Portada » Lengua y literatura » Poesía Española y Variedades Lingüísticas: Un Recorrido por la España de 1939-1975
Tras la Guerra Civil, se implantó en España una dictadura de casi cuatro décadas, marcada por diversas fases:
El régimen impuso una autarquía, basada en una economía de autoabastecimiento cerrada a las importaciones exteriores. España atravesó en los años 40 un periodo de atraso industrial, miseria y pobreza. La apertura al comercio exterior en los años 50 y 60 condujo a la modernización y al despegue económico del país.
Las consecuencias de la guerra provocaron la desconfianza en el positivismo y el auge de las corrientes de pensamiento existenciales. El arte no pudo desvincularse de la trágica realidad, distinguiéndose dos tendencias principales: el resurgimiento de los movimientos realistas y el compromiso de los artistas con los problemas sociales. La literatura española estuvo determinada por los cambios sociales y políticos que experimentó el país.
Se vivió una férrea censura, el exilio de muchos autores, el aislamiento cultural y la prohibición de obras extranjeras. Las secuelas de la guerra se reflejaron en la literatura realista y existencial.
La censura manifestó ciertos signos de tolerancia. Poco a poco se liberó de la autarquía cultural impuesta, permitiendo la difusión de libros extranjeros y que los autores dieran testimonio en sus obras de la situación del país.
El fin del aislamiento, el desarrollo económico y la flexibilización de la censura con la Ley de Prensa e Imprenta relegaron a un segundo plano los contenidos sociales. Ya no se pensaba que la literatura pudiera transformar el mundo; comenzaba una etapa caracterizada por la renovación y la experimentación formal.
En esta década convivieron dos corrientes poéticas principales:
Ofrece una visión del mundo armónica y serena. Los poetas, vinculados al régimen de Franco, cantan al amor, al paisaje y al sentimiento religioso, que impregna el enfoque de temas cotidianos. Garcilaso de la Vega constituye su modelo estético. Predominan las formas más clásicas y la perfección formal. Destacan obras como Escorial y Garcilaso.
Muestra un mundo caótico invadido por el dolor y la angustia. Refleja la angustia existencial (la razón de la existencia humana, el paso del tiempo y la muerte). La religiosidad adopta un tono de desesperanza y duda. Conceden más importancia al contenido que a la forma y emplean el verso libre. Dámaso Alonso establece el punto de partida de esta tendencia.
A finales de los años 40 y hasta mediados de los 50, se escribió una poesía de compromiso que denunciaba las miserias e injusticias de la posguerra. Obras destacadas incluyen Cantos Íberos de Gabriel Celaya y Pido la paz y la palabra de Blas de Otero. La poesía social toma partido ante los problemas del mundo que rodea al poeta, alzando sus versos como instrumento de lucha política y social con la intención de agitar y despertar las conciencias. El tema de España, las injusticias, el anhelo de libertad y la alienación del mundo del trabajo son los ejes temáticos. Con un tono coloquial y un lenguaje claro, se dirigen a la inmensa mayoría.
Esta generación está constituida por un grupo de autores que escribieron en esta década y alcanzaron su madurez creadora en los 60. Una vez agotada la poesía social, se integran en ella autores como Ángel González, Jaime Gil de Biedma, José Ángel Valente, Francisco Brines, Claudio Rodríguez, Carlos Barral y José Manuel Caballero Bonald. La poesía es una vía de conocimiento y los poetas profundizan en sus experiencias personales, explorando la intimidad (infancia, lo familiar, la amistad, el amor, el erotismo, lo cotidiano). Todos presentan inquietudes estéticas, abogan por un estilo conversacional y un lenguaje cálido y cordial, y recurren al humor y a la ironía.
Impulsados por José María Castellet con su antología Nueve novísimos poetas españoles, la poesía de esta corriente presenta las siguientes características:
Pere Gimferrer es la figura capital de esta generación. Su poemario Arde el mar es un ejemplo de culturalismo y de influencia surrealista. Obras destacadas incluyen La muerte en Beverly Hills (ambientada en el mundo del cine americano) y Extraña fruta (con técnica de visión fragmentada). Algunas de sus obras están escritas en catalán.
Algunos de los nombres más relevantes son:
La variación lingüística: La lengua es el gran instrumento de comunicación y se utiliza en sociedad. La variación lingüística es uno de los fenómenos más observables.
Los registros lingüísticos son las variedades o niveles que utilizamos según la situación de comunicación en la que nos encontremos. Se entiende por situación de comunicación el conjunto de factores formado por los interlocutores, el espacio y el tiempo de la comunicación, el tema y el tipo de discurso, y la finalidad o la intención comunicativa.
Son fenómenos que se apartan de la norma y se han de evitar. Hay vulgarismos:
Es la variedad lingüística que recoge lo más común entre todas las diferencias, sea por la variedad geográfica o por la variación social.
Es el conjunto de reglas que aceptan todos los hablantes de una lengua y que facilitan la comunicación. La Real Academia Española (RAE) contribuye a fijar la lengua estándar. Destacan sus obras más importantes:
La consulta electrónica del DRAE amplía las posibilidades de búsqueda y permite la navegación dentro del Diccionario. En su página web, se encuentran algunas secciones útiles.
Germán corrige desesperado unas redacciones de sus alumnos, hasta que lee el trabajo de Claudio, que le interesa mucho. El chico cuenta cómo pasó el fin de semana en casa de un compañero, Rafa, a quien ayuda con las matemáticas. Claudio sigue contando cosas de aquella familia en sucesivos trabajos, lo cual fascina a Germán y preocupa y molesta a su mujer. A través de las redacciones y la reacción subsiguiente de los personajes, vamos conociendo las intimidades de las dos familias y la capacidad de Claudio para perturbar esas relaciones sin que los interesados apenas puedan advertirlo.