
La metodología general de evaluación busca incluir una fase de entrenamiento durante la situación de evaluación, la cual puede ser suministrada entre dos aplicaciones de la misma prueba. Esta fase implica una mediación activa, monitorización y guía, dirigida a dotar al evaluado de aquellas habilidades básicas que, según el evaluador, le permitirán una mejor ejecución en ese dominio específico.
En todos los casos se han enfatizado las siguientes ventajas de esta aproximación:
Sin embargo, a pesar de sus ventajas, su uso en contextos aplicados no ha tenido la difusión esperada. Esto se debe al tiempo que conlleva su aplicación, a los conocimientos especializados que requiere de los evaluadores y al hecho de que es un área aún poco familiar para muchos psicólogos en ejercicio.
Existen numerosos cuestionamientos sobre si realmente hay diferencias entre la evaluación dinámica y la tradicional. Se ha llegado a la conclusión de que una persona aprende en una situación de evaluación dinámica, a diferencia de una situación de evaluación estática o tradicional, lo cual constituye una distinción clave.
Según Sternberg y Grigorenko, lo único que el test dinámico añade sobre el estático es la incorporación del aprendizaje explícito al implícito que se da en cualquier situación de prueba, lo cual explicaría la diferencia observada entre las puntuaciones pre y post-test.
En primer lugar, es crucial no confundir la evaluación dinámica con un test dinámico. En la aproximación dinámica, el objetivo no es simplemente aumentar la ejecución del sujeto en el post-test (aunque este sea el resultado usualmente visible), sino controlar lo que el examinado comprende para suministrarle las ayudas necesarias que le permitan tener las mismas oportunidades que otros para adquirir un repertorio.
Tampoco se debe establecer una oposición estricta entre lo estático y lo dinámico. La característica fundamental de la evaluación tradicional, en contraste con la del Potencial de Aprendizaje (P.A.), no es que sea estática, sino que es estándar: igual para todos los sujetos evaluados, uniforme y orientada hacia criterios normativos. En cambio, el término «dinámico» se refiere a «adaptado al sujeto».
Además, es importante destacar la evidencia empírica de las mejoras significativas en la ejecución obtenidas por los sujetos evaluados mediante procedimientos dinámicos.
Un número considerable de trabajos señala que la puntuación post-test es un buen indicador del potencial de aprendizaje. Otra opción es el algoritmo de Baltram, Schöttke y Wiedl, que busca determinar si ha ocurrido un cambio significativo en un sujeto. Para ello, establecen un intervalo de confianza con el que comparan la puntuación obtenida en el post-test.
Según Carlson y Wiedl, para demostrar la validez en este contexto se requieren diferentes tipos de evidencias. En primer lugar, sería necesario demostrar la validez de constructo. En este sentido, a pesar de las críticas actuales, tradicionalmente se ha supuesto que la evaluación del potencial de aprendizaje posee validez de constructo, puesto que con ella se demuestra la modificabilidad de la habilidad de partida en un sujeto, tanto en el test entrenado como en pruebas que evalúan la misma habilidad.
Embretson y Prenovost, en un trabajo, intentan comprobar la validez de constructo, entendida en dos aspectos separados (la representación del constructo y el espacio nomotético), de dos instrumentos de potencial de aprendizaje: uno espacial y otro de razonamiento. Así, mediante análisis factorial confirmatorio, encuentran que existen diferencias entre dominios y entre medidas estáticas y dinámicas, y que la evaluación dinámica es más sensible a aspectos no intelectivos.